No todos afrontamos los conflictos de la misma forma. Las luchas de poder, las dinámicas familiares y nuestra personalidad pueden hacernos más violentos durante una pelea o, también, más evasivos.

Es por eso que debemos estar conscientes de nuestra dinámica al momento de plantarnos frente a otra persona y defender nuestros derechos. De lo contrario, terminaremos empeorando la situación.  

Ahora bien, ¿cómo podemos saber cuál es nuestra forma de manejar un conflicto? El psicólogo social David W. Johnson estudió las diferentes dinámicas que siguen los humanos al discutir, pelear o interactuar acaloradamente, y las dividió en cinco grupos. Estos vendrían siendo los «estilos» al manejar un conflicto: la tortuga, el tiburón, el zorro, el búho y el osito de peluche.  

Dependiendo de la situación, las personas pueden llegar a usar hasta dos estilos a la vez. Pero siempre hay uno que predomina ya que está ligado a nuestra psique.

Así que, si quieres saber cuál es el tuyo, ten en cuenta lo siguiente.

Tortuga, el estilo evasivo

Tortuga lejos del conflicto / Vía Pexels

Las «tortugas» no soportan los conflictos, por lo que se retiran, abandonando tanto sus propios objetivos como la relación. En consecuencia, suelen dejar los problemas en un punto muerto, sin resolver.

Si te sientes identificado con la tortuga es porque: 

  • A menudo sueles esconderte o ignorar el conflicto hasta que pase.
  • Piensas que el peligro de la confrontación supera con creces los posibles beneficios que obtendrás al resolverlo.
  • O te parece que la relación con la otra persona no es tan importante como para afrontar una discusión.

Tiburón, el estilo competitivo

Tiburón inflable / Vía Pexels

Los «tiburones», por el contrario, atacan de forma agresiva y contundente para proteger sus intereses a toda costa. Por lo tanto, suelen ser los más peligrosos durante un conflicto, ya que intimidan y lastiman a la otra parte. No precisamente con golpes, sino con palabras.

Quienes manejan los conflictos como un tiburón suelen:

  • Imponerse para que la otra persona haga lo que ellos quieren. Básicamente, buscan salirse uno con la suya.
  • Además, consideran que los beneficios de resolver el conflicto son importantes, por lo que vale luchar por ellos. 

Osito de peluche, el estilo complaciente

Osito de peluche dando su «apoyo» a una persona / Vía Pexels

Los «osos de peluche» buscan mantener la paz a toda costa y suavizar las cosas aunque eso signifique ir en contra de sus propios objetivos. Así que son esas personas que se sacrifican por el bien de la relación.

Si te sientes identificado con un peluche durante una pelea es porque:

  • Te dejas influenciar fácilmente y terminas aceptando las condiciones de la otra parte.
  • No piensas que tus intereses sean más importantes que la otra persona.  
  • O simplemente sientes que necesitas acabar el conflicto cuanto antes.

Zorro, el estilo comprometido

Zorro buscando el equilibrio / Vía Pexels

Los «zorros» son astutos a la hora de resolver un conflicto. Saben los sacrificios que están haciendo ambas partes, así que ven la concesión como la solución incluso cuando los resultados son menos ideales para ambos. En pocas palabras, no intentan ganar la discusión pero tampoco están dispuestos a perderla.

Quizás suene complejo a simple vista, ya que es un estilo problemático. Pero si manejas situaciones como un zorro eres:

  • Alguien que busca llegar a un acuerdo intermedio.
  • Sientes que tanto el objetivo como la relación con la otra persona no son ni vitales ni pequeñeces.
  • Además, necesitas resolver el conflicto a toda costa para no perderlo.

Búho, el estilo colaborador

Búho analizando la situación / Vía Pexels

Los «búhos» están abiertos a resolver las disputas a través de cualquier solución que ofrezca a ambas partes un camino para lograr sus objetivos y mantener la relación. Es bastante similar al zorro, solo que las acciones del búho no están guiadas por la astucia.

Ellos ven el conflicto como otro problema a resolver en la vida. Y como tal, pueden tardar días o hasta meses en llegar a una buena solución. Pero están dispuestos a soportar esa lucha ya que son profundamente moralistas.

Si te sientes identificado con el búho es porque:

  • Buscas el consenso, un acuerdo positivo para ambas partes.
  • Sueles notar cuál es el problema que inició el conflicto, al igual que tú objetivo y el de la otra persona.
  • O consideras que es tu deber determinar cuál es el acuerdo más justo.

¿Por qué deberías conocer tu estilo para manejar un conflicto?

El conflicto es inevitable, es parte de la vida. Ya sea que tengamos diferentes opiniones en casa, un problema en el trabajo o amigos a los que les gusta discutir. Así que, lo único que podemos hacer es prepararnos para ese problema a futuro. 

Primero, debemos comprender qué hace que el conflicto en las relaciones sea tan difícil, y luego, los diferentes enfoques que las personas tienen al respecto.

Ambas cosas podemos entenderlas a través de los estilos para manejar un conflicto. 

Por ejemplo, si bien una relación entre dos tiburones puede ser duradera, la probabilidad de que sea armoniosa es significativamente menor en comparación con una relación entre dos búhos.

Entonces, ¿qué podríamos hacer al respecto? Simple, cambiar nuestro «estilo» al interactuar con esa persona.

Aunque están relacionados con nuestras personalidades, los estilos pueden modificarse en relaciones a largo plazo. Por supuesto, nada drástico: un oso de peluche no va a convertirse en un tiburón, pero quizás pueda cambiar a un búho en determinadas situaciones.

Todo es una cuestión de «estilo»

Osito de peluche discutiendo con un niño / Vía Pexels

La tortuga, por ejemplo, es un estilo adecuado para reducir tensiones, ganar tiempo o cuando otras partes pueden resolver mejor el conflicto que nosotros.

El tiburón es conveniente cuando hay que tomar decisiones rápidas en situaciones urgentes, ya sea para hacer cumplir las reglas o para obtener un beneficio.

Por otro lado, el osito de peluche es un estilo recomendado cuando el conflicto es más importante para la otra parte que para nosotros.

El zorro es ideal para negociar bajo presión y para lograr arreglos temporales en cuestiones complejas.

Y el búho es el estilo idóneo para combinar puntos de vista complementarios, garantizar acuerdos duraderos y aumentar el sentimiento de pertenencia, motivación y compromiso.

Si no supiéramos que estos estilos existen, no sabríamos tampoco que hay formas más simples de resolver un conflicto. Allí está su importancia.

Referencias: 

Personality traits and conflict resolution styles: A meta-analysis https://doi.org/10.1016/j.paid.2019.109794 

Are you a shark or a teddy? How understanding conflict styles can help you overcome fights with friends and family https://theconversation.com/are-you-a-shark-or-a-teddy-how-understanding-conflict-styles-can-help-you-overcome-fights-with-friends-and-family-197846

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