Todos sabemos que las redes sociales son adictivas. Basta con ver cómo los jóvenes que no han experimentado la vida antes de Internet pueden pasar horas viendo contenido sin siquiera pestañear. Sin embargo, no existe un diagnóstico psiquiátrico para tal “adicción”, así que a menudo se considera un problema menor entre los adolescentes.

Esta ambigüedad al hablar de las redes sociales ha hecho que la dependencia sea un problema cada vez mayor. 

Actualmente, el uso diario de estas plataformas se asocia con un riesgo significativamente mayor de autolesiones. Además, se han observado cambios en el comportamiento de los usuarios que comparten contenido en línea, desde problemas para distinguir la verdad hasta ansiedad y el conocido efecto FOMO.

Todos estos problemas de salud son alarmantes para los científicos. Pero una investigación reciente en neurociencia considera que hay tres efectos especialmente perjudiciales detrás de esta dependencia: el insomnio, la depresión y el aislamiento. 

Lo peor de la adicción a las redes sociales

Cartel me gusta / Vía Pexels

Estas plataformas están diseñadas para ser adictivas ya que son impulsadas por la dopamina, también conocida como la hormona del placer o de la felicidad. Los adolescentes y los adultos buscan recompensas inmediatas a través de las redes sociales, lo que los hace especialmente receptivos a dichos medios y emocionalmente adictos.

Como resultado, experimentan una incapacidad para manejar la frustración, el miedo, la tristeza y las dificultades académicas. 

Efectos en la salud del usuario

Analizando a 154 adultos jóvenes, los investigadores descubrieron que las redes sociales son las culpables del aumento de los casos de insomnio entre los 18 y los 32 años de edad. Esto debido a que los adictos utilizan su tiempo de descanso para revisar más publicaciones en línea. 

Si esto fuera algo ocasional, no sería tan grave. Pero lo cierto es que la facilidad de acceso a cualquier tipo de contenido retrasa cada día más la hora de irse a dormir, lo que altera nuestro reloj interno. Y la falta de descanso suele ir unida a un aumento de la somnolencia diurna, cansancio, pensamiento lento e irritabilidad.

Mujer revisando redes sociales / Vía Pexels

De igual forma, los adictos somnolientos mostraron niveles significativos de depresión y ansiedad: un 18% más que aquellos que no utilizaban redes sociales. Esto es nuevamente por culpa de la dopamina, ya que la sensación de no pertenecer a grupos y de no ser parte de lo que ocurre en su medio social puede reducir nuestro autoestima.

La depresión ocupa el primer lugar como factor discapacitante para mujeres y el noveno para hombres, así que es un efecto bastante problemático para los usuarios. Puede causar tristeza, frustración, desesperanza o incluso propiciar conductas suicidas.

Y por si fuera poco, los participantes confirmaron durante el estudio que habían abandonado sus obligaciones sociales por las redes sociales. No explicaron el porqué, pero los expertos tienen una teoría: se concentran tanto en disfrutar de los beneficios y de la gratificación inmediata de estas plataformas, que dejan de lado las potenciales consecuencias negativas que pueden presentarse en el futuro. De esta manera, la adicción a las redes sociales se traduce en aislamiento, desinterés por otros temas y una vida social muy limitada. 

¿Un problema sin solución?

Abriendo redes sociales / Vía Pexels

Como podemos ver, el uso excesivo de las redes sociales es perjudicial para nuestro bienestar, aunque se considere un problema menor. Sin embargo, todavía puede tratarse. 

Los investigadores descubrieron que permanecer fuera de las redes sociales durante una semana provocó menos FOMO entre los adolescentes, el miedo a perderse eventos sociales.

Además, otro estudio paralelo encontró que alejarse de las redes sociales durante varios días condujo a reducciones significativas en la depresión y la ansiedad. Y en otro estudio, se instruyó a los estudiantes universitarios para que limitaran el uso de cada aplicación a 10 minutos diarios, mientras que un grupo de control usó las redes sociales como de costumbre. El grupo que tomó un descanso informó una mejora general en la calidad del sueño.

Entonces, si bien estos tres efectos son los peores en un caso de adicción a las redes sociales, aún pueden controlarse. Lo importante es reconocer el problema y tratarlo como tal antes de que sea demasiado tarde.

Referencias:

Cognitive Behavioral Therapy-Based Short-Term Abstinence Intervention for Problematic Social Media Use: Improved Well-Being and Underlying Mechanisms https://doi.org/10.1007/s11126-020-09852-0 

Social media addiction can disrupt the sleep, moods and social activities of teens and young adults https://theconversation.com/social-media-addiction-disrupts-the-sleep-moods-and-social-activities-of-teens-and-young-adults-198221 

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