Leer es para muchos una pasión, pero hay quienes piensan en este hobby como algo meramente atractivo. En especial, cuando otras personas realizan una lectura profunda a su alrededor.
El libro o los gustos literarios del lector no son importantes. En general, consideramos que cualquier persona del sexo opuesto es atractiva cuando tiene la mirada perdida entre un par de páginas. De hecho, varias encuestas han confirmado que los hombres que mencionan la lectura como uno de sus intereses personales tiene un 19% más de mensajes en las páginas de citas. Pero, ¿a qué se debe esto?
Muchos famosos han sido retratados con un libro en la mano, desde St. Ambrose hasta Marilyn Monroe. No obstante, esto no tiene nada que ver con la fama del autor, o lo que esperamos que haya detrás de las portadas. Más bien es la atmósfera la que se crea lo que nos parece atractivo.
“Leer es sexy”
Esta misma expresión fue creada a imagen y semejanza de la frase “la inteligencia es sexy”, que fue utilizada por la Newspaper Association of America para promover la lectura en los Estados Unidos. Aunque a simple vista parezca superficial, explica muy bien lo que sucede en nuestra cabeza cuando vemos a alguien leyendo.
Lo que nos gusta de los lectores es ver cuán inmersos están en otro mundo, que tiene poco o nada que ver con el entorno que les rodea. Aunque están sentados sin mover un músculo, su mente parece estar en otro plano. Uno más interesante y misterioso, que no quieren compartir con nosotros. Lo único que podemos hacer es prestarle atención a las expresiones en sus rostros.
En otras palabras, el rostro de un lector es una especie de ventana al mundo creado por el libro. Y desde un punto de vista psicológico, eso es atractivo para quienes lo ven.
Por eso es que Ourit Ben-Haïm, famoso fotógrafo de los años 50, puso en marcha un proyecto llamado “Biblioteca Pública Subterránea de Nueva York” para recopilar fotografías de personas anónimas leyendo en las calles de Nueva York.
No son los libros, es lo íntimo

En una encuesta reciente, un 65% de los participantes respondió que las personas que tenían inculcado el hábito de la lectura les parecían más atractivos que las personas que no lo hacían. Sin embargo, al preguntarles la razón, pocos mencionaron los títulos que estaban ojeando los lectores. En su lugar, mencionaron que les gustaba contemplar la atmósfera fantástica que creaban.
Por lo tanto, es evidente que nos gustan las personas misteriosas que dejan volar su imaginación.
“Es leyendo que nos volvemos inaccesibles e inalcanzables, mientras que el espectador se queda con una infinita sensación de impotencia. Todos nos perdernos en los sentimientos y fantasías que surgen de la lectura”.
Silvia Hurtado González, profesora en la Universidad de Valladolid
Así que tenemos aquí una buena razón para darle una oportunidad a esos libros que hemos acumulado en las estanterías. Ser tan atractivos como los lectores a nuestro alrededor está a nuestro alcance.
Referencias:
Why do we find someone reading sexy? https://theconversation.com/why-do-we-find-someone-reading-sexy-203853