Casi todos somos alérgicos a algo. Hay personas que tienen problemas con alimentos como los mariscos o los frutos secos. Otros que se ponen mal al oler polen o pelo de un animal. Y luego tenemos a los que no pueden inhalar o tocar paredes con moho.
La alergia al moho es bastante común durante las temporadas húmedas. Al ser un tipo de hongo que produce esporas microscópicas, puede llegar fácilmente a los pulmones y causar síntomas respiratorios. Así que, si últimamente has tenido una alergia inexplicable, podría ser por culpa de este pequeño invasor.
Aquí te contamos cómo identificar el problema y no confundirlo con un resfriado, una sinusitis u otra alergia respiratoria.
¿Cómo saber si le tienes alergia al moho?
Al igual que ocurre con otras alergias, la mejor manera de averiguar el detonante es prestándole mucha atención a los síntomas.

Las personas que tienen un problema con el moho en los troncos podridos, las paredes, el compost o los pastos, suelen tener un cuadro alérgico similar al de las personas alérgicas al polen. En pocas palabras, picazón en la nariz, los ojos o la garganta, así como estornudos, congestión, tos o mucosidad.
Sin embargo, también sufren algunos de los síntomas típicos de un caso de asma, como las sibilancias (silbidos en el pecho), dificultad para respirar y opresión en los pulmones.
Estos síntomas no suelen aparecer al mismo tiempo en otras alergias respiratorias, así que es fácil identificar el problema. En especial si la alergia en cuestión empezó cuando decidimos limpiar esas manchas de humedad en el baño o en el ático.
Las esporas de moho flotan constantemente en el aire húmedo, por lo que somos propensos a inhalarlas si nos acercamos demasiado al hongo. Esa es la forma en la que se desencadenan los síntomas alérgicos.
Así que, si te sientes mejor al evitar el moho en casa, entonces definitivamente le tienes alergia.
Tratar la alergia al hongo
Ser alérgico al moho no es tan grave como imaginas. Puedes combatir fácilmente este problema tomando medicamentos y eliminando las esporas a tu alrededor.
Lo primero que debes tener en cuenta es la humedad dentro de casa. Intenta regularla por debajo del 60 %, idealmente entre el 30 % y el 50 %, ya que el moho solo crece en lugares húmedos.
Puedes usar un humidificador si es necesario, para mantener el aire en niveles óptimos o, en su defecto, cerrar todos los techos, ventanas y tuberías que goteen para que no entre la humedad.

Luego, céntrate en la humedad del exterior. Si estás pasando por una temporada muy fría o lluviosa, y además tienes un jardín, procura que las plantas estén protegidas contra los hongos. El moho suele crecer en plantas muertas por el frío, así como en las rejas y canales por los que se acumula el agua. Si no solucionamos eso de inmediato, no podremos salir de casa una vez que el hongo haya crecido y liberado sus esporas alérgicas.
Y esto también aplica en el caso de una inundación inesperada en casa. La única forma de combatir la alergia al moho es ventilando las zonas húmedas para que el hongo en cuestión nunca aparezca.
Aunque, si ya tienes uno de estos intrusos en casa, puedess recurrir a algunos medicamentos para combatir los síntomas mientras tanto. Entre ellos, antihistamínicos de venta libre y aerosoles nasales con corticosteroides.
Dependiendo del tipo de moho, si es Alternaria, Aspergillus o Penicillium, la medicación puede cambiar. Incluso puede que un alergólogo recete otro tipo de tratamiento para los síntomas, por lo que es importante acudir a consulta en caso de tener este tipo de alergia.
Sin embargo, esperamos que esta información te ayude al menos a dar el primer paso: identificar si tienes un problema con los hongos o no.
Referencias:
Mold allergy https://acaai.org/allergies/allergic-conditions/mold-allergies/