Los peces pasan toda su vida bajo el mar, rodeados de agua, pero no por ello dejan de sentir sed. Los océanos son salados, por cada litro hay aproximadamente unos 33 gramos de sal. Por lo tanto, los peces necesitan consumir líquidos constantemente para mantenerse hidratados. De lo contrario, podrían morir en un par de horas.
Ahora bien, ¿beben agua como nosotros? Esa es la pregunta que muchas personas se hacen dado que los peces tienen la costumbre de abrir y cerrar sus bocas. Pero deben saber que si bien los peces pueden beber un poco de agua de esta forma, casi todo lo absorben a través de la piel y las branquias por ósmosis.
Por lo tanto, los peces beben agua usando un método diferente al nuestro. Y cabe destacar, es uno muy difícil de controlar.
Beber agua no es fácil en el océano
Para comprender la sed de los peces, es crucial saber primero cómo el agua, un solvente, interactúa con un soluto como la sal a través de la membrana celular. En estos casos, el agua fluye a través de una membrana desde áreas con bajas concentraciones de solutos a áreas con altas concentraciones de solutos. Todo con el objetivo de que la célula pueda alcanzar algún tipo de equilibrio con su entorno externo.
«Tienes que pensar en un pez como una especie de bote con fugas en el agua. Constantemente hay un movimiento del agua o de las sales que están en el agua entre el cuerpo del pez y el ambiente».
Tim Grabowski, biólogo marino de la Universidad de Hawaii
Los cuerpos de los peces marinos son menos salados que el agua en la que nadan, mientras que los cuerpos de los peces de agua dulce son más salados que el agua. En ambos casos están en desventaja con su entorno, pues pierden sustancias constantemente a través del proceso de ósmosis. Pero la cantidad de agua que consume un pez realmente depende de la cantidad de sal que haya en su hábitat circundante.

Comencemos con cómo los peces marinos se mantienen hidratados. El agua de mar tiene aproximadamente 35 gramos de sal disuelta por litro, mientras que la mayoría de la sangre de pescado tiene aproximadamente 9 gramos por litro. Este desequilibrio obliga al pez a retener el agua que están bebiendo del océano pero deshacerse de la sal. Algo que logra a través de células especializadas en sus branquias llamadas “células de cloruro”, que esencialmente actúan como pequeñas bombas que expulsan activamente la sal de sus cuerpos.
Por otro lado, los peces de agua dulce se enfrentan exactamente al desafío opuesto. Como su entorno contiene alrededor de 0,5 gramos de sal por litro, estos animales necesitan almacenar más sal y expulsar agua en su lugar. Es por eso que los peces de agua dulce pasan todo el tiempo tratando de mantener el agua fuera de sus cuerpos, orinando continuamente en lagos y ríos.
Además, de manera similar a los peces de mar, estas criaturas también tienen células de cloruro en sus cuerpos. Pero sus bombas funcionan introduciendo sal en lugar de sacarla. Así logran sobrevivir bajo el agua.
¿Tener sed es un problema para los peces?

La sed generalmente se produce por una falta de hidratación o por un aumento de la concentración de sales minerales en nuestro cuerpo. Cuando nos sentimos sedientos es porque hay un desequilibrio que debemos corregir lo antes posible.
En el caso de los peces, la sensación es similar. Demasiada agua puede ser mala para ellos porque puede diluir el contenido de sal del cuerpo, que es crucial para regular la presión arterial y apoyar la función muscular. Sin embargo, demasiada sal también es perjudicial ya que puede dañar las branquias de los peces. Esto puede hacer que tengan dificultades para respirar y, en algunos casos, bloquear las células que les ayudan a regular su temperatura corporal.
Hay algunos “peces” que beben agua a su manera y con absoluta libertad. Por ejemplo, los tiburones detienen esa entrada pasiva de agua porque la han equilibrado con la urea y su sangre, por lo que son básicamente tan salados como el océano.
Sin embargo, esta es una excepción a la regla. Para la mayoría de los peces, lo habitual suele ser beber agua a través de las branquias y la piel. Aunque, como viven rodeados de esta sustancia, probablemente no la toman como una respuesta consciente.
Es poco probable que los peces beban cuando tienen sed por instinto, a diferencia de nosotros que sabemos por qué lo hacemos y cuándo necesitamos un poco más de agua.
Referencias:
Chloride cells and osmoregulation https://doi.org/10.1038/ki.1996.225 Do fish get thirsty? https://www.livescience.com/animals/fish/do-fish-get-thirsty