Dos astrofísicos han confirmado que el universo era cinco veces más lento después del gran estallido que dio origen a todo, el Big Bang. O al menos esa es la impresión que generan casi 200 cuásares en un tiempo de viaje ligero de 13 mil millones de años.
Esta es la dilatación del tiempo más distante que jamás se haya visto, y sustenta la hipótesis de Einstein sobre que el tiempo y el espacio están entrelazados. Por ende, el cosmos se ha estado expandiendo a cámara lenta desde que era tan solo un bebé.
Tiempos en el universo primitivo
Los astrofísicos de la Universidad de Sydney y la Universidad de Auckland estudiaron las fluctuaciones de galaxias más brillantes y distantes en el cosmos para llegar a estos resultados. La luz procedente de esos primeros cúmulos estelares se estira a medida que se expande el espacio, desplazándose hacia longitudes de onda más largas y rojas cuanto mayor es la distancia con la fuente. A este fenómeno se le conoce como efecto Doppler y también se puede experimentar aquí en la Tierra, por ejemplo, al ver cómo la sirena de una ambulancia se aleja a gran velocidad.

Al observar estas galaxias cuásares y su luz, el equipo pudo retroceder el horizonte temporal hasta una décima parte de la edad del universo. Esta dilatación en el tiempo confirma que el cosmos parece acelerarse a medida que envejece. En consecuencia, el tiempo es ahora cinco veces más rápido en compa
ración con el tiempo en el universo primitivo.
“Debido a un efecto peculiar que tiene la velocidad sobre la apariencia del paso del tiempo, nuestras observaciones hacen que parezca que el tiempo corría más lento cuando el universo era solo un bebé. Si estuvieras allí, un segundo parecería un segundo, pero desde nuestra posición, más de 12 mil millones de años en el futuro”.
Geraint Lewis, astrofísico de la Universidad de Sydney en Australia
Según la teoría de la relatividad de Einstein, el tiempo no puede estar separado de las tres dimensiones espaciales, sino que al igual que ellas, este depende del estado de movimiento del observador. Por lo tanto, aunque en realidad no se nota esta dilatación en nuestra vida cotidiana, está ocurriendo mientras hablamos.
¿Qué nos dice esta dilatación del tiempo?
Anteriormente, los astrónomos habían confirmado que se podía ver el universo a cámara lenta utilizando supernovas como marcadores. Sin embargo, este método solo permitía viajar unos miles de años atrás ya que las supernovas actúan como un único destello de luz.
Los cuásares por otro lado son más complejos, como un continuo espectáculo de fuegos artificiales. Así que pueden utilizarse como marcadores de tiempo más precisos para el universo primitivo. Estos hallazgos son la primera evidencia de ello ya que, combinando las observaciones realizadas en diferentes colores o longitudes de onda (luz verde, luz roja y hasta el infrarrojo), los investigadores pudieron estandarizar el «tic-tac» de cada cuásar. Una prueba irrefutable de que la expansión del universo después del Big Bang fue mucho más lenta de lo que se esperaba.
“Estudios anteriores llevaron a la gente a preguntarse si los cuásares son realmente objetos cosmológicos, o incluso si la idea de expandir el espacio es correcta. Sin embargo, con estos nuevos datos, hemos podido encontrar el escurridizo patrón de los cuásares y se comportan tal como predice la relatividad de Einstein”.
Brendon Brewer, astrofísico de la Universidad de Auckland
Lo que estos hallazgos nos ofrecen es más que la idea de una posible distorsión del tiempo en el universo primitivo. También son consistentes con el efecto sobre vastos abismos de espacio-tiempo, lo que significa que están de acuerdo con el modelo estándar de cosmología. Algo sumamente importante para llegar a entender el origen del cosmos y fenómenos como el Big Bang en sí mismo.
Referencias:
Detection of the cosmological time dilation of high-redshift quasars https://doi.org/10.1038/s41550-023-02029-2