La relación entre la calidad del sueño y las hormonas reproductivas, como el estrógeno y la progesterona, ha sido objeto de estudio por parte de expertos en medicina. Estas hormonas pueden afectar la cantidad y calidad de sueño, así como también los sueños de las personas en diferentes etapas del ciclo menstrual. El sueño se divide en dos fases, el movimiento ocular no rápido (NREM) y el movimiento ocular rápido (REM). Las personas suelen soñar durante la fase REM, que generalmente comienza unos 90 minutos después de quedarse dormidos.

Hay muchos receptores de estrógeno y progesterona en las partes del cerebro que regulan el sueño, y debido a que los niveles de estas hormonas cambian durante el ciclo menstrual, nuestro sueño también varía a lo largo del mes. El ciclo menstrual tiene cuatro etapas: la menstruación, la fase folicular, la ovulación y la fase lútea. El ciclo menstrual comienza el primer día del período, y antes de la ovulación, los niveles de estrógeno aumentan. En esta fase folicular, el sueño tiende a ser de mejor calidad.

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Cambios hormonales y sueño en la fase lútea

Después de la ovulación, los niveles de progesterona aumentan y eventualmente superan al estrógeno. Si no se produce un embarazo, los niveles de ambas hormonas descienden antes de la menstruación. En esta fase lútea, se ven cambios en la estructura del sueño y, por ende, en la calidad del sueño.

Los cambios en los niveles de progesterona durante la fase lútea pueden provocar trastornos del sueño antes del período de una persona. En comparación con el estrógeno, se cree que la progesterona está más fuertemente relacionada con los síntomas premenstruales (SPM), que ocurren durante la fase lútea. Estos cambios en el sueño no se comprenden por completo, pero el aumento de la progesterona en la fase lútea está relacionado con el aumento de la temperatura corporal y la sudoración, lo que puede interferir con el sueño.

Además, la proporción general de sueño REM a NREM también puede disminuir durante la fase lútea. La progesterona y el estrógeno ayudan a modular los mensajeros químicos en el cerebro, a saber, la serotonina y el ácido gamma-aminobutírico (GABA), que regulan el estado de ánimo y los niveles de estrés. La ansiedad y el estado de ánimo deprimido debido al síndrome premenstrual pueden socavar los intentos de las personas por conciliar el sueño, y los síntomas físicos, como dolores corporales y náuseas, también pueden explicar por qué las personas que experimentan el síndrome premenstrual son propensas a las interrupciones del sueño.

La producción y la sensibilidad a la melatonina también pueden cambiar durante la fase lútea, según sugieren algunos estudios, pero la investigación no es suficiente para sacar conclusiones firmes.

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Los sueños durante el ciclo menstrual

Según Schaedel, durante la fase lútea del ciclo menstrual, las alteraciones del sueño pueden aumentar la posibilidad de que las personas recuerden sus sueños vívidos. Adib sugiere que si el sueño se fragmenta durante el REM o si te despiertas poco después de esta etapa, es más probable que recuerdes tus sueños. Un estudio de 2019 sugiere que las hormonas también pueden influir en los tipos de sueños que tiene una persona.

Este estudio pidió a cientos de mujeres que recordaran sus sueños de la noche anterior y encontró que las mujeres en la fase lútea informaban con mayor frecuencia que sus sueños eran «agradables», mientras que las mujeres en otras partes del ciclo menstrual informaban con más frecuencia que sus sueños eran «desagradables». Sin embargo, no está claro si este resultado se puede aplicar a grupos más grandes de personas.

Referencias:

Can the menstrual cycle affect people’s sleep and dreams?: https://www.livescience.com/health/sleep/can-the-menstrual-cycle-affect-peoples-sleep-and-dreams

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