Nuestro planeta cada vez más se ve perjudicado por el cambio climático y por nuestros hábitos poco sostenibles. Puede que no sea demasiado tarde para salvar a la Tierra si comenzamos a actuar desde ahora. Una de las mejores maneras de hacerlo es usar materiales biodegradables. Pero exactamente ¿qué es biodegradable?
Un material biodegradable es aquel que tiene capacidad de descomponerse naturalmente con la ayuda de factores biológicos y ambientales. En este caso, estos agentes biológicos pueden ser el agua, el sol, las bacterias, hongos, las plantas y los animales. De esta manera se reintegran en el ciclo de la naturaleza.
¿Por qué es importante utilizar materiales biodegradables?
El uso de envases plásticos y otros productos no biodegradables ha aumentado de manera alarmante en las dos últimas décadas.
Según cifras oficiales de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA), en 2018 se generaron al menos 35.680 toneladas de desechos plásticos —solo en EE.UU.—, de los cuales solo se reciclaron 3.090 toneladas, menos del 10% de lo que se generó. Y esta proporción se extrapola al resto del mundo: tan solo el 9% de los desechos plásticos que se generan a nivel mundial se recicla.
Y si nos vamos más allá, la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) estima que, de no tomar acción, para 2060 habremos triplicado la cifra de residuos de plástico que le dejamos a la Tierra. En este sentido, se hace urgente comenzar a emplear prácticas de reciclaje más eficientes y a usar materiales biodegradables.

Claves de acción: reciclar y preferir materiales biodegradables
Las cifras mencionadas anteriormente dibujan un escenario no muy alentador sobre nuestro planeta, por esta razón es fundamental que modifiquemos nuestros hábitos de consumo para reducir nuestra huella de carbono. Una manera muy sencilla de hacerlo es reciclar los envases para alargar su vida útil y cambiar a otros más amigables con el medio ambiente.
¿Y cuáles serían esos materiales eco-friendly? Los que tienen una capacidad de biodegradación rápida, orgánicos como el cartón y el papel. Estos materiales no solo se pueden reciclar, sino que también pueden descomponerse y convertirse en nutriente de la tierra.
No ocurre lo mismo con otros materiales reciclables como el vidrio, el plástico o el metal, que aunque sí que se les puede convertir en otra cosa para alargar su vida útil, estos no son capaces de descomponerse.
Si no se reciclan surge el problema de la acumulación de residuos, que además interfieren con el ecosistema, causando daños a los organismos que habitan en él.
¿Cuáles son los mejores materiales biodegradables?
Todo depende del uso que les quieras dar. Además de los derivados de la madera —como el cartón y el papel—, los materiales de origen animal como la lana o los de origen vegetal como el algodón y el cáñamo también son excelentes opciones.
Para los envases y paquetería son ideales el cartón y el papel, mientras que en la industria textil se pueden confeccionar más prendas con las materias ya mencionadas. Un punto importante es que en estas materias primas deben recibir un tratamiento sin químicos para mantener su capacidad biodegradable.
El cartón destaca por su versatilidad de usos, y aunque suele ser bastante común en paquetería y envases, también se emplea en la fabricación de muebles, en construcción de viviendas e incluso en paneles de aislamiento acústico y térmico.
Una ventaja del cartón y del papel es que prácticamente toda su producción es proveniente del reciclaje, de hecho, en algunos países es obligatorio que para fabricar cartón se utilicen productos reciclados de forma parcial o en su totalidad.

Los materiales biodegradables pueden salvar nuestro planeta
Aunque todavía existen algunos desafíos asociados con su uso, cada vez hay más opciones disponibles y rentables de materiales biodegradables para diferentes sectores industriales y para el consumidor final.
El uso de materiales biodegradables es una opción sostenible y responsable para cuidar nuestro planeta, por ello debemos considerar integrarlos más a nuestra vida diaria como alternativa para reducir nuestra huella ecológica y preservar nuestro planeta para las generaciones futuras.