Aunque siempre se ha dicho que los polos opuestos se atraen, por lo general, los humanos nos sentimos más atraídos por aquellas personas que son similares a nosotros. Con esto no nos referimos a rasgos físicos, sino más bien a pequeñas cosas como los intereses, gustos y disgustos.
Esta atracción ocurre en el subconsciente y no solemos darnos cuenta de ello hasta que la relación ha avanzado. Es por eso que cuando vamos a una fiesta y conocemos a alguien que lleva la camiseta de nuestra banda favorita, o que se ríe de los mismos chistes, hacemos todo lo posible para llamar su atención.
Así empiezan las relaciones más significativas de la vida. Ahora bien, ¿eso significa que estamos enamorados de nosotros mismos? No precisamente.
Esto se llama el efecto de similitud-atracción y no tiene una relación directa con el narcisismo o la vanidad humana. Un investigador de la Universidad de Boston nos explica esta necesidad en su nuevo estudio.
No eres tú ni soy yo, es la esencia

Hasta ahora, se sospechaba que había dos razones por las cuales percibir similitud aumentaba las probabilidades de que otra persona nos gustara. En primer lugar, por la certeza de ser querido, pues es más probable que les gustemos a esas personas tanto como a nosotros nos gustan ellas. Y en segundo lugar, por las oportunidades de autoexpansión, ya que creceremos más junto a alguien que comparte semejanzas con nosotros.
Sin embargo, si bien son razones válidas para algunas personas, no parecen ser el motivo principal de nuestra atracción. Los nuevos hallazgos sugieren que nos sentimos atraídos hacia personas similares por la creencia errónea de que esos intereses compartidos reflejan una conexión más profunda, es decir, una esencia.
¿Qué quiere decir todo esto? Pues que nos agrada la idea de que esa persona es, en esencia, como nosotros y comparte, por ende, los mismos puntos de vista sobre el mundo en general.
“Las personas se sienten atraídas por personas con las que están de acuerdo en un tema político, comparten preferencias musicales o simplemente se ríen de lo mismo. No solo por esas similitudes, sino por un tipo de esencialismo psicológico que se aplica específicamente a las ideas de la gente sobre el yo y la identidad individual”.
Charles Chu, profesor en la Universidad de Boston
El autoesencialismo y la atracción
Para examinar por qué nos sentimos atraídos por algunas personas y no por otras, se llevaron a cabo cuatro estudios. Cada uno diseñado para descubrir diferentes aspectos de cómo hacemos amigos o enemigos.

En el primer estudio, a los participantes se les habló de una persona ficticia que tenía opiniones similares en temas como el aborto, la pena capital, la posesión de armas, las pruebas con animales y el suicidio. Después de preguntarles a los participantes sus puntos de vista y medir su afinidad con el razonamiento autoesencialista, el equipo descubrió algo curioso. Al parecer, cuanto más creía un participante que su visión del mundo estaba formada por un núcleo esencial, más atraído se sentía hacia el personaje ficticio.
“Si tuviéramos que idear una imagen de nuestro sentido del yo, sería como un núcleo mágico que emana y provoca lo que podemos ver y observar. Argumentamos que las personas tienen esa esencia subyacente porque eso nos permite inferir que comparten similitudes a partir de un solo interés”.
Charles Chu
Para el segundo estudio, en lugar de investigar si la gente estaba de acuerdo o no con un personaje, se les pidió a los participantes que estimaran la cantidad de puntos azules en una página. Luego se les clasificó a ellos, y al personaje ficticio, como sobreestimadores o subestimadores.
«Esto me ayudó a descubrir que las personas que tienen una mayor creencia de que tienen una esencia tienen más probabilidades de sentirse atraídas por similitudes arbitrarias y mínimas”.
Charles Chu
Y para finalizar, el equipo probó el efecto inverso del proceso de similitud-atracción eliminando la influencia del razonamiento autoesencialista. Se les dijo a los participantes que usar su esencia para juzgar a otra persona podría conducir a una evaluación inexacta de los demás. Como resultado, los participantes se sintieron menos atraídos hacia el personaje ficticio apodado “Jamie”.
La verdades sobre las parejas similares

Todos estos hallazgos dejan en evidencia que buscamos a personas similares para obtener una validación consensual.
Conocer gente que comparte nuestras actitudes nos hace sentir más confiados en nuestras propias actitudes sobre el mundo. Por ejemplo, cuando descubres que a otra persona le gustan las series históricas tanto como a ti, te reafirmas y sientes que tienes criterio. Eso mejora tu autopercepción.
Por supuesto, esto aplica también para el arte, para las ideas filosóficas y para el resto de cosas cotidianas. Después de todo, lo que hacemos es esencializar.
Esa es la razón por la que nos gustan tanto las personas similares a nosotros, y eso está bien.
Referencias:
Some people may be attracted to others over minimal similarities https://www.apa.org/news/press/releases/2023/04/attracted-over-minimal-similarities