Las abejas poseen una inteligencia verdaderamente extraordinaria. Al igual que ocurre con las hormigas, estos insectos pueden aprender de sus errores y comunicárselos con el resto de la colonia. Por no mencionar que saben abrir cajas, resolver rompecabezas y realizar operaciones aritméticas sencillas.
Ahora, ¿alguna vez te has preguntado cuál es el secreto de su inteligencia? Te podemos asegurar que no es un talento innato.
Un nuevo estudio ha demostrado que las abejas aprenden de la misma forma que lo hacen los niños: observando a los miembros más experimentados de su comunidad. En pocas palabras, las abejas aprenden de otras abejas “demostradoras”.
La cultura de las abejas
Hasta mediados del siglo XX, se pensaba que esta habilidad conocida como “aprendizaje social” era algo exclusivamente humano. Pero resulta que varias especies la han desarrollado para vivir en comunidad, como los chimpancés y las abejas.

Para demostrarlo, los investigadores de la Universidad Queen Mary sometieron a varios abejorros a una prueba de inteligencia. Primero, diseñaron una caja de rompecabezas con dos opciones para abrirse: ya sea empujando una lengüeta roja en el sentido de las agujas del reloj o una lengüeta azul en sentido contrario. Dentro había una solución de sacarosa a modo de recompensa.
Luego, entrenaron a varias abejas para que actuaran como “demostradoras”, enseñándoles cómo usar las pestañas rojas o azules mientras que las abejas «observadoras» las miraban de cerca.
Cuando fue el turno de las observadoras, curiosamente, todas repitieron el mismo método que habían visto incluso después de descubrir una opción alternativa. Por lo tanto, era evidente que las abejas estaban imitando a sus compañeras para resolver el rompecabezas y obtener así la recompensa.
Esta preferencia por la opción enseñada no solo se mantuvo en las observadoras, también se propagó a través de la colonia de abejas, con una media del 98,6%.
“Nuestros hallazgos muestran que el aprendizaje social es vital para las abejas. Ellas adquieren nuevas “tendencias” en su comportamiento observando y aprendiendo de otras. La mediana del número de cajas abiertas por las abejas observadoras con un demostrador fue de 28 cajas por día, mientras que la de un grupo de control sin demostrador fue de solo 1 caja por día”.
Alice Bridges, profesora y autora del estudio
Aprendizaje en la naturaleza
En un experimento adicional, los investigadores pusieron abejas demostradoras «azules» y «rojas» en dos poblaciones de abejas. En la primera población con demostradoras rojas, el 97,3% de las observadoras utilizaron el método rojo con el rompecabezas. Pero en la segunda población con demostradoras azules, los observadoras prefirieron el método azul al rojo todos los días excepto uno.
Los resultados de estos dos experimentos demuestran, sin lugar a dudas, que las abejas aprenden observando a las más experimentadas. Al menos hasta que éstas se retiran de la búsqueda de alimento y surgen nuevos aprendices para enseñar a las futuras generaciones.
“El hecho de que las abejas puedan observar y aprender, y luego convertir ese comportamiento en un hábito, se suma al creciente cuerpo de evidencia de que son criaturas mucho más inteligentes de lo que mucha gente cree. Tal vez lo que hasta ahora parecía instintivo pudo haber sido socialmente aprendido”.
Alice Bridges
Desde hace algún tiempo se sabe que los animales son capaces de aprender socialmente en la naturaleza. El mayor ejemplo de esto es el famoso “baile de meneo” que utilizan las abejas para comunicar la ubicación y la calidad de las flores a la comunidad.

Sin embargo, nunca antes se había estudiado el alcance de este tipo de aprendizaje en los insectos. En parte por su pequeño tamaño, pero también porque sus sociedades y construcciones arquitectónicas parecen gobernadas por el instinto a simple vista.
Esta es la primera vez que se analiza la inteligencia de las abejas desde el punto de vista cultural, es decir, basándose en los comportamientos aprendidos socialmente que se comparten entre una población. Y todo parece indicar que la cultura probablemente no es el «pináculo de la evolución» que los humanos habían asumido previamente. Las abejas también tienen su propia cultura: observan a otros miembros de la comunidad y respetan sus tradiciones.
Así que ese es su secreto. No tienen ninguna inteligencia innata, solo una gran capacidad de observación.
Referencias:
Bumblebees acquire alternative puzzle-box solutions via social learning https://dx.doi.org/10.1371/journal.pbio.3002019