Cada día, al despertarnos, nos enfrentamos a la difícil tarea de elegir qué color vestir, qué comer o en qué orden hacer nuestras tareas. Todos sabemos que estas decisiones cotidianas no van a cambiar nuestra vida, pues son triviales, pero por alguna razón nos estresan.
Por ejemplo, podríamos pasar horas angustiados por no saber si despertarnos media hora antes o media hora después. Esto es completamente normal, y aunque cueste creerlo, hay razones lógicas para sentirse así.
En primer lugar, porque la gran cantidad de opciones nos abruman. Estudios han demostrado que las personas compran más mermelada cuando hay solo 6 sabores disponibles, en vez de los 24 sabores habituales. Pero más allá de la cantidad, que ya es agobiante, las personas a menudo creen que carecen de la experiencia necesaria para evaluar adecuadamente sus opciones. Eso es lo que nos crea ansiedad.
Así que, si eres de los que se estresa con las decisiones triviales, debes aprender a superar esta incertidumbre. Aquí te mostramos cómo.
Entiende la trivialidad para poder vencerla

Decimos que algo es trivial cuando carece de importancia, trascendencia o interés, pero esta no es la definición más apropiada. Algunas de las decisiones que etiquetamos como triviales en realidad pueden tener un valor emocional. Como por ejemplo, cuando se trata de una decisión financiera como pedir comida a domicilio en lugar de cocinarla.
Además, hay personas que suelen maximizar cualquier decisión que toman y experimentar arrepentimiento posteriormente. Estos “maximizadores” siempre están cavilando sobre lo que podrían haber hecho y cómo podrían haber tomado una mejor decisión. En consecuencia, su estrés aumenta y llegan a sufrir migrañas.
Todas las decisiones son mentalmente agotadoras. Esto debido a que usamos dos mecanismos mentales diferentes para elegir entre una opción y otra:
- Un mecanismo inconsciente, que es rápido e intuitivo
- Y un mecanismo consciente, que es extremadamente lento porque busca darle propósito a esa decisión.
Sin embargo, hay una forma de romper esta cadena de agotamiento. El psicólogo Daniel Kahneman que dio con los mecanismos también descubrió que, al volver estas decisiones cotidianas un hábito, el estrés desaparecía.
“Despertarme a la misma hora todas las mañanas, besar a mi esposa y luego hacer café se ha convertido en un hábito que me ha ayudado a evitar pensar demasiado en estas actividades. Dejo que mi sistema se haga cargo tanto como pueda, al menos hasta que tome mi primera taza de café”.
Daniel Kahneman
Del estrés al hábito

Pensar demasiado, por ejemplo, si hacer ejercicio hoy o no, puede ser estresante y frustrar la intención de hacerlo. Nuestros cerebros no están programados para soportar la incertidumbre sino todo lo contrario. Necesitamos una rutina para que nuestras neuronas no sean un dolor de cabeza.
Así que la recomendación de los expertos sería la siguiente: “cuando se trata de decisiones cotidianas estresantes, lo mejor que puedes hacer es convertirlas en un hábito. Así dejarás de cuestionarlas”.
Por ejemplo, podemos adquirir el hábito de tomar café durante los días de semana. De esta manera, cada vez que nos despertemos, nuestro cuerpo inconscientemente encenderá la cafetera.
Reducir la cantidad de opciones también puede ayudar a facilitar el proceso. De hecho, Steve Jobs era bien conocido por usar atuendos similares casi todos los días: jeans con camisetas negras de cuello. Este no era su uniforme en Apple ni nada parecido, simplemente decidió simplificar esa decisión para poder llegar más temprano a la oficina.
Entonces, como puedes ver, hay muchas formas de vencer el estrés de las decisiones triviale, desde reducir las opciones hasta desarrollar buenos hábitos y dejar que nuestro cuerpo se haga cargo.
Lo único que debemos tener en cuenta es qué tipo de elecciones nos causan ansiedad cada día, y una vez identificadas, hacer algo al respecto.
Referencias:
Why everyday decisions feel so stressful, and what to do about it https://theconversation.com/why-everyday-decisions-feel-so-stressful-and-what-to-do-about-it-200124