El alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa que afecta a millones de personas en todo el mundo. A medida que la investigación avanza, los científicos buscan desentrañar los factores que pueden influir en su desarrollo y progresión. En este contexto, un estudio liderado por la Universidad Complutense de Madrid ha arrojado nueva luz sobre la relación entre la actividad física y un marcador genético específico del alzheimer, la proteína ApoE4.
La investigación, publicada en la revista Alzheimer’s Research & Therapy, revela que la práctica de actividad física puede tener efectos protectores en estadios iniciales de la enfermedad en individuos portadores de la variante genética ApoE4. Esta variante es considerada un factor de riesgo. Sin embargo, a medida que el cerebro acumula una mayor carga de amiloide y factores de inflamación, la capacidad protectora del ejercicio se ve reducida. Aunque no llega a desaparecer por completo.
A pesar de esta disminución en la efectividad, los resultados indican que la actividad física podría contribuir a retrasar el inicio de la sintomatología clínica en personas con este factor de riesgo genético. La Dra. Jaisalmer de Frutos, investigadora del Departamento de Psicología Experimental, Procesos Cognitivos y Logopedia de la UCM, resalta la importancia de este hallazgo en la búsqueda de estrategias para combatir el alzheimer.

Proteína ApoE4 y ejercicio: un vínculo complejo
La presencia de la proteína ApoE4 genera ineficiencia en el transporte de lípidos y una sobreactivación de la respuesta inmune cerebral. Por lo tanto, limita así la capacidad del ejercicio físico para promover la generación de nuevas neuronas. Así también la formación de conexiones neuronales y la reparación del daño neuronal y vascular en el cerebro.
Es importante destacar que investigaciones previas presentaban resultados contradictorios y no concluyentes. Algunos estudios indicaban que la inactividad física era especialmente perjudicial para las personas con el factor de riesgo genético. Mientras que otros apuntaban a que tanto los individuos con el riesgo genético como aquellos sin él se beneficiaban por igual. Incluso se planteaba la posibilidad de que solo los individuos sin el factor de riesgo obtuvieran algún beneficio y protección del ejercicio.
Para llevar a cabo este estudio, los investigadores realizaron una revisión exhaustiva de la literatura existente sobre los efectos de la actividad física y la presencia del factor de riesgo genético ApoE4 en una serie de mecanismos moleculares relacionados con la enfermedad de Alzheimer. Estos mecanismos incluían la acumulación de proteína amiloide y tau, la resiliencia neuronal y neurogénesis. También la función lipídica y las alteraciones cerebrovasculares, la respuesta inmune cerebral y el metabolismo de la glucosa.

Ejercicio físico como estrategia prometedora contra el alzhéimer
El resultado de este trabajo no se limita a una recopilación de información, sino que integra los resultados de décadas de investigación en un modelo teórico. Ante la ausencia de una cura definitiva para el alzhéimer, la Dra. Alejandra García Colomo, también investigadora de la UCM, destaca la posibilidad de combinar diferentes estrategias de intervención, tanto farmacológicas como no farmacológicas, con programas de ejercicio físico para potenciar los beneficios de la actividad física en la lucha contra esta enfermedad.
Este estudio pionero evidencia que la actividad física puede tener un impacto positivo en la demora del inicio de los síntomas clínicos del alzheimer en personas con el factor de riesgo genético ApoE4. Estos hallazgos abren nuevas posibilidades en la búsqueda de intervenciones terapéuticas complementarias para combatir esta devastadora enfermedad neurodegenerativa.
Referencias:
How does apolipoprotein E genotype influence the relationship between physical activity and Alzheimer’s disease risk? A novel integrative model: https://doi.org/10.1186/s13195-023-01170-4