Un mouse sin puntero es inservible. Es esa pequeña flecha que vemos en pantalla la que le da sentido al accesorio, pues nos guía a través de los píxeles hacia la imagen que estamos buscando o el documento que necesitamos abrir.
Ahora, ¿por qué es una flecha torcida? ¿Quién la diseñó y con qué propósito? El puntero, cursor o indicador, como nos guste llamarlo, ha perdurado medio siglo y sigue tan fuerte como el primer día. Sin embargo, sufrió muchas transformaciones a lo largo de los años.
Con el tiempo, cambió su color, su ángulo y hasta su forma. Así que hagamos un pequeño recorrido por esos momentos históricos para llegar al origen de todo.
Los primeros pasos del puntero

El mouse y el puntero fueron inventados en paralelo por Douglas Englebart, el pionero estadounidense de la interacción de los humanos y las computadoras.
Al principio, el puntero era solo la pequeña pieza de un proyecto mucho mayor, iniciado en 1962 y destinado a aumentar el intelecto humano. Engelbart había estado explorando la posibilidad de crear estaciones de trabajo asistidas por computadora para aumentar la productividad. Pero para eso se necesitaba un dispositivo capaz de interactuar con las pantallas a través de simples movimientos.
Fue entonces cuando surgió la idea del puntero.
El inventor se acercó a la NASA en 1966 y utilizó su tecnología de radar para construir lo que sería el primer mouse: un dispositivo que usaba dos discos para indicar una posición X-Y y un solo botón.
Su mouse era difícil de usar, no podemos negarlo. Pero aún así pasó a la historia en 1968, cuando éste y otras tecnologías avanzadas fueron presentadas por Douglas Engelbart en lo que se conoce como «la madre de todas las demos». Engelbart hizo una demostración de su famosa estación de trabajo, la interfaz gráfica de usuario (GUI) o «Windows», con ayuda del mouse.
Inicialmente, el cursor era una flecha negra y recta, que apuntaba hacia arriba. Sin embargo, cuando Xerox compró su idea y construyó la máquina STAR, el puntero se transformó en una flecha inclinada.
¿Por qué el puntero está torcido?
No existen registros en los que se detalle por qué es como es actualmente, pero sí hay una teoría al respecto. Según comentan, el puntero vendría a ser como nuestra mano dentro de la pantalla: la que usamos para señalar objetos, tomarlos, arrastrarlos, abrir y cerrar cosas, además de muchas otras acciones. Posiblemente de allí viene el nombre de “puntero” y también su forma.
Después de todo, la flecha es el símbolo más parecido a una mano apuntando con el dedo índice.
Ahora bien, en cuanto al ángulo, sí hay una razón para eso. Un artículo publicado por Xerox en 1981 detalla que la flecha se ve más nítida cuando los píxeles se apilan a 45°, de tal manera que crean un borde recto y vertical en la punta de la flecha.
Por supuesto, esto tiene que ver con las pantallas de la época. En ese tiempo, los píxeles eran visibles y, por ende, era mucho más difícil distinguir objetos completamente verticales. A menudo, los informáticos de Xerox confundían el puntero de Douglas Englebart con una «l» o una línea.
Hoy en día, no habría ningún problema con un puntero vertical. Sin embargo, el diseño ligeramente torcido resultó tan útil y atractivo que Apple lo copió para el Macintosh, y de ahí pasó a Windows.
Aunque, a la par con las mejoras tecnológicas, ha sufrido algunos cambios importantes.
De una flecha a un elemento indispensable
Si bien se intentó respetar al máximo la idea original de Engelbart, las limitaciones y los avances tecnológicos de la época influyeron mucho en el puntero.
Por ejemplo, hubo muchos cambios de diseño. Con el tiempo, la cabeza de la flecha se volvió más grande y la parte trasera más pequeña. Además, cambió de color (de blanco a negro y viceversa) en varias ocasiones.
Cuando Apple usó el puntero en su primer sistema operativo, pasó a ser una flecha negra con un contorno blanco. Modelo que se mantuvo intacto durante 23 años, debido a que permitía que la flecha se viera en documentos tanto oscuros como claros.
En cambio, con Windows pasó por otras transformaciones. Primero se convirtió en una flecha blanca, luego en una flecha blanca con un contorno negro, en algunas computadoras paso a ser una mano, hasta que finalmente con Windows XP se estandarizó su diseño con contorno negro y una punta filosa.
Aunque lo más sorprendente, obviando el diseño, fue el cambio en algunas de sus funciones.
¿Para qué usaba el puntero del mouse Douglas Englebart? Para dibujar líneas horizontales, verticales y hacer un par de clicks. Esta flecha torcida se volvió mucho más útil con los años, en especial cuando Bill English, socio del inventor, presentó el primer mouse mecánico en 1972.
El puntero del mouse en la computación

Para el 27 de abril de 1981, el mouse mecánico se vendió como un accesorio para computadora. Así que, en teoría, fue el primer mouse comercial de Xerox Star, o el Sistema de Información 8010.
El mouse mecánico funcionaba con una pequeña bolita de goma en la parte inferior, que registraba las coordenadas. No era necesario depender de los discos, lo que permitió que aparecieran nuevas funciones en el puntero. En concreto dos: «hacer doble click» para abrir más rápidamente, y «arrastrar» para mover objetos de un lugar a otro.
Las computadoras Macintosh de Apple también usaron estos dispositivos durante años, en su caso con una bola de metal, hasta que apareció en 1999 el mouse óptico.
En lugar de usar una «bolita», se empleaba un sensor óptico en la parte inferior para fotografiar la superficie y ejecutar, en tiempo real, cambios en el movimiento.
Tal tecnología, que todavía sigue siendo popular en el sector, hizo que el puntero se volviera mucho más rápido y preciso. Además, a este dispositivo se le sumó la rueda de scroll entre los dos botones, lo que permitió una nueva función: la de deslizar la pantalla.
El puntero hoy en día y a futuro

Cómo podemos ver, el puntero se ha vuelto tan útil que es imposible prescindir de él. ¿O es que acaso podrías abrir un documento sin una flecha guiando tus pasos?
Definitivamente cambió la forma de interactuar con los elementos en pantalla, al convertirse en nuestra mano digital para agarrar, arrastrar y pulsar. Es por eso que todavía se sigue mejorando su eficiencia y productividad.
Hoy en día, se está trabajando en mouses y punteros tridimensionales, por ejemplo, cuyo funcionamiento es similar a maniobrar dentro de un entorno virtual. Son como un giroscopio, lleno de botones, que registran el movimiento de la mano en tiempo real.
Esto abre la posibilidad de que el mouse se pueda personalizar completamente con cualquiera de las aplicaciones existentes en el mercado, como AutoCAD.
Además, ahora existen cientos de apps que facilitan el uso del puntero a través de comandos específicos.
No sabemos cómo será el diseño de estos cursores futuristas una vez que sean populares, pero probablemente conserven la flecha torcida. Después de todo, sigue siendo tan útil y funcional como el primer día.