¿Alguna vez has observado las estrellas a través de un telescopio? En el cielo podemos encontrar miles de estrellas, cada una brillando con diferente intensidad. Puede que desde nuestra ventana todas parezcan puntos blancos dispersos en el espacio, pero si las observamos a través de un telescopio, notaremos cuatro colores muy marcados: rojo, anaranjado, amarillo y un azul brillante.
Estos colores en las estrellas abarcan todo el espectro de luz y son importantes marcadores al explorar el universo, pues su brillo ayuda a los astrónomos a orientarse. Ahora bien, es posible que te estés preguntando de dónde vienen estos colores y qué significan. Si es así, entonces debes saber que el color de una estrella depende principalmente de qué tan caliente está su superficie.
- Las estrellas más calientes son de color azul. Estas se dividen en tres tipos: las O con una temperatura superficial que supera los 30.000 ºC, las estrellas B cuya temperatura ronda los 10.000 ºC, y las estrellas A que brillan a 7.500 ºC.
- Después están las estrellas amarillas. Es decir, las estrellas F con una temperatura superficial supera los 6.000 ºC y las estrellas G con una superficie que ronda los 5.000 ºC.
- A estas les siguen las estrellas naranjas (K), con una temperatura superficial de 4.000 ºC a 3.000 ºC.
- Y las estrellas más frías son de color rojo (M), con una temperatura de solo 2.000 ºC.
Aunque parezca un poco contradictorio el significado de cada color, si recordamos el espectro lumínico que hemos estudiado desde pequeños, entenderemos fácilmente este contrasentido.
Cambios en las estrellas azules, amarillas, naranjas y rojas

La luz ultravioleta es mucho más intensa que la luz infrarroja en el espectro lumínico. Así que el color azul implica radiaciones más intensas y energéticas que otros colores como el rojo o el amarillo. Por esta razón es que las estrellas azules tienen temperaturas mayores a las rojas.
Aunque el color de una estrella también puede variar en función de su edad. Se sabe que estos cuerpos celestes cambian de color a medida que envejecen, ya que su núcleo se enfría y los procesos que antes la mantenían cálidas se detienen. En este sentido, las estrellas más jóvenes tienen una tonalidad más azulada mientras que las estrellas más viejas exhiben un color más rojizo.
No se trata de una ciencia exacta, puesto que el tamaño también afecta a las estrellas. Si una es muy grande, consumirá su combustible más rápidamente y se volverá rojiza en un tiempo más corto. Caso contrario al de las estrellas con menor masa, que tienen una vida más larga y tardan más en abandonar su color azul. Pero en la gran mayoría de los casos, estos colores en las estrellas ayudan a los astrónomos a determinar su papel en el universo.
El origen de los colores de las estrellas

Desde la Edad del Hierro, se han asociado los colores de las estrellas con las temperaturas. Esto debido a que después de unos minutos, una barra de hierro caliente en una fragua brilla en un tono rojizo. Y a medida que su temperatura aumenta, se vuelve naranja, luego amarilla y finalmente alcanza el “rojo vivo”.
Algunos astrónomos suponían que las estrellas se comportaban de la misma manera, hasta que empezaron a tomar espectros de estrellas en el siglo XIX. Al equipar los telescopios con prismas para dividir la luz entrante en gamas de color muy estrechas, se descubrió que las estrellas calientes eran más azuladas que rojizas.
Los astrónomos intentaron clasificar las estrellas según la forma y estructura de esos gráficos espectrales, pero resultó ser increíblemente difícil. Es por eso que en los años posteriores se diseñó un nuevo sistema para clasificar los cuerpos estelares: el más odiado por los estudiantes que se ven obligados a memorizarlo, ya enumera las estrellas desde las más calientes hasta las más frías mediante las letras O, B, A, F, G, K, M, L, T e Y.
A lo largo de las décadas, los astrónomos han modificado este sistema de clasificación para incluir mucha más información. Sin embargo, su idea central permanece intacta. Y es que, todas las estrellas calientes son azules mientras que las frías son rojizas.
Por lo tanto, cuando salgas y reflexiones sobre las estrellas, quizás ahora podrás notar sus colores y tener una idea de lo calientes que son a millones de años luz de distancia.
Referencias:
The Colors of Stars, Explained https://www.scientificamerican.com/article/the-colors-of-stars-explained1/