Por estas fechas, es fácil creer que dos extraños pueden enamorarse al conocerse por primera vez o cruzar miradas. Después de todo, eso es lo que nos han enseñado las películas románticas y las parejas que a menudo comentan cómo su relación inició con un flechazo. Pero, ¿realmente existe el amor a primera vista? 

Cuando ponemos algo tan confuso como el romance bajo el microscopio, siempre se genera un debate y este caso no es la excepción. Para los científicos, el “amor a primera vista” no existe como tal. Lo que sentimos al conocer a una persona encantadora es simplemente atracción. 

La atracción, la lujuria y el amor

Corazones de madera / Vía Pixabay

A menudo, se piensa que estas tres palabras son sinónimos cuando no es así. La atracción, la lujuria y el amor están conectados y se refuerzan mutuamente, pero son procesos distintos en el cerebro. 

La atracción está determinada por los centros de estrés y recompensa, el núcleo accumbens y el tegmento ventral. Por otro lado, la lujuria aparece por la acción de la testosterona y el estrógeno, dirigidas por la amígdala. Y finalmente, el apego o amor está dominado por la oxitocina y la vasopresina. 

Estos tres procesos representan las etapas de un romance, y es imposible saltarse alguna de ellos. Es por eso que no existe el amor a primera vista, pues esa es la etapa final que involucra una reflexión consciente sobre la relación.

No obstante, sí sentimos algo diferente cuando conocemos a una persona que nos parece atractiva. Esto se debe a que, durante la etapa de atracción, la dopamina, noradrenalina y cortisol se activan para producir una “neblina eufórica”. 

Por lo tanto, la atracción inicial hacia esa persona probablemente no sea amor, pero podría llegar a serlo con el tiempo. 

Pareja / Vía Pixabay

«Un enamoramiento se desarrolla a medida que comienzas a amar la mente, los valores y las habilidades de la otra persona. El verdadero amor no se trata solo de atracción y lujuria».

Eric Ryden, doctor de la Sociedad Británica de Psicología

Entonces, ¿qué es el amor a primera vista?

Mucho de lo que se percibe como “amor a primera vista” es realmente un cóctel de hormonas liberadas para dar al sistema nervioso sensaciones de placer y seguridad. 

Durante esa etapa de atracción, el cerebro nos prepara para vivir un enamoramiento. Básicamente, pone a prueba nuestra capacidad para secretar hormonas felices. Esto debido a que estas hormonas tienden a ser más altas durante las posteriores. 

Sin embargo, no hay ningún sentimiento real hacia esa persona porque, en el fondo, no la conocemos. Podríamos sentir lo mismo por cualquiera con el mismo perfil. Es por eso que los científicos consideran que esta fase es experimental: conocemos las hormonas del amor y nos volvemos adictas a ellas. 

A medida que llegamos a lo que es verdaderamente el apego, la necesidad de querer hacer un compromiso más duradero, estas hormonas se suavizan y nos permiten dejar de idolatrar a esa persona para entablar una verdadera relación. 

Entonces, ¿por qué hay tantos “flechazos”?

Dedos entrelazados / Vía Pixabay

Si estás buscando una pareja a largo plazo, no deberías guiarte por un flechazo. A menudo, esta señal está más relacionada con la atracción física y la lujuria que con el amor romántico.

La razón por la que pensamos que los flechazos representan el “amor a primera vista” es porque los recuerdos pueden alterarse por culpa de un estado emocional. 

Si una persona enamorada narra la primera vez que conoció a su pareja, probablemente dirá que fue un enamoramiento instantáneo por esto mismo. Las percepciones de las parejas pueden cambiar por los sentimientos actuales hacia ellos. 

Esta distorsión, también llamada «ilusión positiva», aparece cuando las parejas experimentan menos conflictos y más satisfacción durante la relación. Así que, desde el punto de vista científico, el amor a primera vista es una ilusión positiva: te hace creer que estabas enamorada desde el primer día, cuando en realidad te tomó un poco más de tiempo pasar de la atracción al amor.

Referencias:

Neural Correlates of Reactivation and Retrieval-Induced Distortion https://doi.org/10.1523/JNEUROSCI.1378-12.2012 

The neuroendocrinology of love https://doi.org/10.4103%2F2230-8210.183479

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