Si estás leyendo esto sentado, es muy probable que tengas las piernas cruzadas. Inconscientemente, casi todos ponemos una de nuestras piernas encima de la otra para sentirnos más cómodos. Pero este hábito, en principio «inofensivo», podría arruinar tu salud y la apariencia de tus piernas.
Los expertos aseguran que, aunque parezca que estamos descansando en esta posición, realmente no es así. La cadera sufre, al igual que los vasos sanguíneos en las extremidades inferiores.
Así que sí, es malo sentarse con las piernas cruzadas en una silla. Aquí te dejamos algunas razones por las que deberías considerar reducir este hábito lo más pronto posible.
Cuando cruzas las piernas, tu anatomía cambia
Por lo general, hay dos formas de cruzar las piernas: una consiste en apoyar el muslo sobre las rodillas y la otra apoya el tobillo en la pierna contraria.
La mayor parte de las investigaciones sugieren que cruzar las rodillas es peor que cruzar los tobillos. Pero, con el tiempo, ambas posturas producen los mismos cambios anatómicos.
Sentarse con las piernas cruzadas puede aumentar la desalineación de las caderas, ya que ocasiona que un lado esté más alto que el otro durante varias horas. Y debido a la forma en que su esqueleto está unido, también puede causar una desalineación de la columna y los hombros.
Por lo tanto, este hábito inconsciente eleva la probabilidad de sufrir escoliosis y otras deformidades en la columna en el futuro. Incluso puede causar el síndrome de dolor trocanterico mayor, una condición dolorosa que afecta el lado externo de la cadera y el muslo.
Además, cuanto más tiempo te sientes con las piernas cruzadas, es más probable que experimentes cambios en la longitud de los músculos y en la disposición de los huesos de la pelvis. Principalmente porque, al apoyarnos, estamos estirando solo los músculos de un lado.
Lesiones y nervios dañados
Nos gustaría decir que el mayor riesgo de sentarse con las piernas cruzadas es la escoliosis, pero no es así. Esta postura también cambia la velocidad a la que se mueve la sangre a través de los vasos sanguíneos de las extremidades inferiores. Podríamos decir que provoca una presión ligera en las piernas que adormece la zona, lo que eleva el riesgo de coágulos sanguíneos o várices.
Por no mencionar que suele poner peso sobre el nervio peroneo situado detrás de la rodilla, también conocido como nervio fibular. Este es uno de los nervios más importantes en la parte inferior de la pierna, ya que transmite información sensorial de la cara lateral de la parte inferior de la pierna y el dorso del pie. Si se daña o se bloquea, como en este caso, podemos sufrir desde entumecimientos hasta problemas para levantar el meñique del pie.
Incluso hay estudios que confirman que sentarse con las piernas podría afectar la producción de esperma en los hombres. Esto debido a que aumentan la temperatura de los testículos, de entre 2 °C a 3,5 °C, influyendo en el conteo y tamaño de los espermatozoides.
Pero no siempre es malo cruzar las piernas
Un pequeño estudio de 2016, encontró que para las personas que tienen una pierna más larga que la otra, sentarse con las piernas cruzadas puede ayudar a ajustar la altura y mejorar la alineación de la pelvis.
De igual forma, para los atletas, las piernas cruzadas pueden ser un alivio ya que ayudan a reducir la actividad de algunos músculos. Concretamente, los músculos oblicuos en las caderas, lo que evita lesiones.
Sin embargo, los beneficios de este hábito son limitados. Si no entramos dentro de estos perfiles lo mejor sería pararnos en este momento de la silla y volver a sentarnos como se debe: con las piernas ligeramente separadas.
Referencias:
Three-dimensional change in the cervical spine in a cross-legged sitting position after a time lapse https://doi.org/10.1589%2Fjpts.28.1657
Why sitting with crossed legs could be bad for you https://theconversation.com/why-sitting-with-crossed-legs-could-be-bad-for-you-201354
