Mayo es el mes de la concientización sobre el cáncer de piel. Durante esta temporada, es crucial tomar un momento para revisar la fecha de vencimiento del protector solar del año pasado. Aunque el sol es tentador y todos anhelamos divertirnos al aire libre, hay que recordar que una exposición excesiva puede ser peligrosa. La radiación ultravioleta emitida por el sol puede dañar nuestra piel, siendo los niños especialmente vulnerables debido a su tendencia a pasar más tiempo al aire libre y a quemarse fácilmente.

La exposición prolongada al sol puede aumentar el riesgo de desarrollar diversos problemas de la piel, entre ellos el cáncer cutáneo. Esta enfermedad se manifiesta principalmente en áreas expuestas al sol, como el cuero cabelludo, la cara, los labios, las orejas, el cuello, el pecho, los brazos, las manos y las piernas. Hay que tener presente que el cáncer de piel puede afectar a personas de todos los tonos de piel, incluidas aquellas con tez más oscura. Este tipo de cáncer se origina cuando las células de la piel sufren mutaciones en su ADN. Gran parte de este daño al ADN es causado por la radiación ultravioleta presente en la luz solar y en las lámparas de bronceado.

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Arrugas, manchas y protección solar

Otro efecto adverso del sol es la aparición prematura de arrugas. Aunque la genética juega un papel fundamental en la estructura y la textura de nuestra piel, la exposición solar es una de las principales causas de las arrugas, especialmente en personas de piel clara. La luz ultravioleta destruye el tejido conectivo de la piel, específicamente las fibras de colágeno y elastina presentes en las capas más profundas. Sin este tejido de soporte, la piel pierde fuerza y flexibilidad, lo que resulta en flacidez y arrugas tempranas.

Por otro lado, la exposición solar también puede provocar la aparición de manchas de la edad. Estas manchas son causadas por la hiperactividad de las células pigmentarias de la piel. La luz ultravioleta acelera la producción de melanina, el pigmento responsable del color de nuestra piel. Después de años de exposición solar, la melanina se acumula en concentraciones más altas, lo que resulta en la aparición de manchas de la edad. Cabe mencionar que el uso de lámparas de bronceado comerciales también puede contribuir a la aparición de estas manchas.

Una forma efectiva de proteger nuestra piel es utilizando protector solar de amplio espectro con un factor de protección solar (FPS) de al menos 30, incluso en días nublados. Debemos aplicar generosamente el protector solar y reaplicarlo cada dos horas, o con mayor frecuencia si estamos nadando o sudando. Es esencial cubrir toda la piel expuesta, incluyendo los labios, las puntas de las orejas, las manos y el cuello.

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Protección solar y prevención

La Administración de Alimentos y Medicamentos establece que los protectores solares deben mantener su concentración original durante al menos tres años. Esto significa que podemos usar el protector solar sobrante de un año para otro. Sin embargo, si un protector solar tiene una fecha de vencimiento impresa, debemos desecharlo una vez haya expirado. Si adquieres un protector solar que no indica su fecha de vencimiento, es recomendable que escribas la fecha de compra en la botella. De esta manera, podrás asegurarte de no utilizarlo pasados tres años desde su adquisición.

También podemos tomar otras medidas para proteger nuestra piel de los dañinos rayos solares. Evitar la exposición al sol durante las horas pico, cuando los rayos ultravioleta son más intensos, es una práctica inteligente. Intenta limitar tu tiempo al aire libre entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde, cuando el sol se encuentra en su punto más alto. Si es inevitable estar expuesto durante estas horas, busca áreas de sombra y utiliza ropa protectora, como un sombrero de ala ancha, gafas de sol que bloqueen tanto los rayos UVA como los UVB, y prendas de vestir de manga larga y tejidos que cubran adecuadamente tu piel.

Cuidado y vigilancia: salud y aire libre

Recordemos que el ejercicio y disfrutar del aire libre son esenciales para mantener una buena salud, pero debemos hacerlo de manera segura y responsable. Cuidar nuestra piel y protegernos del sol nos permitirá disfrutar de todas las actividades al aire libre sin poner en riesgo nuestra salud.

Además de la protección solar, es importante prestar atención a los cambios en nuestra piel. Realiza regularmente autoexámenes para detectar posibles anomalías, como lunares irregulares, manchas nuevas que han cambiado de forma o color, o cualquier lesión cutánea que no cicatrice correctamente. Si notas alguna de estas señales o tienes preocupaciones sobre tu piel, no dudes en consultar a un dermatólogo. La detección temprana y el tratamiento oportuno pueden marcar una gran diferencia en el pronóstico y el éxito del tratamiento del cáncer de piel u otras enfermedades dermatológicas.

Referencias:

Consumer Health: Does expired sunscreen still work?: https://medicalxpress.com/news/2023-05-consumer-health-expired-sunscreen.html

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