¿Cuántas veces has visto la serie en la que aparece tu personaje favorito? ¿Has pensado en él o ella a lo largo del día? Si estas preguntas te parecen extrañas, entonces deberías seguir leyendo. Todas las personas tienen la capacidad de desarrollar emociones por personajes ficticios, desde una simple amistad hasta el enamoramiento, ya que nuestro cerebro no diferencia del todo la ficción de la realidad. Ahora bien, las personas solitarias parecen ser más propensas a pensar en sus personajes favoritos de la misma manera que lo harían con sus amigos reales.

Así lo indica un nuevo estudio realizado por la Universidad de Columbia y publicado en la revista Cerebral Cortex. Los resultados sugieren que los límites entre personas reales y ficticias son casi inexistentes en una parte del cerebro llamada corteza prefrontal medial (MPFC), que muestra una mayor actividad cuando alguien piensa en sí mismo y en otros. 

Cuando nos gusta un personaje en particular, como Jon Snow, esta región responde con la misma intensidad que lo haría al pensar en un mejor amigo. Por lo tanto, es un hecho que sentimos empatía, amor y hasta dolor en nuestra mente al ver cómo un “amigo de ficción” se enfrenta a situaciones difíciles.

Y mientras más distanciados estamos de otras personas reales físicamente, más grande es este sentimiento. 

¿Mejores amigos o personajes ficticios?

Viendo series en Netflix / Vía Pexels

Para el estudio, los investigadores escanearon el cerebro de 19 personas que eran fanáticas de «Juego de Tronos» mientras pensaban en varios personajes de la serie y en sus verdaderos amigos. Los personajes eran Bronn, Catelyn Stark, Cersei Lannister, Davos Seaworth, Jaime Lannister, Jon Snow, Petyr Baelish, Sandor Clegane e Ygritte.

Se le pidió a cada participante que informara, en principio, con qué personaje de la serie se sentía más cercano después del final de la séptima temporada en 2017. Y luego, el equipo analizó sus cerebros con una máquina de resonancia magnética funcional, es decir, un dispositivo que mide indirectamente la actividad en varias partes del cerebro a través de pequeños cambios en el flujo sanguíneo.

Mientras estaban en la máquina, a los participantes se les mostró una serie de nombres: a veces ellos mismos, a veces uno de sus nueve amigos y otras veces uno de los nueve personajes de «Juego de Tronos». Fue entonces cuando se dieron cuenta que algo estaba sucediendo en la MPFC de los participantes. Al pensar en sus personajes ficticios favoritos, esta región del cerebro se activó de la misma forma que habían observado al pensar en un amigo.

Por lo tanto, nuestros personajes favoritos se parecen más a nuestros verdaderos amigos en el cerebro que otros personajes del programa o personas en la vida real.

La soledad: su relación con nuestros personajes favoritos 

Personajes de Juego de Tronos / Créditos: HobbyConsolas

Sin embargo, lo curioso de estos resultados es que la diferencia entre los que obtuvieron las puntuaciones más altas en soledad y los que obtuvieron las puntuaciones más bajas fue marcada. 

  • Las personas menos solitarias demostraron cierta empatía por su personaje favorito, pero había límites claros entre la representación de personas reales y la de personajes ficticios en el cerebro. 
  • En cambio, las personas más solitarias no tenían ningún límite observable. Podían pensar en sus personajes favoritos de la misma manera que lo hacían con sus amigos reales.

¿Por qué sucede esto? Los hallazgos sugieren que las personas solitarias pueden recurrir a personajes ficticios en busca de un sentido de pertenencia del que carecen en su vida real, y que los resultados se pueden ver en el cerebro. 

«Cuando analizamos los patrones cerebrales en el MPFC, las personas reales estaban representadas de manera muy distinta de las ficticias en los participantes no solitarios. Pero entre las personas más solitarias, la frontera comienza a desmoronarse”.

Dylan Wagner, profesor de psicología en la Universidad Estatal de Ohio

Ahora bien, los investigadores comprobaron que todas las personas, sin importar cuán solitarias estuvieran o quién fuera su personaje favorito, sentían una conexión con las personas que veían representadas en la pantalla. Así que el mensaje de este estudio es evidente: “tus personajes favoritos son más reales para ti que cualquiera, como verdaderos amigos”.

Referencias:

The boundary between real and fictional others in the medial prefrontal cortex is blurred in lonelier individuals https://dx.doi.org/10.1093/cercor/bhad237

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