No podemos pensar en nuestro cerebro sin imaginarnos el cráneo que lo rodea. Desde el principio de los tiempos, esta estructura ósea ha servido para sostener el encéfalo y los músculos faciales en su lugar. Sin embargo, un nuevo estudio sugiere que su rol podría ser mucho más importante dado que contiene células inmunes únicas. 

Científicos de Alemania y Reino Unido han descubierto vías de intercambio en el cerebro que van desde la médula ósea del cráneo hasta la superficie más externa de las membranas protectoras, las meninges. A través de estas vías circulan células de neutrófilos especializadas, un tipo de glóbulos blancos que juega un papel crucial en la defensa inmune del cuerpo. Así que el cráneo también parece cumplir una función “protectora” al transportar células inmunes a la corteza cerebral.

Este hallazgo desafía la creencia de que el cráneo y el cerebro no están conectados, y abre nuevas posibilidades para diagnosticar problemas cerebrales. Por ejemplo, podría conducir a un monitoreo más efectivo de condiciones como el Alzheimer o el ictus y prevenir su progreso con una detección temprana. 

La inmunidad cerebral inicia en el cráneo

Para llegar a estas conclusiones, los científicos observaron la arquitectura celular de las conexiones de mando del cráneo (SMC) que se extienden más cerca de la superficie cerebral. Por no mencionar que estudiaron células de seis huesos diferentes, la duramadre y el cerebro postmortem humano.

Su análisis de proteínas reveló un perfil molecular único en el cráneo, que no correspondía con otras muestras de la columna vertebral o los huesos pélvicos. El Calvaria, que forma parte de la parte superior del cráneo, tenía SEG y receptores celulares más expresados diferencialmente que el resto. Todos ellos relacionados con la inflamación de los tejidos, lo que indica que su rol podría ser prevenir y atacar una “neuroinflamación”.

Es bien sabido que la neuroinflamación juega un papel importante en muchos trastornos del cerebro y el sistema nervioso. La dilatación de los vasos sanguíneos por bacterias o enfermedades pueden afectar la función cognitiva, por lo que activar células inmunes ayuda a proteger y curar esos tejidos en tiempo récord. Entonces, visto así,  nuestro cráneo es como un proveedor de defensas contra las enfermedades cerebrales.

«Los hallazgos de BESE tienen implicaciones profundas. Hay una conexión mucho más compleja entre el cráneo y el cerebro de lo que antes se creía».

Ilgin Kolabas, al neuroinmunólogo de la Universidad de Munich

¿Más huesos, menos enfermedades cerebrales?

Escáneres cerebrales / Vía Pexels

Utilizando una forma de imágenes funcionales llamada Tomografía de Emisión de Positrón (PET), el equipo detectó señales en el cráneo que reflejan las del cerebro subyacente en pacientes con desmontaje o accidentes cerebrovasculares. Además, se halló una proteína translocadora específica de la enfermedad (TPSO) en partes del cráneo nunca antes estudiadas. 

Los científicos piensan que estos hallazgos sobre la respuesta inmune del cráneo no solo revelan cómo el cerebro previene enfermedades como el Alzheimer o la esclerosis múltiple, sino que también brindan la posibilidad de detectar una inflamación cerebral con poco más que una exploración del cráneo de un paciente. Esto podría hacerse utilizando dispositivos portátiles y portátiles, ofreciendo así una forma más accesible de monitorear la salud del cerebro.

«Nuestra demostración detallada de la inflamación del cráneo en diversos diseños en humanos sugiere que puede usarse para diagnóstico o monitoreo de diseños en el futuro».

Ilgin Kolabas

Así que, respondiendo a la pregunta inicial, ¿Es el cráneo un escudo contra las enfermedades cerebrales? Absolutamente. Esta estructura ósea contiene células inmunes diseñadas específicamente para tratar una neuroinflamación y protegernos de las amenazas externas. Es nuestro más grande aliado al hablar de salud cerebral. 

Referencias:

Distinct molecular profiles of skull bone marrow in health and neurological disorders https://doi.org/10.1016/j.cell.2023.07.009

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