Los resultados de recientes estudios respaldan claramente la importancia del ejercicio para la salud del cerebro y la cognición. A través del análisis genético, se estableció una relación causal entre la actividad física y el funcionamiento cognitivo.
Es relevante mencionar que el estudio tuvo en cuenta las críticas realizadas al primer estudio y se utilizó un enfoque riguroso y confiable para analizar los datos. Mediante el uso del método de aleatorización mendeliana, se identificaron las variaciones genéticas asociadas con la actividad física y se determinó su impacto en la función cognitiva.
Los hallazgos indican que la actividad física moderada y vigorosa tiene efectos beneficiosos en el funcionamiento cognitivo. Esto implica que las personas que se mantienen activas físicamente tienen una mayor capacidad para pensar, aprender y recordar información. Además, se encontró que estos efectos positivos se mantienen incluso al considerar factores como la edad, el género y el nivel educativo.
Estos resultados tienen implicaciones significativas para la salud pública y respaldan las recomendaciones existentes sobre la importancia de la actividad física para mantener una buena salud cerebral. Por lo tanto, el estudio refuerza la idea de que una mente sana está estrechamente relacionada con un cuerpo sano y que el ejercicio regular desempeña un papel clave en el mantenimiento de una función cognitiva óptima a lo largo de la vida.

Impacto significativo de la actividad física en la función cognitiva
Se ha revelado a través de uno de esos estudios que la actividad física tiene un impacto significativo en el funcionamiento cognitivo. Cabe resaltar que se ha descubierto que la actividad física moderada, como caminar a paso ligero o andar en bicicleta, tiene un efecto 1,5 veces mayor que la actividad física vigorosa, como correr o jugar al baloncesto. Este descubrimiento resalta que no es necesario llegar al agotamiento para obtener beneficios cognitivos del ejercicio.
Al considerar todos los tipos de actividad física en conjunto, incluyendo la actividad sedentaria y ligera, los resultados no mostraron un efecto significativo en la función cognitiva. Esto confirma la importancia de alcanzar al menos intensidades moderadas para obtener los beneficios cognitivos de la actividad física.
Estos hallazgos están en línea con los resultados de un estudio reciente que enfatiza la importancia de la duración e intensidad del ejercicio en la liberación de una proteína llamada BDNF en el cerebro. Esta proteína desempeña un papel fundamental en la generación de nuevas neuronas, la formación de conexiones entre ellas y el desarrollo de nuevos vasos sanguíneos para su nutrición.
Durante el ejercicio, la producción de esta proteína aumenta, lo cual explica en parte los efectos beneficiosos de la actividad física en la función cognitiva. La existencia de este mecanismo fisiológico proporciona un respaldo adicional a los resultados y fortalece la evidencia de un efecto positivo del ejercicio en el funcionamiento cerebral.

Discrepancias en la revisión y el estudio genético
Varias diferencias pueden explicar la discrepancia en los resultados entre la revisión de metanálisis y el estudio genético. En primer lugar, se analizó a personas sanas en la revisión, a diferencia del estudio. Además, se realizó una distinción entre actividad física ligera, moderada y vigorosa en el estudio, mientras que la revisión no lo hizo. También se evaluaron los efectos a largo plazo en el estudio, a diferencia de las intervenciones más cortas en la revisión.
En conclusión, nunca es demasiado tarde para comenzar a hacer ejercicio, según un estudio reciente. Iniciar la actividad física en etapas tardías de la vida muestra efectos positivos similares a estar activo desde siempre.
Por lo tanto, según estos hallazgos, la actividad física parece seguir siendo beneficiosa para la salud y la cognición cerebral. En el contexto actual de desconfianza hacia la ciencia, se debe evitar sacar conclusiones precipitadas basadas en un solo estudio que contradice años de investigación.
En la ciencia, es prudente esperar estudios adicionales antes de sugerir cambios en las pautas de actividad física. La acumulación de evidencia de diferentes investigadores es crucial para respaldar los mensajes de salud pública. Aún no se ha alcanzado ese punto, y los beneficios de la actividad física en diversos aspectos de la salud física y mental siguen siendo innegables.
Referencias:
Is exercise really good for the brain? Here’s what the science says: https://theconversation.com/is-exercise-really-good-for-the-brain-heres-what-the-science-says-204593