Ya sean moscas o seres humanos, muchos organismos pasan la mayor parte del tiempo durmiendo. Este impulso aparece por la acumulación de cansancio y nuestro reloj corporal interno, que nos dice cuándo es el momento adecuado para “reponer energías”. Pero es importante entender que ciertos patrones de sueño pueden cambiar si salimos de nuestro hogar, el planeta Tierra.
Dormir en el espacio no es como dormir en la Tierra, hay muchas diferencias. De hecho, los astronautas tienen que tomar medidas para asegurar un par de horas de descanso. No solo por la microgravedad, que mantiene sus cuerpos en movimiento, sino también por la temperatura y los cambios de luz.
Así que, si alguna vez has pensado que sería muy divertido dormir en una nave espacial, puede que esto te haga cambiar de opinión.
Sueños espaciales vs. sueños terrestres

El sueño en los seres humanos es un proceso cíclico: ocurre a la misma hora y el mismo día. Esto a no ser que tengamos insomnio o trabajemos un par de turnos de más.
Durante este estado de descanso, perdemos la alerta, nos cuesta más reaccionar ante un estímulo y perdemos la verticalidad como consecuencia de la poca resistencia a la gravedad. Es por eso que no podemos estar de pie mientras estamos durmiendo, al menos en condiciones normales. Sin embargo, en el espacio exterior los astronautas experimentan el efecto contrario: tienen problemas para acostarse en posición horizontal.
En la Estación Espacial Internacional (ISS) no hay una fuerza gravitacional que tire hacia abajo, como cuando dormimos en nuestra cama en un colchón. Para poder descansar, los astronautas deben anclar su saco de dormir a la pared con los cinturones de la nave.
“Al igual que en la Tierra, en el espacio un trabajador se acuesta a una hora determinada, luego se despierta y se prepara para trabajar de nuevo. Sin embargo, hay algunas diferencias. El espacio no tiene «arriba» o «abajo», sino microgravedad”.
NASA
Además, los astronautas se enfrentan también a otro problema importante. Para dormir bien, la temperatura central de nuestro cuerpo necesita enfriarse de manera tal que propicie la liberación de melatonina, la hormona del sueño. Pero tristemente este proceso está influenciado por la postura corporal y el flujo de sangre alrededor de las extremidades, dos factores que a su vez se ven afectados por la microgravedad y la posición. Entonces, en el espacio, es muy difícil conciliar el sueño.
Pedro Duque, un antiguo astronauta de la Agencia Espacial Europea (ESA), confirmó que apenas lograba descansar seis horas al día de las ocho establecidas como estándar. Además, junto con otros compañeros, solía poner una sujeción extra en su saco para notar ese peso de la cabeza contra la almohada.
Un mismo horario, pero un sueño diferente
Si bien es cierto que la ISS simula ciclos de 24 horas del día, para que los astronautas mantengan sincronizados sus ciclos de sueño y vigilia como en la Tierra, las condiciones son muy diferentes. Y el descanso también es muy diferente.
Pedro Duque habla de contracturas musculares que le dificultaban dormir en algunas ocasiones, consecuencia de tener que estar constantemente intentando mantener una posición erguida. Por no mencionar que, al no existir gravedad, es un requisito intentar relajar los músculos para poder conciliar el sueño.
En este sentido, es cien veces mejor dormir en la Tierra. La compleja rutina de sueño de los astronautas es otra prueba de que la ingravidez afecta nuestro cuerpo de forma negativa, pues nos hace sentir mucho más incómodos. Además, se ha demostrado que una estancia prolongada en el espacio repercute en nuestra masa muscular, corazón, cerebro y fluidos corporales. Todos estos, sistemas y órganos indispensables para promover un buen descanso.
“Lo único que descubrí trabajando en la NASA fue que a menudo tenía un desfase horario crónico al dormir. Toda nuestra vida dormimos con mantas y su presión, entonces, cuando ya no tienes eso, se siente un poco extraño. Además, no tienes un área privada para dormir. Todos duermen juntos, donde sea”.
Scott Kelly, astronauta que pasó 520 días en el espacio
Así que, en definitiva, el sueño en el espacio sí es muy diferente al sueño en nuestro pacífico planeta Tierra.
Referencias:
Sleeping in Space https://www.nasa.gov/audience/foreducators/stem-on-station/ditl_sleeping
Curiosidades del sueño en el espacio y qué difieren del sueño en la tierra https://www.infosalus.com/salud-investigacion/noticia-curiosidades-sueno-espacio-difieren-sueno-tierra-20230525082847.html