A menudo se piensa que todo lo que aprendemos durante el día acaba en el mismo lugar, en la memoria muscular. Pero los investigadores de la Universidad de Bangor descubrieron que nuestras habilidades cotidianas no siguen esa regla, pues se manejan como paquetes de datos.

El cerebro comprime a voluntad la información que necesitamos para escribir a máquina, atarnos los cordones de los zapatos o tocar un instrumento musical. Cuando considera que es apropiado revelar esa secuencia de movimientos, entonces descomprime la información. 

¿Por qué? Aunque parezca un mecanismo para ahorrar espacio, en realidad no lo es. Nuestras habilidades se guardan y se liberan constantemente porque, de esta forma, el cerebro puede controlarlas con mayor precisión. 

Los “paquetes de habilidades”

Para comprender cómo el cerebro maneja nuestras habilidades, los investigadores llevaron a cabo una serie de más de 1.000 ensayos con participantes diestros. Estas personas aprendieron y memorizaron cuatro secuencias de movimientos en un teclado digital, y las reprodujeron durante varios días. Cada vez que ocurría esto era después de que una señal visual les indicara que tenían que “repetir esa habilidad”. 

Persona escribiendo en un computador / Vía Pexels

Tras el entrenamiento, el equipo escaneó sus patrones neuronales para medir su actividad durante la tarea. Al hacerlo, notaron que varias áreas motoras en el cerebro se activaban durante la producción del movimiento, pero ninguna parecía controlar el orden de los movimientos.

«Hubo un efecto coincidente en el comportamiento de nuestros participantes: fueron más rápidos en adquirir una secuencia con los dedos cuando estaban familiarizados con el tiempo, pero les costó aprender una secuencia cuando tenían que emparejar un orden previamente entrenado con un nuevo tiempo”.

Rhys Yewbrey, investigador de la Universidad de Bangor

En pocas palabras, los participantes habían aprendido una nueva habilidad pero no sabían exactamente cómo realizarla fuera del contexto.

Por lo tanto, los investigadores concluyeron que las habilidades cotidianas de alto nivel (que requieren de un orden y tiempo precisos) se almacenan en paquetes, a menudo, a lo largo de varios días de entrenamiento. Allí permanecen inactivos hasta unos segundos antes de activarse siguiendo un desencadenante particular, como una señal musical o un pistoletazo de salida en una carrera de atletismo.

¿Por qué es importante saber que el cerebro “comprime” y “descomprime”?

Persona tocando guitarra / Via Pixabay

Estos hallazgos indican que el cerebro humano nos prepara para ejecutar habilidades como tocar el piano, competir en atletismo o bailar al «liberar y encapsular» información. En particular, los datos sobre el tiempo y el orden de los movimientos antes de que se realice la acción.

Puede que para algunos este sea otro dato curioso que sumar a la lista, pero para la comunidad científica es todo un descubrimiento. Principalmente porque puede ayudar a mejorar la rehabilitación motora de las víctimas de accidentes cerebrovasculares. 

«Lo sorprendente es que el cerebro separa estas habilidades en sus características constituyentes en lugar de codificarlas como una memoria muscular integrada. La información se recupera de la memoria descomprimida cuando la preparamos para la ejecución, antes de comprimirla para iniciar la tarea”.

Rhys Yewbrey

Tal control sobre nuestras habilidades aporta, según comentan, más precisión sobre los movimientos propios, y flexibilidad incluso después de que la actividad ha comenzado. Quizás sea por eso que nuestra facilidad para realizar ciertas tareas va mejorando con el tiempo.

Sea como sea, es evidente que el cerebro decide «cómo» y “cuándo” mostrar una habilidad.

Referencias:

Cortical patterns shift from sequence feature separation during planning to integration during motor execution http://dx.doi.org/10.1523/JNEUROSCI.1628-22.2023

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