Ahora que las terapias con agua fría se han vuelto populares, muchos las practican semanalmente o incluso a diario con la esperanza de mejorar su salud. Sin embargo, estas inmersiones no siempre son buenas para el cuerpo o la mente.
Si bien muchos estudios han reportado beneficios relacionados con los baños de hielo, como el alivio muscular o un mejor estado de ánimo, una investigación de 2014 indicó que podría haber un efecto placebo aquí. Es decir, una mejoría inesperada que con el tiempo pierde validez.
Lo que esto significa, grosso modo, es que meterse en agua fría a diario puede ser malo para tu salud.
Riesgos en las terapias con agua fría
Para que una actividad pueda considerarse “terapéutica”, el requisito mínimo es que no cause daño. Y eso es algo que no podemos decir sobre el agua fría, ya que conlleva muchos peligros.
Uno de los problemas asociados con la inmersión en agua fría es lo que se conoce como “lesión tisular sin congelamiento”. Esta ocurre cuando partes de la piel se enfrían pero no llegan a congelarse, lo que causa que las manos y los pies se sientan entumecidos.

Los síntomas parecen transitorios para la mayoría ya que, al volver a calentarse, la piel recupera su sensibilidad. Sin embargo, las lesiones tisulares sin congelación dañan poco a poco los nervios periféricos que conectan nuestros músculos a la médula espinal. Mientras más tiempo nos expongamos al frío, peor será el dolor y sensibilidad. Es por eso que los expertos no recomiendan hacer terapias diarias con hielo o agua fría, dado que los síntomas pueden persistir en las áreas afectadas durante muchos años.
Investigaciones recientes han demostrado que nuestros cuerpos responden de forma diferente al enfriamiento. Por ejemplo, las personas de origen africano y caribeño parecen ser más susceptibles a lesiones tisulares sin congelación, a diferencia de los europeos y asiáticos.
Además, un estudio de 2020 con nadadores de agua fría indicó que estas temperaturas heladas también pueden afectar los vasos sanguíneos de la piel. Esto debido a que las bajas temperaturas hacen que los vasos sanguíneos se estrechen temporalmente, lo que aumenta la presión arterial.
Por lo tanto, si bien el agua fría tiene sus beneficios, ducharse en exceso puede dañar la piel a largo plazo.
¿Abandonar o continuar con las inmersiones?

Los deportistas han utilizado durante mucho tiempo este tipo de terapia como una forma de reducir el dolor muscular y acelerar el tiempo de recuperación. De igual forma, muchos fisioterapeutas recomiendan duchas de agua fría para ayudar a tratar los síntomas de depresión, dolor y migraña. Sin embargo, sus inmersiones suelen durar unos diez minutos después del ejercicio y se realizan a una temperatura de entre 10 y 15 °C.
Puede que allí esté la diferencia entre una terapia exitosa con agua fría y una dañina, aunque todavía no se sabe qué tan frío es demasiado frío.
Algunos expertos creen que las duchas son una opción menos peligrosa que los baños al aire libre, ya que tienen un mayor control en términos de temperatura y tiempo de exposición. Pero debido a las temperaturas más frías que pueden alcanzar las duchas, estas aún presentan riesgos significativos.
Entonces, todo parece indicar que los beneficios potenciales de la terapia con agua fría se encuentran en sus primeras etapas. En consecuencia, lo mejor sería hacer este tipo de inmersiones una vez por semana o dos como máximo. Y sobre todo, planificar cómo entrar y salir del agua de manera segura.
Referencias:
Cold water therapy: what are the benefits and dangers of ice baths, wild swimming and freezing showers? https://theconversation.com/cold-water-therapy-what-are-the-benefits-and-dangers-of-ice-baths-wild-swimming-and-freezing-showers-203452
ACSM Expert Consensus Statement: Injury Prevention and Exercise Performance during Cold-Weather Exercise https://www.doi.2021/11000