Los ojos son uno de los órganos más fascinantes y vitales de nuestro cuerpo. Nos permiten ver el mundo que nos rodea, expresar nuestras emociones y, en la era moderna, incluso nos ayudan en la autenticación biométrica. Pero, ¿alguna vez te has preguntado de qué están hechos realmente nuestros ojos? En este artículo, aprenderás sobre la anatomía de este órgano tan singular y cómo cambia con el paso del tiempo.

Fascinante anatomía de nuestros ojos

Para entender la estructura de nuestros ojos, empecemos por desglosar sus componentes fundamentales. Según el Dr. Parwez Hossain, profesor de oftalmología en la Universidad de Southampton en el Reino Unido, los ojos tienen similitudes sorprendentes con una cámara. Poseen un sistema óptico frontal compuesto por la córnea y el cristalino, y una zona fotosensible conocida como retina.

La córnea es la superficie frontal del ojo, una estructura lisa que cubre el cristalino y se encarga de enfocar la mayor parte de la luz que entra en el ojo hacia la retina. Esta capa está predominantemente formada por una proteína llamada colágeno, dispuesta en un patrón regular que facilita el paso de la luz. Además, el colágeno fortalece y protege el ojo, crucial dado que esta región está altamente expuesta y vulnerable al daño.

Justo detrás de la córnea, encontramos el cristalino, responsable de enfocar el resto de la luz hacia la retina. El cristalino está formado por proteínas que mantienen su transparencia y flexibilidad, permitiéndonos ajustar la forma del mismo para ver objetos cercanos o lejanos.

La retina, por su parte, se asemeja a una película fotográfica. Esta estructura contiene diez capas diferentes de células nerviosas o neuronas, incluyendo células fotorreceptoras de conos y bastones que reaccionan a la luz. Cuando estas células se iluminan, generan impulsos eléctricos que viajan a través del nervio óptico, ubicado detrás del ojo, y llegan al cerebro, donde se interpretan como visión.

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Estructuras oculares y color del iris

Además de estas partes esenciales, existen otras estructuras que colaboran para mantener nuestra visión en óptimas condiciones. La conjuntiva, una membrana protectora delgada y transparente, recubre el interior de los párpados y la parte blanca del ojo llamada esclerótica. Estas estructuras protegen y mantienen la forma del ojo.

El color de nuestros ojos, conocido como iris, es determinado por la cantidad de melanina que contiene. El iris se compone de un músculo que controla el tamaño de la pupila, la abertura negra en el centro del iris que regula la cantidad de luz que llega al cristalino.

Además de todas estas partes, los fluidos oculares como el humor vítreo y el humor acuoso ayudan a mantener la forma redonda del ojo y proporcionar nutrientes a las estructuras oculares.

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Cambios oculares con el envejecimiento

A medida que envejecemos, nuestros ojos también experimentan cambios significativos. Uno de los aspectos más notorios es la transformación de la lente, el cristalino. Con el tiempo, el cristalino tiende a endurecerse, lo que limita su capacidad de cambiar de forma durante el proceso de enfoque. Como resultado, muchas personas experimentan la necesidad de usar gafas de lectura para enfocar objetos cercanos en la mediana edad, según el profesor John Lawrenson, experto en ciencia visual clínica en la Universidad de Londres.

Además de la pérdida de flexibilidad, el cristalino también puede volverse menos transparente con el tiempo, lo que lleva al desarrollo de áreas nubladas conocidas como cataratas. Sorprendentemente, más de la mitad de los estadounidenses mayores de 80 años han experimentado cataratas en algún momento de sus vidas. El envejecimiento no es el único factor de riesgo, también existen otros como la diabetes y el tabaquismo, que pueden contribuir a su aparición.

Enfrentando el envejecimiento ocular

Otra enfermedad ocular común relacionada con el envejecimiento es la degeneración macular relacionada con la edad (DMAE). Esta afección afecta la mácula, la parte central de la retina que es esencial para una visión nítida. Debido a que las células del cristalino y las células de la retina no se renuevan con facilidad, se vuelven más susceptibles al daño con la edad. La exposición a la luz ultravioleta y a niveles elevados de oxígeno en el ojo también pueden contribuir a este tipo de daño celular, según Lawrenson.

En resumen, nuestros ojos son órganos increíbles que nos permiten experimentar el mundo que nos rodea. Su anatomía compleja y su capacidad de adaptación son verdaderamente asombrosas. Sin embargo, como cualquier parte de nuestro cuerpo, los ojos también experimentan cambios con la edad que pueden afectar nuestra visión. Por eso debemos cuidar de nuestros ojos y realizar revisiones oftalmológicas regulares para mantener nuestra salud visual a lo largo de toda la vida.

Referencias:

What are eyes made of?: https://www.livescience.com/health/anatomy/what-are-eyes-made-of

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