El poder de la comunicación con los bebés es más profundo de lo que imaginamos. Una investigación reciente realizada por expertos de la Universidad de East Anglia en el Reino Unido revela que hablar con los bebés puede influir en la estructura de sus cerebros en crecimiento.

Los resultados del estudio mostraron que los niños pequeños que están expuestos regularmente a un mayor nivel de habla presentan una apariencia más eficiente en sus neuronas. Los escáneres cerebrales revelaron que las regiones responsables del procesamiento del lenguaje tenían una concentración más alta de mielina. Esta es una sustancia aislante que rodea las neuronas y les permite enviar mensajes de manera más rápida y eficiente.

Aunque aún no se ha establecido si esta mielina adicional tiene un impacto directo en las habilidades lingüísticas de un niño de dos años y medio, los investigadores sugieren que podría tener beneficios significativos. La mielina actúa como una especie de cinta adhesiva en una manguera con agujeros. De esa manera ayuda a las neuronas a transmitir señales de manera más efectiva y fortaleciendo su conexión con otras neuronas.

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Tocando cerebros: el poder del habla en bebés

El mensaje principal que surge de este estudio es claro: hablar con los bebés es crucial, ya que su entrada de lenguaje está moldeando literalmente sus cerebros. Sin embargo, los resultados son complejos, ya que hablar más no siempre promovió una mayor eficiencia neuronal en los bebés.

Durante la investigación, más de 140 bebés y niños pequeños usaron dispositivos de grabación durante tres días. Al analizar las miles de horas de grabaciones de audio, los investigadores pudieron comprender qué tipo de lenguaje estaban escuchando los niños a diario. Posteriormente, un grupo seleccionado de niños se sometió a resonancias magnéticas mientras dormían la siesta.

El estudio reveló que, en bebés de seis meses, una mayor exposición al lenguaje se asoció con una menor mielinización, en contraposición a lo que se encontró en niños dos años mayores. Este hallazgo inesperado se explica porque el desarrollo del cerebro de un bebé pasa por diferentes etapas. En algunos momentos, el cerebro está ocupado construyendo nuevas células, mientras que en otros está ocupado refinando las células ya existentes.

En los primeros años de vida, el crecimiento puro del cerebro parece ser lo más relevante. Sin embargo, a partir de los dos años, se activan las etapas de poda y crianza del cerebro.

Spencer sugiere que hablar es igualmente importante a los seis meses y a los 30 meses, aunque afecta al cerebro de manera distinta debido a su «estado» en cada etapa. Por ejemplo, a los seis meses, es posible que escuchar más lenguaje retrase la mielinización y, en cambio, favorezca el crecimiento cerebral. No obstante, estas son solo especulaciones que requieren más investigación para ser confirmadas.

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El poder del lenguaje en el desarrollo cerebral infantil

Saloni Krishnan, un neurocientífico cognitivo del desarrollo que no participó en el estudio, afirma que se necesita más investigación para comprender el papel de la mielina en el aprendizaje. No está claro si una mayor mielinización en estas áreas tiene un significado relevante para el lenguaje futuro, el desarrollo cognitivo o si se trata de un patrón estable durante la infancia.

A pesar de estas incertidumbres, numerosos estudios han demostrado que la exposición al lenguaje es fundamental para el procesamiento lingüístico, el vocabulario, la gramática y el razonamiento verbal de los niños. Incluso horas después de nacer, los cerebros de los bebés muestran signos de estar aprendiendo los sonidos del lenguaje. Además, el uso del «hablar de bebé» se ha relacionado con mejores habilidades lingüísticas a largo plazo.

Investigaciones previas también han revelado que los niños de cuatro a seis años que tienen más conversaciones con adultos presentan una mayor mielinización en las regiones cerebrales asociadas con el lenguaje. Estos nuevos hallazgos ahora amplían ese efecto incluso a los niños más pequeños.

Es necesario seguir investigando para comprender cómo estos cambios estructurales se traducen en el aprendizaje del lenguaje. Por ahora, es importante recordar que los niños absorben mucho más de lo que se piensa de lo que se les dice. Cada palabra que pronunciamos tiene un impacto significativo en su desarrollo cognitivo y lingüístico.

Referencias:

Language exposure and brain myelination in early development: https://doi.org/10.1523/JNEUROSCI.1034-22.2023

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