Un nuevo estudio publicado en Nature Communications sugiere que los movimientos oculares involuntarios y de fijación desempeñan un papel más importante en la visión de lo que se pensaba anteriormente. Los científicos siempre han estado interesados en comprender cómo los seres humanos pueden percibir el mundo de manera estable, a pesar de que nuestros ojos se mueven constantemente. Incluso en los momentos en que no estamos conscientes de que lo hacen.
La comprensión anterior era que el sistema visual humano crea una imagen estable del mundo en los intervalos entre los cambios voluntarios de mirada, basándose únicamente en las entradas sensoriales de los movimientos oculares de fijación. Sin embargo, el nuevo estudio sugiere que hay otro factor que contribuye a esta percepción de estabilidad visual.

La importancia de los pequeños movimientos oculares en la percepción visual
Los investigadores informan que el sistema visual no solo recibe información sensorial de los movimientos oculares de fijación. También posee conocimiento del comportamiento motor involucrado en esos movimientos. El cerebro humano tiene un conocimiento muy preciso de cómo se mueven los ojos. Incluso si no somos conscientes de moverlos. Es decir, utiliza este conocimiento para inferir relaciones espaciales y percibir el mundo no como borroso sino como estable.
Según Michele Rucci, profesor en el departamento de ciencias cognitivas y del cerebro y en el Centro de Ciencias Visuales de la Universidad de Rochester, las representaciones espaciales, es decir, las ubicaciones de los objetos en relación con otros objetos, se basan en una combinación de actividad sensorial y motora de los movimientos oculares voluntarios e involuntarios. Lo que es contrario a la comprensión predominante.
El estudio también muestra que la visión tiene estrategias computacionales similares a las de otros sentidos. Como el tacto y el olfato, donde el comportamiento motor afecta profundamente las señales sensoriales entrantes. Los resultados tienen implicaciones importantes en futuros estudios de percepción visual y ayudarán a comprender mejor las deficiencias visuales que implican movimientos oculares anormales.
Es importante destacar que el estudio revela que los movimientos oculares involuntarios, que generalmente se descartan como ruido motor, hacen contribuciones importantes a las representaciones espaciales del mundo. Como muestra la investigación, el estudio de las representaciones espaciales sin considerar la actividad motora, como se hace a menudo en la neurociencia actual, es una gran limitación.

Conclusión
El estudio presenta nuevos hallazgos que cuestionan las teorías anteriores sobre cómo los humanos perciben un mundo visual estable a pesar del movimiento constante de fijación ocular. Los investigadores descubrieron que el sistema visual humano utiliza información extrarretiniana de alta resolución sobre el movimiento ocular de fijación para deducir relaciones espaciales. Utilizando una tarea de discriminación espacial, los participantes pudieron inferir correctamente relaciones geométricas sin información espacial en la retina. Los resultados muestran una estrategia sensoriomotora para codificar el espacio que utiliza el conocimiento oculomotor fino para interpretar la entrada de fijación a la retina.
Por lo tanto, los movimientos oculares involuntarios y de fijación desempeñan un papel importante en la percepción visual del mundo. Este nuevo conocimiento sobre la interacción entre los movimientos oculares y la percepción visual podría ayudar a desarrollar nuevas terapias para tratar las deficiencias visuales que implican movimientos oculares anormales.
Referencias:
Inferring visual space from ultra-fine extra-retinal knowledge of gaze position: https://doi.org/10.1038/s41467-023-35834-4