Un nuevo estudio nacional ha descubierto que los factores de riesgo relacionados con el deterioro cognitivo en los adultos mayores explican una cantidad modesta sobre la gran variación en las habilidades mentales entre estas personas. Entre los factores más comúnmente asociados con el funcionamiento cognitivo se incluyen el nivel socioeconómico, la educación y la raza. Todos ellos explicaron solo el 38% de la variación en el funcionamiento entre los estadounidenses de 54 años. Los comportamientos de salud, como evitar la obesidad y el tabaquismo y participar en ejercicios vigorosos, solo tuvieron efectos muy pequeños en el funcionamiento cognitivo cuando las personas alcanzaron los 50 años.
Además, los factores estudiados explicaron solo el 5.6% de la variación en la rapidez con la que disminuyó el funcionamiento cognitivo en personas de entre 54 y 85 años. Según Hui Zheng, autor principal del estudio y profesor de sociología en la Universidad Estatal de Ohio, todavía hay mucho que se desconoce sobre las causas de la variación en el funcionamiento cognitivo entre los adultos mayores. Por lo tanto, se necesita más investigación para descubrirlas.

La importancia de mejorar el funcionamiento cognitivo en la línea de base en personas mayores
El estudio se realizó con una muestra grande representativa a nivel nacional. Este siguió a los participantes durante décadas, utilizando una amplia gama de posibles predictores del funcionamiento cognitivo. Los resultados mostraron que la educación fue el predictor más importante del funcionamiento cognitivo a los 54 años. La educación explica alrededor del 25% de la diferencia entre las personas. Le siguieron la raza, la riqueza y los ingresos del hogar, la educación de los padres, la ocupación y la depresión.
Sin embargo, los investigadores descubrieron que la variación en el funcionamiento cognitivo a los 54 años era tres veces mayor que la variación en la rapidez con la que los participantes declinaron durante los siguientes 30 años. La cantidad de años de educación no se asoció con la tasa de disminución del funcionamiento después de los 54 años. Pero tener un título universitario fue un factor protector contra el deterioro cognitivo.
En general, los resultados sugieren que es mucho más importante tratar de mejorar el funcionamiento cognitivo en la línea de base. Esto en lugar de tratar de disminuir la tasa de declive. Según Zheng, esto es un hallazgo particularmente importante para la intervención en el deterioro cognitivo en personas mayores. Esto debido a que los tratamientos que mejoran el funcionamiento cognitivo en la línea de base pueden ser más efectivos a largo plazo en prevenir o retrasar el deterioro cognitivo. Esto se debe a que dicha mejora puede tener un impacto positivo en la vida diaria de las personas. Esto a su vez puede contribuir a mantener la capacidad cognitiva y prevenir el declive cognitivo a largo plazo.
Por lo tanto, es importante que se dedique más investigación a los tratamientos que puedan mejorar el funcionamiento cognitivo en la línea de base. Especialmente en personas mayores.

Conclusión
En resumen, el estudio nacional ha demostrado que los factores de riesgo tradicionalmente asociados con el deterioro cognitivo en los adultos mayores explican una cantidad limitada de la variación en el funcionamiento cognitivo y en la tasa de declive. La educación fue el predictor más importante del funcionamiento cognitivo. Esta fue seguida de la raza, la riqueza y los ingresos del hogar, la educación de los padres, la ocupación y la depresión.
Sin embargo, la variación en el funcionamiento cognitivo a los 54 años fue mayor que la variación en la tasa de declive a lo largo de los siguientes 30 años. Por lo tanto, según el autor principal del estudio, es más importante tratar de mejorar el funcionamiento cognitivo en la línea de base que tratar de disminuir la tasa de declive. Este es un hallazgo importante para la intervención en el deterioro cognitivo en personas mayores.
Referencias:
Predictors of cognitive functioning trajectories among older Americans: A new investigation covering 20 years of age- and non-age-related cognitive change: https://doi.org/10.1371/journal.pone.0281139