Bastantes son los debates que el florecimiento de las herramientas basadas en IA han estado suscitando en redes sociales, foros públicos y privados en todo el mundo. Muchos están a favor de utilizarlas y sacarles el mayor provecho, mientras que otros critican desde su implementación hasta los futuros negativos que según ellos pueden venir.

Cierto es que todo salto tecnológico que se precie siempre causa roces entre este y parte de la generación que llego a vivir en un mundo donde no existía. Para nombrar el ejemplo más absurdo que me viene a la mente en este momento, la propia imprenta —uno de los inventos más importantes en nuestra historia— tuvo sus detractores en su momento.

Dibujando límites

Las inteligencias artificiales generan visitas, para el momento en que estás leyendo esto debes de tenerlo claro y ser consciente de este hecho, y las generan porque desde el principio se han venido vendiendo a través del sensacionalismo.

Hace muchos años, específicamente durante mi niñez, recuerdo que en la televisión se hablaba de los avances tecnológicos como algo sorprendente positivo.

Aun bajo los coletazos de anclas y presentadores nacidos y criados en la Modernidad, era de esperar que frases de esa época como “aún no se han desarrollado la mitad de los trabajos que estaremos haciendo en 30 años” eran recibidas con mucha menos preocupación que si dijéramos lo mismo el día de hoy.

Pero gran parte de esto se cumplió, en ese lapso se han creado las redes sociales, los teléfonos se han vuelto portables e inteligentes y gran parte de mis conocidos actualmente está laborando en oportunidades que no existían en ese momento.

La “amenaza” que nos están vendiendo el día de hoy parece más bien ser creada por una industria de la comunicación que se ha visto afectada por la necesidad de clics y tráfico de visitas para sobrevivir.

Se ha probado en política a través del tiempo, apelar al miedo —en este caso el miedo a quedar desempleado, a no poder ganarte el pan y verte sustituido por una IA— es efectivo a la hora de crear interés en un tema y una reacción visceral en el público.

Cuando en nuestros teléfonos inteligentes aplicaciones de teclado empezaron a predecir que queríamos escribir y autocompletar nuestras palabras y frases no pusimos el grito en el cielo, aun siendo estas basadas en un algoritmo predictivo, precursor primitivo de herramientas como el Chat GPT.

Debemos reconocer a las herramientas basadas en IA como eso, herramientas, instrumentos que podemos utilizar para realizar partes de nuestro trabajo de manera efectiva y objetivamente más fácilmente, pero que en la mayoría de los casos nunca tomarán nuestro lugar.

Pequeña entrevista a Mia sobre el tema

Los verdaderos afectados

Maticé diciendo “en la mayoría de los casos” en el párrafo pasado porque sería muy iluso de mi parte afirmar que no existirán trabajos que desaparecerán con la mejora progresiva de las IA y su puesta a punto para realizar ciertas labores.

A final del día las herramientas basadas en la IA son equivalentes ahora mismo al trabajo del peor interno de cualquier empresa, sí, son capaces de procesar datos, generar contenido y “crear” con base en la información con la que fue alimentada, pero sus resultados tienden a ser repetitivos, sus contenidos sin alma y se requiere de una supervisión constante para lograr extraerles algo de verdadera utilidad.

Con el paso de los años y el desarrollo de mejores IA, seguro veremos como este interno evoluciona y cada vez necesita menos supervisión y vigilancia para realizar su trabajo, pero nunca será capaz de agregarle ese extra de creatividad, innovación e inventiva para dejar de ser un interno.

Y estos son los trabajos que desaparecerán, todos estos trabajos precarios donde se está para realizar funciones de becario, servir el café, buscar información en bases de datos infinitas, abstenerse de comentar tus propios puntos de vista y ser poco más que un esclavo corporativo. Aunque ahora que lo pienso, siempre se necesitará gente que sirva el café.

Estos son los trabajos que desaparecerán, trabajos mal pagados, poco valorados y muy mal pagados, por lo cual nos deberíamos sentir más agradecidos que preocupados.

Pequeña entrevista a Chat GPT-3 sobre el tema

La adaptación

Si aún luego de leer esto quieres poner tus barbas a remojar y evitar que el próximo chat GPT-X sea capaz de dejarte en la hipotética calle, estos tres consejos te mantendrán fuera de la lista de desempleo, al menos el “creado” por las IA en los próximos años:

  1. Aprende el valor agregado: mientras más importante sea el toque personal de tu experiencia, creatividad y capacidad de adaptación que le imprimas a tu trabajo, más irremplazable te vuelves, esto no aplica solo por IAs sino también por otras personas, consejo de oro.
  2. Surfea la ola: en vez de preocuparte y cerrarte a las herramientas en base a IA y su potencial, aprende tú mismo a explotar este potencial en tu beneficio, aprende cómo escribir prompts efectivos que te den mejores resultados que a los demás y consigue una ventaja con la herramienta.
  3. Aprende a reconocer el contenido: muchos de los problemas que enfrentarán compañías y empleadores en un futuro cercano será el reconocer cuál contenido es creado por una IA y cuál por una persona, para con esto determinar su verdadero valor. Mientras mejor seas identificando cuál es cuál más indispensable serás.  

Como palabras finales, me gustaría animarte a continuar esta conversación en los comentarios y que comentes si lo que digo te parece correcto o estás en desacuerdo.

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