Cuando el suministro de sangre a los huesos se ve comprometido, puede desencadenarse una condición conocida como necrosis avascular. Esta situación pone en peligro la vida de las células óseas, lo que puede tener graves consecuencias.

La necrosis avascular, también conocida como osteonecrosis o infarto óseo, ocurre cuando el hueso no recibe adecuadamente los nutrientes que necesita a través del suministro de sangre. Si este flujo sanguíneo no se restablece, el hueso comienza a desarrollar pequeñas grietas y, eventualmente, puede fracturarse y colapsar. Esta afección se presenta con mayor frecuencia en las caderas, rodillas, hombros, codos y tobillos.

Existen diversas causas y factores de riesgo asociados a la necrosis avascular. Una de las causas principales es una lesión en los pequeños vasos sanguíneos que rodean las articulaciones. Estas lesiones pueden ocurrir debido a traumatismos en las articulaciones, como una dislocación o una fractura en el hueso adyacente. Además, el uso de dosis altas de esteroides, comúnmente utilizado en el tratamiento de enfermedades reumatológicas o pulmonares, también puede dañar el suministro de sangre. Otros factores de riesgo incluyen el abuso de alcohol, enfermedades que afectan los vasos sanguíneos pequeños, como la enfermedad de células falciformes o el VIH, así como antecedentes de cáncer que han requerido radiación en la articulación, quimioterapia, trastornos de coagulación sanguínea, enfermedades reumatológicas y la infección por COVID-19.

La necrosis avascular puede afectar a personas de todas las edades, por lo tanto, es crucial no ignorar los síntomas y buscar tratamiento para el hueso afectado antes de que la articulación colapse. Al detectar esta condición a tiempo, se pueden tomar medidas para preservar la salud ósea y evitar complicaciones mayores en el futuro.

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Síntomas, tratamientos y riesgos de la necrosis avascular

La necrosis avascular puede presentarse sin síntomas evidentes, siendo descubierta de manera incidental durante estudios médicos. En las etapas iniciales, las radiografías pueden no mostrar signos de esta condición. Para ello, se requieren pruebas más avanzadas, como resonancias magnéticas o tomografías computarizadas, si los síntomas persisten. El nivel de dolor no siempre refleja la gravedad de la necrosis avascular ni indica si hay colapso articular o daño en el cartílago.

Afortunadamente, existen varios tratamientos médicos y quirúrgicos disponibles para abordar la necrosis avascular. En casos en los que la articulación no ha colapsado, se pueden considerar opciones de tratamiento no quirúrgico, como bisfosfonatos para promover la formación ósea. Pacientes con trastornos de coagulación o enfermedades vasculares deben recibir medicamentos específicos para tratar esas condiciones. Para el alivio del dolor, se pueden utilizar analgésicos de venta libre, como el paracetamol o los antiinflamatorios no esteroideos, bajo supervisión médica. Sin embargo, estos medicamentos no curan la necrosis avascular y existe riesgo de colapso articular.

En casos más graves, se pueden requerir opciones quirúrgicas como la descompresión del núcleo, donde se extraen partes del hueso muerto y se reemplazan con tejido sano para estimular la regeneración. Se están desarrollando técnicas avanzadas, como el uso de tecnología 3D y células madre, para mejorar los resultados de esta cirugía. Algunos centros también sugieren terapias con oxígeno hiperbárico para potenciar la regeneración. Estos tratamientos buscan reducir el riesgo de colapso óseo y la necesidad de reemplazo articular.

Cuando la articulación colapsa, la única opción viable suele ser la cirugía de reemplazo articular. Pueden presentarse complicaciones como fallos en los implantes, infecciones y fracturas alrededor de los componentes. Es fundamental buscar atención médica temprana y considerar todas las opciones de tratamiento disponibles para abordar la necrosis avascular y preservar la función articular óptima.

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Otros factores y consideraciones

Hay factores que pueden influir en la progresión y el pronóstico de la enfermedad. Algunos pacientes pueden tener condiciones médicas subyacentes, como trastornos de coagulación o enfermedades vasculares, que aumentan el riesgo de necrosis avascular. Si estas condiciones no se tratan adecuadamente, el riesgo de complicaciones y la disminución de la calidad de vida pueden aumentar.

La clave para un buen pronóstico y una mayor esperanza de vida en los pacientes con necrosis avascular radica en el diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado. La detección temprana de los síntomas y la búsqueda de atención médica especializada son fundamentales para abordar la enfermedad de manera efectiva y prevenir el progreso de la necrosis avascular.

Cada caso es único y el tiempo de vida con necrosis avascular puede variar según la gravedad de la condición, la respuesta al tratamiento y la presencia de condiciones médicas subyacentes. Por lo tanto, es fundamental que los pacientes trabajen estrechamente con sus médicos y sigan las recomendaciones de tratamiento para maximizar su calidad de vida y prolongar su esperanza de vida.

Referencias:

What is avascular necrosis and how does it affect bones?: https://medicalxpress.com/news/2023-05-avascular-necrosis-affect-bones.html

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