En Jurassick Park y otras películas de ciencia ficción, el Tiranosaurio rex a menudo muestra sus dientes gigantes y afilados con una sonrisa aterradora. Pero hace unos 170 millones de años, estos depredadores en realidad escondían sus piezas dentales detrás de un par de labios, al igual que los lagartos modernos. 

Así lo indica un estudio paleoartístico en el que se restauraron los dientes y huesos de este reptil prehistórico. Por lo tanto, es probable que el T. rex y sus primos terópodos fueran más parecidos a los dragones de Komodo que a los cocodrilos.

Una sonrisa más agradable

Sabemos, por la piel preservada del Tiranosaurio rex, que estos dinosaurios tenían escamas en lugar de plumas. Pero como los fósiles encontrados están incompletos, ha sido muy difícil determinar qué había dentro de sus mandíbulas. 

Es por eso que los paleoartistas de la Universidad de Auburn usaron un análisis comparativo, en lugar de los métodos tradicionales, para llegar a esta conclusión. En concreto, analizaron las diferencias entre el cráneo de los reptiles y el de los tiranosaurios. 

Anatomía de la boca de un Tiranosaurio rex / Créditos: Science.org

Además, estudiaron por separado la estructura dental, los patrones de desgaste y las mandíbulas de varios reptiles con y sin labios. Entre ellos, los lagartos monitores, las iguanas marinas y los caimanes.

Sus hallazgos revelaron que, anatómicamente, la boca del Tiranosaurio rex era mucho más parecida a la de los reptiles con labios. Tenían tejido blando alrededor de la boca, así como piezas dentales nacaradas que sugerían algún tipo de protección adicional. 

Los dientes de cocodrilo por lo general exhiben patrones de desgaste, debido a la falta de protección contra la saliva y los alimentos. Sin embargo, los dientes gigantes del Tiranosaurio rex estaban muy bien conservados. Así que lo más probable es que estos dinosaurios protegieran su dentadura con un buen par de labios, formando una sonrisa mucho más amigable. 

¿El T.rex era entonces un lagarto gigante?

A los paleoartistas les resultó bastante curioso lo similares que son los dientes de los terópodos y los lagartos monitores. Desde el monitor más pequeño hasta el dragón de Komodo, los dientes funcionan de la misma manera que los de un Tiranosaurio rex. 

Comparación de varios lagartos, incluído el Tiranosaurio rex / Créditos: Science.org

Por lo tanto, puede que la línea de los lagartos monitores y la de los terópodos se cruzaran, aunque no estén directamente relacionados. 

Los dientes de T. rex eran más grandes que los de los reptiles modernos, pero ese tamaño era proporcional a los de nuestros lagartos depredadores actuales al considerar el tamaño de sus cráneos a sus dientes. Así que, la idea de que sus dientes eran demasiado grandes para cubrirlos con los labios es una gran mentira, al igual que sus sonrisas feroces.

«Curiosamente, nunca hubo un estudio que investigara este cambio, probablemente por la estética feroz de las películas modernas. Pero ahora estamos cambiando esa descripción popular cubriendo sus dientes con labios de lagarto. Esto es importante».

Derek Larson, paleontólogo del Royal BC Museum 

En conjunto, estos hallazgos parecen indicar que Tiranosaurio rex tenía una boca que se cerraba sobre sus dientes, completa con labios delgados y escamosos. Probablemente no eran móviles, como los labios de los mamíferos, pero habrían ayudado a proteger su dentadura hace millones de años.

Por lo tanto, no era tan aterrador como nos lo pintaron. 

Referencias:

Theropod dinosaur facial reconstruction and the importance of soft tissues in paleobiology https://www.doi/10.1126/science.abo7877

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