El Sol es la única estrella de nuestro Sistema Solar. Su calor es lo que propicia la vida en la Tierra y, posiblemente, en otros planetas cercanos. Es por eso que siempre hemos pensado que es una estrella única en el universo. Pero un equipo de astrofísicos parece haberle puesto fin a esa idea, al afirmar que el Sol es, de hecho, “una estrella completamente normal».
Sus argumentos están fundamentados en las últimas observaciones hechas al astro, y aparecen en la revista Astronomy & Astrophysics. Aunque nosotros aquí te explicaremos cómo llegaron a esa conclusión aparentemente descabellada.
Entre soles y estrellas
Para este análisis, el equipo eligió varias estrellas con propiedades similares al Sol. Esencialmente, objetos estelares con una temperatura de aproximadamente de 5200 a 6300 K, una metalicidad entre el 50 % y el 200 %, y alejados de otras estrellas con período orbital de diez días o menos.

Se utilizó para ello un nuevo catálogo de propiedades estelares, a partir de datos del telescopio espacial Kepler, además de algunos datos de la sonda Gaia y el catálogo de índice de actividad magnética.
Una de las estrellas estudiadas fue la conocida Doris, otra enana tipo G (estrella amarilla). En un trabajo anterior, el equipo había observado que la amplitud del ciclo de Doris era el doble que la del Sol para los últimos ciclos solares. Durante mucho tiempo, esto hizo que se descartara la posibilidad de un “análogo solar”, pues no seguían dinámicas similares. Pero, comparando los datos de actividad de los dos últimos ciclos solares, el equipo descubrió que esto se debía a la metalicidad.
“El efecto de la metalicidad, que conduce a una zona de convección más profunda, produce una dinámica más efectiva, lo que conduce a un ciclo de actividad más fuerte».
Ángela Santos, investigadora del Instituto de Astrofísica e Ciências do Espaço
Por lo tanto, si una de estas estrellas tuviera un poco menos de metalicidad, serían prácticamente gemelas.
Hay estrellas parecidas al Sol
Cuando el equipo seleccionó estrellas similares a Doris, sin considerar la metalicidad en la selección, encontraron un exceso de estrellas de alta metalicidad. Y, de hecho, dieron con una aparente correlación entre el período de rotación y la metalicidad de las enanas tipo G.
¿Qué significa esto? Básicamente que, aunque hay estrellas que son más activas que nuestro Sol, este no deja de ser una estrella similar a otros astros completamente normales. Por lo tanto, es uno más del montón.
Hasta ahora, todos los datos que han revisado tomando en cuenta estas variables tienen resultados consistentes. Principalmente porque una actividad magnética más fuerte significa un período de rotación más lento. No obstante, habrá quienes duden de estos argumentos que explican por qué Doris gira más lento que el Sol, siendo similar y ligeramente más joven.
En la comunidad, hay un debate continuo sobre si el Sol es parecido o no a otras enanas amarillas. En particular, porque todo indica que las estrellas similares al Sol son significativamente más activas en comparación. Pero este equipo ha demostrado que hay varias limitaciones y sesgos en los datos observacionales y las propiedades estelares inferidas durante siglos. En realidad, el Sol no es diferente al resto, son las estrellas excesivamente metalizadas las que tienen un frenado magnético irregular.
Por lo tanto, nuestro astro no es tan especial como imaginamos.
Referencias:
Temporal variation of the photometric magnetic activity for the Sun and Kepler solar-like stars https://dx.doi.org/10.1051/0004-6361/202245430