La depresión estacional es un fenómeno intrigante que despierta curiosidad y comprensión. La tristeza del invierno, esa sensación de «bla» que nos envuelve durante los meses fríos y grises, no es solo una frase común, sino una manifestación de un trastorno emocional más profundo.
Según Susan Albers, una destacada psicóloga de la Clínica Cleveland, cuando cambiamos de estación y nuestra exposición a la luz del día disminuye, nuestros cuerpos luchan por adaptarse a este nuevo ritmo. Esta lucha interna se conoce como depresión estacional, un tipo de depresión que afecta a muchas personas.
El trastorno afectivo estacional, también conocido como SAD por sus siglas en inglés, implica cambios en el estado de ánimo y el comportamiento a medida que las estaciones cambian. Sentirse desesperado, impotente o irritable son signos reveladores de esta afección. Si experimentas estas emociones estacionalmente durante varios meses, es posible que sufras de SAD.
Contrariamente a la creencia popular, el SAD no se limita solo al invierno. De hecho, existen dos tipos de SAD. El primero es el SAD de inicio en el otoño o depresión invernal, que generalmente comienza en otoño o principios del invierno y se alivia en el verano. El segundo es el SAD de primavera o depresión de verano, cuyos síntomas aparecen a fines de la primavera o principios del verano. Aunque menos común que su contraparte invernal, la depresión de verano también puede afectar a algunas personas.
La depresión estacional es un recordatorio de la complejidad de nuestra mente y cuerpo, y cómo nuestra salud emocional puede estar influenciada por los cambios en nuestro entorno. Si experimentas síntomas de SAD, no dudes en buscar apoyo y tratamiento adecuados. La comprensión y el cuidado pueden ayudarte a superar la tristeza estacional y encontrar la luz incluso en los días más oscuros.

Causas del SAD: serotonina, melatonina y más
La investigación científica ha arrojado luz sobre las posibles causas del SAD al estudiar dos sustancias químicas cerebrales: la serotonina y la melatonina, según el Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH).
La serotonina, un neurotransmisor que regula el estado de ánimo, se cree que se ve afectada por la reducción de la luz solar durante el invierno. Durante esta temporada, cuando la luz solar es escasa, los niveles de serotonina disminuyen, lo que puede influir en el estado de ánimo.
Por otro lado, la melatonina, hormona que regula el ciclo de sueño y vigilia, también desempeña un papel en el SAD. Se sospecha que las personas con esta condición producen un exceso de melatonina. Ello puede provocar somnolencia y un aumento de la necesidad de dormir.
Estas dos sustancias químicas son responsables de mantener el equilibrio en el ciclo diario de nuestro cuerpo. Se encargan de regular el sueño, el estado de ánimo y los patrones de comportamiento. En el caso del SAD, los cambios en los niveles de serotonina y melatonina interrumpen los ritmos diarios normales, dificultando la adaptación a los cambios estacionales en la duración del día. Esto puede provocar alteraciones en el sueño, cambios de humor y comportamientos atípicos.
Prevalencia y riesgos del SAD
El SAD afecta aproximadamente al 5% de los adultos en Estados Unidos, siendo más común en mujeres que en hombres. Aunque los expertos aún no han determinado las razones exactas detrás de esta diferencia. Los síntomas suelen manifestarse en la edad adulta temprana, entre los 18 y los 30 años.
Las personas con antecedentes de depresión, trastorno bipolar o historial familiar de depresión mayor, así como otras condiciones de salud mental, tienen un mayor riesgo de desarrollar SAD.
No es sorprendente que el SAD de inicio en otoño sea más frecuente en aquellas personas que viven en regiones del norte del país, donde las horas de luz solar son más cortas durante los meses de invierno.
A medida que se profundiza nuestra comprensión de las causas subyacentes del SAD, se abren oportunidades para desarrollar tratamientos más efectivos y brindar apoyo a quienes sufren esta condición estacional.

Combatir la depresión estacional: síntomas y tratamientos
La depresión estacional y el trastorno afectivo estacional (TAE) comparten una serie de síntomas similares, según la Clínica Cleveland. Estos síntomas incluyen una profunda tristeza, desesperación, ansiedad, falta de energía o fatiga extrema. Otros síntomas son la pérdida de interés en actividades placenteras, aislamiento social, antojos de carbohidratos, fluctuación en el peso, trastornos del sueño, dificultad para concentrarse, agitación y pensamientos de muerte o suicidio.
Si te estás preguntando cómo combatir la depresión estacional, Mayo Clinic sugiere varias opciones de tratamiento. La terapia de luz es uno de los tratamientos más efectivos para el TAE. Sentarse frente a una caja de luz o lámpara de 10,000 lux durante unos 20 minutos cada mañana puede ser beneficioso. La psicoterapia, especialmente la terapia conductual cognitiva, puede ayudar a identificar y cambiar los patrones negativos de pensamiento y comportamiento. También puede como mejorar las estrategias de afrontamiento.
En algunos casos, los antidepresivos, como el bupropión, pueden ser recetados para tratar la depresión estacional. Es importante comenzar el tratamiento antes de la temporada en la que suelen aparecer los síntomas. Además de estos tratamientos, se recomienda aumentar la actividad física, exponerse a la luz solar tanto en interiores como al aire libre, mejorar los hábitos de sueño y buscar ayuda médica si los síntomas persisten.
La depresión estacional es más común de lo que se cree y es fundamental buscar apoyo y tratamiento adecuado, independientemente de la época del año. Hablar con un proveedor de atención médica acerca de los síntomas y las opciones de tratamiento disponibles puede marcar la diferencia en el manejo de la depresión estacional y mejorar la calidad de vida.
Referencias:
Seasonal affective disorder (SAD): What it is, symptoms and treatments: https://medicalxpress.com/news/2023-05-seasonal-affective-disorder-sad-symptoms.html