Durante la década de 1970, las historias de asesinos seriales como Ted Bundy o Jeffrey Dahmer dominaron los titulares. Sus delitos eran tan retorcidos que lo normal era suponer que un sociópata los acechaba en cada esquina. Pero, hoy en día, solo sentimos terror al ver sus documentales en las plataformas de streaming.
Tras tres décadas horrorizando al mundo, los asesinos seriales han entrado finalmente en declive. De los 770 casos registrados en los años 80, solo quedaron 400 cuando entramos en el nuevo milenio. Y después de 2016, se ha vuelto bastante inusual escuchar casos de asesinos que cargan en su espalda a decenas de víctimas. De hecho, los expertos estiman que actualmente hay menos de 50 asesinos seriales activos alrededor del mundo.
Sin duda alguna, una gran noticia para todos nosotros. Pero ¿a qué se debe esto? ¿Realmente hay menos asesinos seriales o es que hemos mejorado para atraparlos antes?
James Alan Fox, profesor de criminología en la Universidad Northeastern, estudió a estos criminales y concluyó que esto se debe a varios cambios en la ciencia forense, la policía y la justicia penal.
Ahora es más difícil repetir asesinatos

El declive de los asesinos seriales comenzó en la década de 1980. No es ningún secreto que esa fue una época oscura para Estados Unidos, ya que más de 189 personas morían cada año a manos de un psicópata o un sociópata.
Algunas víctimas eran secuestradas, mientras que otras simplemente eran asesinadas en las calles. En consecuencia, el gobierno comenzó a tomarse la represión nacional contra el crimen muy en serio. Se crearon números de emergencia y se pusieron en práctica rondas de vigilancia que dificultaron que los asesinos en serie, y mucho menos cualquier persona involucrada en delitos violentos, permaneciera fuera de prisión.
«Hay un número creciente de personas en la cárcel ahora, por lo que algunos posibles asesinos en serie probablemente están tras las rejas en lugar de estar en los bares buscando víctimas».
James Alan Fox
El ADN delata a los asesinos seriales

Por otro lado, los avances en la ciencia forense también han hecho posible que la policía investigue asesinatos de manera más efectiva, incluso aquellos que han permanecido abiertos durante décadas.
En los años 70 y 80 había pruebas de ADN, pero no eran tan efectivas como las actuales. No podía obtener nada del cabello, por ejemplo, por lo que todo se limitaba a las huellas digitales. Algo que se podía manipular fácilmente limpiando las pruebas o manchándolas.
Sin embargo, ahora no se necesita tanto material genético para poder identificar a un sospechoso. En un ejemplo reciente de alto perfil, la policía usó muestras de ADN de parientes lejanos para identificar a Joseph DeAngelo como el Golden State Killer, décadas después de que mató a 12 mujeres entre 1976 y 1986.
Por lo tanto, cualquier vínculo familiar o prueba en la escena del crimen puede arrojar un resultado. Ser asesino serial es más riesgoso que ser un simple ladrón en el nuevo milenio.
No hay esquinas para el crimen

En estos días las personas también son menos vulnerables que hace 40 años, lo que limita el grupo de víctimas potenciales de un asesino.
La proliferación de cámaras de vigilancia y la llegada de los teléfonos celulares con sus capacidades de rastreo por GPS han hecho más difícil la tarea del secuestro. Por no mencionar que ahora la policía tiene aún más herramientas a su disposición para rastrear el paradero de un asesino, ya sea una dirección IP o los metadatos.
En este sentido, es imposible perder de vista a una persona a no ser que viva en un bosque solitario a millones de kilómetros de la sociedad.
La mentalidad serial ha cambiado
Pero el declive de los asesinatos seriales no solo se debe a factores externos. El cambio hacia el aprendizaje socioemocional que ocurrió en los sistemas escolares podría explicar por qué hay menos sociópatas y psicópatas. Después de todo, este tipo de enseñanza ayuda a los estudiantes a desarrollar empatía y manejar su frustración. Además, brinda a los educadores la oportunidad de compensar algunos traumas que los niños pueden haber experimentado en otros entornos.

Todo fanático de los documentales policiales sabe que identificar temprano un trauma puede ayudar a prevenir el desarrollo de posibles asesinatos en serie. Así que esto también podría explicar por qué hay menos perfiles como Jeffrey Dahmer o Ted Bundy en las calles.
Por no mencionar que los temores en torno a los asesinatos en masa han aumentado en la última década, al igual que la ansiedad general del público y la desconfianza mutua. En consecuencia, muchos padres piensan primero en la seguridad física y mental de sus hijos.
Todos estos factores han hecho que haya cada vez menos asesinos seriales. Así que estos crímenes que aterrorizaron y cautivaron a partes iguales a toda una generación están fuera de nuestro alcance. Si bien hay todavía asesinos sueltos, los perfiles más aterradores siguen estando en las pantallas de nuestros televisores.
Referencias:
Why are there fewer serial killers now than there used to be? Why are there fewer serial killers now than there used to be? https://phys.org/news/2023-04-serial-killers.html
Serial Killers Have Rapidly Declined Since The 1980s https://www.discovermagazine.com/the-sciences/what-explains-the-decline-of-serial-killers