El pulso es un indicador fundamental del estado de nuestro sistema cardiovascular. Conocer nuestro pulso y saber cómo medirlo correctamente nos puede ayudar a detectar situaciones de taquicardia, bradicardia o arritmias. Esto es esencial para prevenir posibles enfermedades cardiovasculares y mantener nuestro corazón en buen estado. Según el doctor Leopoldo Pérez de Isla, cardiólogo del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, el pulso es la dilatación momentánea de las arterias debido a la sangre que el corazón expulsa cada vez que se contrae.
El pulso debe ser regular, con una frecuencia que oscila entre 50 y 90 pulsaciones por minuto. Además, es fácilmente perceptible en arterias como las radiales en las muñecas, en las pedias en los pies o en las carótidas en el cuello. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la frecuencia y la intensidad del pulso pueden variar según la edad, la presencia de enfermedades cardiovasculares, la condición física o situaciones fisiológicas como el embarazo. Por ejemplo, el pulso es más lento en personas que hacen ejercicio con regularidad y puede acelerarse en situaciones de estrés físico o psicológico o durante la realización de ejercicio.

¿Cómo tomar el pulso correctamente?
Para tomar correctamente nuestro pulso, es importante aprender a palparlo en alguna de las arterias accesibles. Si se mide en la carótida, es importante evitar hacer una compresión intensa para no marearse. Si se mide en la muñeca, se recomienda colocar los dedos índice y corazón entre uno y dos centímetros por debajo del pliegue de la muñeca. Luego presionar suavemente la parte interna de la muñeca. Al sentir el primer latido, se puede contar cuántos se producen durante los primeros 30 segundos. Después multiplicar el resultado por dos, o contar todos los latidos durante un minuto de forma seguida.
Es importante destacar que conocer nuestro pulso no es solo una cuestión de interés personal, sino también una medida preventiva esencial. Al detectar situaciones de taquicardia, bradicardia o arritmias, podemos consultar a un médico y prevenir posibles enfermedades cardiovasculares antes de que sea demasiado tarde. Además, al conocer nuestro pulso podemos tener una idea de cómo nuestro corazón responde a situaciones estresantes y cómo afecta a nuestro estado de salud en general.

Conclusión
En resumen, conocer nuestro pulso puede ser una herramienta valiosa para mantener una buena salud cardiovascular. La frecuencia cardíaca normal oscila entre 50 y 90 pulsaciones por minuto y debe ser regular. Sin embargo, factores como la edad, la presencia de enfermedades cardiovasculares, la condición física, el embarazo o situaciones de estrés pueden modificar la frecuencia del pulso. Para medir nuestro pulso, podemos hacerlo en las arterias radiales en las muñecas, en las pedias en los pies o en las carótidas en el cuello.
Es importante aprender a palpar el pulso correctamente y contar las pulsaciones durante 30 segundos y multiplicar el resultado por dos, o bien contar las pulsaciones durante un minuto de forma seguida. En caso de detectar un pulso anormal o arritmia, es recomendable consultar con un especialista para determinar si es necesario tratamiento. Conocer nuestro pulso es una forma simple y efectiva de mantener una buena salud cardiovascular y prevenir posibles problemas.
Referencias:
Para qué sirve el pulso y cómo podemos medirlo correctamente: https://www.infosalus.com/salud-investigacion/noticia-sirve-pulso-podemos-medirlo-correctamente-20230213082612.html