Un nuevo estudio realizado por la Universidad de Duke ha encontrado que los signos de autismo pueden detectarse desde el primer mes de vida de un niño. Los investigadores utilizaron registros médicos electrónicos de 45.000 niños que habían sido atendidos en el Sistema de Salud de la Universidad de Duke para entrenar y evaluar modelos de aprendizaje automático. Estos modelos, a su vez, fueron capaces de predecir con precisión los bebés que luego desarrollarían autismo.
La autora del estudio, Geraldine Dawson, directora del Centro Duke para el Autismo y el Desarrollo del Cerebro, señaló que los bebés que posteriormente reciben un diagnóstico de autismo muestran patrones tempranos de utilización de atención médica muy diferentes a los niños neurotípicos. Por ejemplo, los bebés con autismo son mucho más propensos a visitar a un oftalmólogo o neurólogo, a tener problemas estomacales o gastrointestinales, o a recibir fisioterapia.

La tecnología puede ayudar a detectar el autismo en sus etapas tempranas
Si estos hallazgos se confirmaran con más estudios, los pediatras y los padres podrían tener una herramienta valiosa para detectar el autismo de manera temprana, lo que permitiría que las terapias comenzaran a aplicarse rápidamente. Según David Mandell, profesor de psiquiatría en la Escuela Perelman de la Universidad de Pensilvania de Medicina, la contribución más importante de este estudio es que «podemos usar los primeros 30 días de la experiencia de atención médica de un niño para decir ‘este niño está realmente en riesgo'».
El estudio también confirma la idea de que el autismo es una afección que involucra tanto el cerebro como el cuerpo. El equipo de investigación estuvo especialmente atento a los grupos de niños que a menudo son pasados por alto por los métodos de detección tradicionales. Como por ejemplo las niñas, los niños de color y aquellos con diagnósticos combinados de autismo y TDAH.
Si se confirmaran en el futuro, estos hallazgos podrían revolucionar la manera en que se detecta y trata el autismo. Al recopilar información automáticamente a medida que el niño recibe atención, la computadora podría alertar a un pediatra de que «según el patrón de utilización del niño, tiene una mayor probabilidad de un diagnóstico posterior de autismo», dijo Dawson. «El objetivo sería que el pediatra proporcione más vigilancia a ese niño y posiblemente una evaluación temprana para un diagnóstico más preciso».

Conclusión
Sin embargo, es importante destacar que los hallazgos actuales son solo correlaciones y no causas definitivas. Se necesitan más investigaciones para confirmar los resultados y determinar cómo se pueden utilizar en la práctica clínica. También es importante tener en cuenta que el autismo es un trastorno complejo y multifactorial, y que no existe una sola causa que lo determine. Por lo tanto, se necesitan más investigaciones y estudios a gran escala antes de que se puedan utilizar estos hallazgos de manera generalizada.
Además, el uso de tecnología en el diagnóstico del autismo es un área muy sensible. Por eso es importante asegurarse de que se utilice de manera ética y respetuosa con los derechos de privacidad y los derechos humanos de las personas afectadas. También se deben considerar las posibles implicaciones de la tecnología en la equidad y la accesibilidad al diagnóstico y tratamiento del autismo.
En resumen, los hallazgos sobre la utilización de la tecnología en la detección del autismo son alentadores. Pero todavía es necesario realizar más investigaciones antes de que se puedan utilizar de manera generalizada y segura en la práctica clínica.
Referencias:
New algorithm detects autism in infants. How might that change care?: https://medicalxpress.com/news/2023-02-algorithm-autism-infants.html