Dedicamos más tiempo del que deberíamos a cuestiones insignificantes. De hecho, nuestra vida está llena de decisiones triviales que debemos tomar en algún momento, nos guste o no la idea.
¿Qué ropa ponernos hoy? ¿Ir a la oficina o te quedarse en casa? ¿Deberíamos comer o no una dona por la mañana? Estas son solo algunas de las preguntas a las que nos enfrentamos cada día. Y por más banales que parezcan, pueden llegar a ser agobiantes si se acumulan en nuestra mente.
Estudios han demostrado que tomar varias decisiones a la vez puede causar ansiedad en las personas, especialmente cuando estas implican elegir entre una gran cantidad de opciones. Por ejemplo, cuando compramos un frasco de mermelada en el supermercado, no solo pensamos en el dinero que necesitamos sino también en las ofertas y los sabores disponibles. En fin, un montón de cosas que probablemente nos causarán un dolor de cabeza más tarde.
Las personas a menudo se sienten tontas por pensar demasiado en estas decisiones de “bajo riesgo”, pero hay razones lógicas para sentirse así. Y lo que es aún más importante, hay formas de facilitar estas elecciones.
Esto es lo que debes tener en cuenta para evitar que la trivialidad te agote.
Crea hábitos para evitar la duda

William James, uno de los más grandes pensadores de los siglos XIX y XX, sugirió que los hábitos nos ayudan a enfrentar la fatiga de decisión. Es decir, el malestar que se produce cuando la mente se cansa después de un período prolongado de tomar decisiones.
Los hábitos quitan la necesidad de pensar, ya que nuestro cerebro los ejecuta de forma mecánica. Entonces, dedicar algo de tiempo a desarrollar hábitos puede evitar que reflexiones sobre las decisiones cotidianas.
Por ejemplo, despertar a la misma hora todas las mañanas ayuda a no pensar demasiado en esta actividad ni agobiarse por estar cinco minutos más en la cama. Esto también aplica para la ropa, pues hay personas que planifican lo que llevarán cada día de la semana al trabajo para no pasar horas cambiándose.
“Usamos dos mecanismos diferentes cuando tomamos una decisión. El sistema uno es inconsciente, rápido e intuitivo. El sistema dos es el pensamiento con propósito, mucho más lento. Poner en marcha estos dos sistemas es agotador, por lo tanto, lo mejor es reducir su actividad con hábitos”.
William James
Descubre si tu personalidad es el problema

Algunos estudios centrados en el bienestar han identificado dos tipos de personalidad al momento de tomar decisiones: la maximizadora y la satisfactoria.
Maximizar es la tendencia a tratar de encontrar la mejor opción todo el tiempo. Las personas maximizadoras suelen darle importancia a cualquier decisión que toman y experimentar arrepentimiento posteriormente.
Por el contrario, satisfacer es la tendencia a terminar una decisión una vez que se encuentra una opción aceptable. Las personas satisfechas suelen tomar decisiones más rápido y sin tanto estrés, ya que entienden que son triviales.
Así que es importante que identifiques qué tipo de personalidad tienes para poder lidiar con el problema.
La trivialidad puede ser menos agotadora
En general, todas las decisiones triviales son mentalmente agotadoras. Da igual si estamos hablando de comer algo en el desayuno o de elegir entre un color y otro. Pero estas técnicas pueden ayudarte a lidiar con esos pequeños dolores de cabeza.
- Cuando se trata de nuestras decisiones diarias, reducir la cantidad de opciones disponibles puede ayudar a facilitar el proceso.
- También puedes convertir algunas opciones en hábitos para no tener que pensar en ellos.
- Y como último recurso, puedes intentar cambiar tu personalidad para no maximizar la trivialidad.
Así poco a poco dominarás este tipo de decisiones cotidianas.
Referencias:
Why everyday decisions feel so stressful, and what to do about it https://theconversation.com/why-everyday-decisions-feel-so-stressful-and-what-to-do-about-it-200124