El trasplante de microbiota fecal (TMF) ha demostrado ser una terapia efectiva y asequible para las infecciones recurrentes por ‘Clostridioides difficile’. Esta es una bacteria oportunista que causa infecciones intestinales. Sin embargo, los ensayos de intervención en humanos han dado resultados dispares en el tratamiento de enfermedades crónicas no transmisibles, como la colitis ulcerosa y el síndrome metabólico. Dos artículos de revisión publicados en la revista Cell Host and Microbe analizan lo que se sabe y lo que no se sabe sobre por qué funcionan los trasplantes de microbiota fecal y hacia dónde se dirige este tratamiento.
Ambos grupos de investigadores coinciden en que hay factores poco explorados que influyen en el éxito del TMF, tales como la dieta y los antecedentes genéticos del paciente, la similitud de la composición microbiana entre el donante y el paciente, y la presencia de organismos no bacterianos en el intestino. Para aumentar nuestro conocimiento sobre los mecanismos del TMF y establecer la causalidad, los ensayos de intervención en humanos con heces o derivados con composiciones específicas, o con una combinación definida de componentes bacterianos, víricos y metabólicos, serán una plataforma experimental crucial, según Abbas Yadegar, microbiólogo y autor principal de la primera revisión, de la Universidad de Ciencias Médicas Shahid Beheshti en Irán.

El futuro del trasplante fecal: más allá de las bacterias
La mayoría de las investigaciones sobre el trasplante de microbioma fecal (TMF) han estudiado solo las bacterias. Pero los virus y hongos también podrían ser importantes. Un estudio sugiere que incluso sin bacterias, el TMF podría tratar con éxito ciertas enfermedades. Los hongos no han sido muy estudiados, pero la presencia de Candida podría reducir la eficacia del tratamiento. Los investigadores piensan que elegir mejor a los donantes y emparejarlos con los pacientes podría mejorar los resultados. En lugar de solo buscar donantes «sanos», deberíamos hacer análisis detallados de los microbiomas de donantes y pacientes para tomar decisiones clínicas. Especialmente para enfermedades diferentes de la infección por ‘C. difficile’. Tal vez, incluso deberíamos personalizar la elección de parejas donante-paciente, pero necesitamos más investigación.
Porcari y su equipo explican que, aunque algunos estudios indican que existen características comunes en los «superdonantes», otros sugieren que el donante ideal debe ser específico para cada paciente. Por lo tanto, se necesitan estrategias de selección personalizadas utilizando herramientas de secuenciación del microbioma. Yadegar y sus colegas sugieren que la combinación de donantes y receptores basada en sus patrones y preferencias alimentarias podría mejorar la eficacia del trasplante, ya que la microbiota del donante estaría adaptada a la dieta del receptor.
En última instancia, Yadegar y su equipo creen que una vez que comprendamos cómo funcionan los TMF, podemos diseñar nuevas terapias estandarizadas que sustituyan a los TMF. Aunque los trasplantes de microbiota fecal son eficaces, los autores subrayan que tienen riesgos infecciosos y falta de datos de seguridad a largo plazo. Por lo tanto, se necesitan mejores opciones de tratamiento que sean específicas, seguras e independientes del donante para tratar las infecciones recurrentes por C. difficile.

Desafíos y oportunidades en los TFM
Los autores, incluyendo a la Dra. Porcari, del equipo de investigación de Gianluca Ianiro, tienen una actitud optimista hacia el potencial de los TFM como tratamiento para enfermedades distintas a las transmisibles. Pero reconocen que todavía hay desafíos por superar.
Los cambios necesarios incluyen un análisis más exhaustivo de la microbiota tanto del donante como del paciente. Luego se podría aplicar en un enfoque secuencial y no como una terapia única y aguda.
Según los autores, los TMF no suelen mantener sus efectos a largo plazo en los trastornos crónicos no transmisibles, por lo que se han aplicado trasplantes secuenciales con resultados prometedores. Esto sugiere que la modulación crónica del microbioma del paciente puede ser beneficiosa en estas enfermedades.
Referencias:
Beneficial effects of fecal microbiota transplantation in recurrent Clostridioides difficile infection: https://doi.org/10.1016/j.chom.2023.03.019