La difusión de noticias sensacionalistas y erróneas sobre arañas genera un pánico arácnido injustificado. Un estudio realizado por más de 60 investigadores, publicado en la revista Current Biology, ha examinado la difusión mundial de información errónea sobre las arañas. Este esfuerzo colectivo ha dado como resultado la recopilación de más de 5.000 noticias sobre encuentros entre humanos y arañas publicadas en Internet entre 2010 y 2020.
La probabilidad de que un país sea un distribuidor de noticias sensacionalistas sobre encuentros entre humanos y arañas se relacionó positivamente con varios factores, como la proporción de noticias sensacionalistas publicadas en el país, la presencia de arañas consideradas mortales y un alto número de usuarios de Internet.

¿Deberíamos tener miedo de las arañas?
Casi la mitad de las noticias analizadas contenían errores o información inexacta, como la identificación incorrecta de la araña involucrada. En hasta un 43% de los casos, las noticias utilizaron un lenguaje sensacionalista. Estos errores a menudo comenzaron a nivel regional y la historia se amplificó en los medios nacionales e internacionales. Según los expertos, esta es una característica definitoria de la desinformación moderna: la amplificación de pequeños errores que sustentan una narrativa falsa.
La noticia lleva consigo acciones políticas o sociales que pueden ser costosas, muchas veces innecesariamente. Por ejemplo, no llevar a los niños a la escuela durante varios días o la contaminación ambiental por tratamientos innecesarios con pesticidas. También alimentan un sentimiento global basado en la desinformación: el pánico arácnido.
Sin embargo, el riesgo de estar expuesto a una araña es mínimo. Estudios en Suiza estiman que la probabilidad anual de ser picado por una araña es de entre 10 y 100 casos por millón de habitantes. Otro estudio en Australia encontró que solo el 6% de las picaduras de araña confirmadas tenían importancia médica.

Las arañas: aliadas en el control de plagas y la ecología
Las implicaciones de la desinformación generada no son menos significativas. Refuerzan un sentimiento de animosidad pública hacia estos artrópodos. Esto lleva a evitar su presencia en espacios públicos o privados, y el uso de tratamientos pesticidas innecesarios. Además, las falsas alarmas pueden provocar el cierre de escuelas o el sufrimiento del turismo.
Las arañas, por su distribución, ocupando todos los continentes y hábitats, así como por su biología y ecología, han sido admirados y temidos a partes iguales. A menudo se les ha asociado con divinidades, con poder. En realidad, cumplen una función importante en el control de plagas de insectos y otros artrópodos, siendo un recurso valioso en la agricultura y en la ecología en general.
En conclusión, es importante reconocer que el pánico arácnido no está justificado y que la difusión de noticias sensacionalistas sobre las arañas puede tener graves consecuencias en la salud pública y en el medio ambiente. Es necesario promover la divulgación de información precisa y rigurosa sobre estos artrópodos para desmitificar su imagen y comprender su papel en la ecología y en la agricultura. Asimismo, es importante fomentar un enfoque basado en la prevención y en la educación, en lugar de tomar medidas extremas e innecesarias. La coexistencia pacífica entre los humanos y las arañas es posible y necesaria para el equilibrio del ecosistema.
Referencias:
The global spread of misinformation on spiders: https://doi.org/10.1016/j.cub.2022.07.026