La conexión entre la mente y el cuerpo ha sido objeto de intensa investigación en las últimas décadas. Esta ha revelado cómo la salud intestinal puede afectar el estado de ánimo e incluso las enfermedades neurológicas. Ahora, un nuevo estudio realizado por investigadores australianos plantea la posibilidad de que las enfermedades mentales se manifiesten de manera más evidente en el cuerpo que en el cerebro. Los hallazgos sugieren que las malas puntuaciones de salud física pueden ser un indicador más preciso de enfermedad mental que los cambios cerebrales detectados en los escáneres.
La autora principal del estudio, la psiquiatra y neurocientífica Ye Ella Tian, compartió en Twitter que las personas con diagnóstico de enfermedad mental mostraron cambios cerebrales sutiles, como era de esperar. Pero también presentaron «una salud física considerablemente más deficiente en múltiples sistemas corporales en comparación con sus pares sanos».
En cierto sentido, esto no resulta sorprendente. Las investigaciones han demostrado que la enfermedad mental se asocia con una mala salud física y enfermedades crónicas. Por ejemplo, la obesidad y la diabetes. Se cree que estas podrían estar relacionadas con los efectos secundarios de los medicamentos o las desigualdades en el acceso a la atención médica. Por ejemplo, las personas con esquizofrenia tienen tres veces más probabilidades de desarrollar diabetes que la población general. También pueden tener un riesgo dos veces mayor de enfermedad coronaria.

Salud mental y física: una conexión subestimada
El impacto de las condiciones graves de salud mental en otros aspectos de la salud física, como la salud pulmonar, la función hepática y la densidad ósea, ha sido menos estudiado. Además, durante décadas, la salud física en general ha sido subestimada. Tal es así que se ha prestado una atención inadecuada. A menudo, ha pasado desapercibida en el campo de la psiquiatría, como señalan Tian y sus colegas de la Universidad de Melbourne.
El equipo de investigación recopiló mediciones de resonancias magnéticas cerebrales y evaluaciones de salud de varios grupos de estudio diferentes. A partir de estos datos, se generaron puntuaciones de salud cerebral y la función de siete sistemas corporales. Entre ellos el sistema inmunológico, la función hepática, el corazón, los pulmones y los riñones. Esto permitió comparar las puntuaciones de salud entre personas diagnosticadas con enfermedades mentales y poblaciones de individuos de la misma edad.
Las diferencias en los resultados de las imágenes cerebrales permitieron una distinción precisa entre las cuatro condiciones de salud mental estudiadas: esquizofrenia, trastorno bipolar, depresión y trastorno de ansiedad generalizada. Sin embargo, el estudio encontró que las personas con uno o más de estos trastornos podían diferenciarse «con una precisión modesta» de los controles sanos de una edad similar basándose únicamente en su salud corporal.

Salud corporal: un predictor sorprendente de enfermedad mental
Los puntajes de salud corporal relacionados con la función hepática y renal, el sistema inmunológico y el metabolismo fueron consistentemente más bajos en todas las condiciones de salud mental en comparación con los controles sanos. Estos resultaron ser mejores predictores de un diagnóstico de salud mental que los puntajes de las imágenes cerebrales.
El hecho de que las medidas de salud física superen las diferencias en los resultados de las imágenes cerebrales resultó sorprendente, dado que la enfermedad mental tiene su origen en el cerebro. El neurocientífico Andrew Zalesky, de la Universidad de Melbourne, explicó en un podcast que existen múltiples razones posibles para esta asociación entre mala salud física y enfermedad mental grave. Estas van desde los efectos secundarios de los medicamentos hasta el estrés crónico y el aumento de las infecciones.
Los investigadores enfatizan que sus hallazgos, en su mayoría provenientes de poblaciones británicas blancas, no deben utilizarse como una herramienta de diagnóstico. No se sabe si estos resultados se mantendrían antes del inicio de los trastornos. En cambio, los hallazgos deberían ayudar a los psiquiatras a comprender cómo las enfermedades mentales afectan diferentes aspectos de la salud física, fomentando así un enfoque integral que aborde tanto el cuerpo como la mente en el tratamiento de las personas con problemas de salud mental.
Referencias:
Evaluation of Brain-Body Health in Individuals With Common Neuropsychiatric Disorders: doi:10.1001/jamapsychiatry.2023.0791