“Proyecto Manhattan”, esas dos palabras le han dado la vuelta al mundo en las últimas semanas. Sabemos que este fue el nombre en clave de un programa secreto para ponerle fin a la Segunda Guerra Mundial y que, del mismo, salieron las bombas atómicas lanzadas sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki en 1945. Pero, ¿quién fue el primero en proponer la creación de un arma nuclear? 

Aunque J. Robert Oppenheimer lideró este proyecto, que le costó la vida a más de 100.000 personas en la época y a muchas más a lo largo de los años, él no fue quien tuvo la brillante idea. El origen del Proyecto Manhattan se remonta a finales de la década de 1930, cuando se descubrió que un núcleo del uranio podía ser dividido en dos o más partes mediante el bombardeo de neutrones.

Inicios del proyecto Manhattan 

Carta de Albert Einstein y Leo Szilard al presidente Franklin D. Roosevelt / Vía Wikimedia

Todo empezó con una carta, del 2 de agosto de 1939, dirigida al presidente de Estados Unidos, Franklin D. Roosevelt. La firmaba Albert Einstein, cuya ecuación E = mc² puso las bases del desarrollo de la energía atómica, y Leo Szilard, quién había trabajado para la Alemania en tiempos de guerra.

Ante el auge del nazismo, Einstein y Szilard aseguraban que era posible hacer una “bomba atómica” a través de la fisión nuclear y que los alemanes podrían estar cerca de tenerla. Esto debido a que habían suspendido la venta de uranio de las minas checas, el cual es uno de los componentes básicos de estas armas nucleares. 

Su carta cambió la historia por completo, pues impulsó a Roosevelt a convocar un comité para investigar la posibilidad de construir en Estados Unidos esta clase bomba de la que no se sabía absolutamente nada. Fue por eso que, durante los primeros años de la Segunda Guerra Mundial, el país mantuvo una postura neutral.

Pero el 7 de diciembre de 1941, tras el ataque de Japón a su flota estacionada en Pearl Harbor, el llamado Comité S-1 se dispuso a materializar esa idea.

De camino a la bomba atómica

Participantes del Proyecto Manhattan / Créditos: Atla Journal

Por ese entonces, junio de 1942, el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de EE. UU. creó el Distrito de Ingenieros de Manhattan para ocultar el desarrollo de la bomba atómica durante la guerra. De ahí viene precisamente el término «Proyecto Manhattan», para el que no se escatimaron recursos. 

El país invirtió dos mil millones de dólares de la época para construir las diferentes infraestructuras que lo integraron. Miles de personas participaron, incluido el físico teórico J. Robert Oppenheimer y varias mujeres matriculadas en ciencias, mientras sus familias estaban alojadas en bases militares secretas en lugares remotos. Pero también militares y políticos estadounidenses apoyaron la idea y ordenaron comprar 1.200 toneladas de uranio mineral del entonces Congo Belga.

Así inició oficialmente el Proyecto Manhattan. El programa aprovechó la enorme energía del núcleo del átomo por primera vez y se llevó a cabo en tres ciudades de alto secreto:

  • Oak Ridge, donde se enriqueció el uranio hasta que fue lo suficientemente radiactivo para la fisión nuclear.
  • Hanford, donde los reactores transformaron el uranio en plutonio, un combustible nuclear aún más potente.
  • Y Los Álamos, donde Oppenheimer dirigió el laboratorio que diseñó y construyó bombas atómicas experimentales.

El gran día de «Trinity»

Se dice que a las más de 600.000 personas involucradas, incluidos los miles de científicos, ingenieros y trabajadores de la construcción, no se les dijo de qué iba el Proyecto Manhattan. Solo unos pocos sabían que el objetivo era construir un nuevo tipo de bomba antes del día de la prueba oficial, Trinity, el 16 de julio de 1945.

Por tal motivo, después de la primera detonación de un arma nuclear que dio fin al proyecto, muchos se arrepintieron de haber participado. Incluso llegaron a redactar peticiones al presidente de los Estados Unidos para que no se le diera un uso bélico. 

“Ahora me he convertido en la Muerte, el destructor de mundos”.

Robert Oppenheimer al recordar su experiencia en la prueba Trinity en 1965

Sin embargo, Japón era ahora el objetivo designado. Aunque este país nunca tuvo un programa de bombas atómicas como Alemania, la idea de vengarse por la destrucción de Pearl Harbor quedó fijada entre los líderes del Proyecto Manhattan. Y así se dieron las dos peores masacres atómicas de la historia en las ciudades de Hiroshima y Nagasaki. 

Los resultados del Proyecto Manhattan, como sabemos, tuvieron un profundo impacto en la historia. La carrera posterior por armamentos nucleares cambió radicalmente el orden político mundial, y una de las peores consecuencias fue la creación de terroríficos arsenales de armas nucleares que todavía están activos hoy.

Sin embargo, de este programa ultrasecreto en Estados Unidos también salieron muchas innovaciones que más tarde fomentaron la medicina, la exploración espacial y la ingeniería de la energía nuclear. Así que el Proyecto Manhattan siempre será motivo de debate sin importar cuántos años pasen o cómo se nos presente esta historia.

Referencias:

What Was the Manhattan Project? https://www.scientificamerican.com/article/what-was-the-manhattan-project/

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