Si quieres hacer algo bueno por tu cerebro, abre tu reproductor de música y pon algunas canciones. Casi todo el mundo escucha música todos los días y, sin embargo, nunca nos detenemos a preguntarnos qué sucede realmente en nuestro cerebro cuando reproducimos una de estas melodías.
Más allá de la catarsis, hay muchos beneficios cognitivos detrás del pasatiempo. De hecho, los científicos han recopilado a lo largo de la década evidencias concluyentes sobre cómo afecta positivamente la salud del cerebro. Así que vale la pena conocer las más importantes.
Esto es lo que pasa en tu cabeza cuando escuchas o compones música.
Impulsa nuevas conexiones neuronales

Tocar un instrumento es probablemente una de las cosas más desafiantes que puede hacer un cerebro humano. Se necesita una buena memoria así como rapidez mental y control motriz para producir un sonido organizado y agradable al oído. Entonces, el simple hecho de tocar una nota puede impulsar muchos procesos cognitivos diferentes.
Uno sería la neurogénesis, definido como la creación de nuevas neuronas, y el otro sería la formación de conexiones profundas para la sinapsis. Esto debido a que la corteza auditiva enciende ciertas áreas del cerebro que normalmente no se activan con sonidos cotidianos.
Lo que nosotros llamamos “música” no es más que el resultado de un conjunto de moléculas de aire que vibran siguiendo un patrón. Esas moléculas entran en el tímpano y se desplazan cerca de la cóclea, que responde a diferentes frecuencias de sonido. Entonces, esa reacción desencadena la aparición de diferentes neuronas que luego se disparan de nuestro cerebro a nuestro sistema nervioso central. A partir de ahí, va a todo tipo de lugares.
Mejora ciertas habilidades

El sonido de la palanca del inodoro no es música, es una señal de plomería funcional, pero el sonido de una guitarra sí es música. La razón por la que distinguimos esto es porque el cerebro lo está resolviendo mientras escuchamos.
Esto probablemente tenga que ver con etapas muy tempranas de desarrollo en las que escuchamos patrones y asociamos tristeza, felicidad y otras cualidades emocionales a los sonidos. Pero en cualquier caso, adquirir estos patrones tonales nos ayuda a mejorar ciertas habilidades cognitivas.
La más importante de estas es la empatía, es decir, la capacidad de explicar, predecir e interpretar con precisión las emociones de los demás vinculadas a una situación. Varios experimentos han demostrado que los tonos tristes traen a colación tipos de situaciones de dolor que pueden aumentar la empatía hacia los demás.
Potencia los recuerdos vívidos

La música y la memoria tienen una de las relaciones más fascinantes dentro del cerebro. Hay respuestas emocionales a la música, por supuesto, pero también hay una conexión entre el sistema límbico que guía la formación de recuerdos.
Si lo pensamos un poco, gran parte de nuestra experiencia con la música requiere cierto grado de memoria en términos de aprenderla o escucharla. Es por eso que si estás tratando de estudiar con música de fondo que conoces, toda tu atención se desviará a lo que sea que estés escuchando. En cambio, si estás reproduciendo música que no es tan familiar probablemente tengas el efecto contrario.
Tocar o escuchar música durante media hora puede ayudarte a restablecer por completo el pensamiento y potenciar desde nuevas ideas hasta viejos recuerdos. Estudios sobre la demencia han demostrado que los pacientes con Alzheimer pueden recuperar recuerdos al escuchar canciones que marcaron algún momento de su juventud. Probablemente porque la memoria musical se almacena de forma diferente a otros recuerdos en el cerebro.
Entonces, si en un evento significativo en tu vida había música sonando, es probable que recuerdes esa música. Y esa música, a su vez, te traerá de vuelta al evento.
Regula el estado de ánimo

Cuando la música llega a los oídos, las ondas sonoras se convierten en impulsos nerviosos que viajan a varias áreas del cerebro, incluso las que liberan dopamina, un neurotransmisor que interviene en la regulación del placer. Esto hace que escuchar música sea indispensable para el bienestar mental.
Una canción puede ayudarnos a reducir los niveles de cortisol, la hormona del estrés, y aumentar los niveles de placer. Los beneficios que brinda la música para levantar el ánimo no tienen relación con un género u otro, sino más bien de las preferencias personales de cada persona.
Por ejemplo, un estudio reciente demostró que las personas que escuchaban a diario sus géneros favoritos reportan niveles más bajos de ansiedad y depresión que aquellos que no escuchaban música en absoluto. Esto debido a que estimula la secreción de endorfinas que nos hacen sentir bien.
Entonces, este efecto llamado cerebro emocional puede ayudarnos a expresar o controlar todo tipo de emociones.
Ayuda a conciliar el sueño

Como lo hemos mencionado antes, la música estimula la secreción de ciertas hormonas que no solo nos hacen sentir felices, sino que también ayudan a relajar el cuerpo. Entonces, estos neurotransmisores nos ayudan indirectamente a conciliar con mayor facilidad el sueño.
Una investigación encontró que la música es una buena terapia para los pacientes con trastornos del sueño o enfermedades mentales, ya que despeja la mente durante los ciclos de descanso. Así que la música es más que un pasatiempo, es el lenguaje universal de la humanidad.
A menudo escuchamos canciones con un objetivo, ya sea relajarnos, controlar nuestras emociones, dormir o conectar con otras personas con gustos similares. Así ha sido desde que el hombre vivió en cuevas, donde probablemente se cantaba solo para mantener ese sentido de comunidad, y así seguirá siendo por un par de milenios más ya que es esencial para nuestro cerebro.
Referencias:
How Your Brain Benefits From Music, With Larry Sherman https://news.uchicago.edu/how-your-brain-benefits-music