Toda nuestra vida está condensada en recuerdos pero, por increíble que parezca, estos cambian constantemente. Nuestra mente trabaja como los obreros de un edificio en construcción: organiza, construye y destruye cada día las conexiones neuronales para formar recuerdos a largo plazo.
Poco a poco, la ciencia ha logrado descubrir los mecanismos detrás del proceso. Ahora sabemos que las neuronas no fijan recuerdos, sino que construyen nuevos espacios en los que se pueda almacenar datos y recuperarlos cuando sea necesario. Todo ello gracias a un conjunto de proteínas capaces de durar horas, días, semanas o incluso años en el cerebro.
Los investigadores del Instituto Herbert Wertheim UF Scripps para la Innovación y Tecnología Biomédica han descubierto un grupo de proteínas, llamadas kinesinas, que conducen la información desde el cuerpo de la neurona hacia la sinapsis. Por lo tanto, son como “los materiales de nuestra memoria en construcción”. Gracias a ellos, podemos explicar cómo el cerebro crea recuerdos a largo plazo.
De las proteínas a la memoria

Para estudiar la plasticidad de los recuerdos, los investigadores analizaron el cerebro de una especie de babosa de mar llamada Aplysia. Las babosas tienen neuronas gigantes en comparación con las nuestras, lo que las hace más fáciles de estudiar. Además, se cree que su mecanismo neuronal para almacenar ciertos recuerdos es extremadamente similar al de los seres humanos.
Se realizaron cuatro experimentos con descargas eléctricas, con el objetivo de inhibir algunas proteínas neuronales y ver los resultados. Fue gracias a esto que notaron cómo ciertas proteínas en la memoria sufrían cambios a corto y largo plazo.
- Los recuerdos a corto plazo, por ejemplo, se forman a través de un simple cambio bioquímico en la expresión de la proteína APKHC1, que codifica la sinapsis neuronal. Este cambio crea un espacio en el cerebro que nos acompaña durante varios minutos o unas pocas horas. Después de eso, desaparece con el recuerdo.
Es por eso que no podemos recordar la cara de un extraño que conocimos en la calle al día siguiente.
- La memoria a largo plazo, por el contrario, se crea a través de una reacción compleja en la que intervienen otras proteínas interactivas de unión a calcio: la CPCDPK3, la calexcitina, la CDPK1 y la calcifosina. Estos materiales proteicos son mucho más resistentes, por lo que el espacio que crean en las neuronas puede durar años.
De allí que seamos capaces de recordar nuestro primer regalo, por ejemplo, o eventos que ocurrieron durante nuestra infancia.
¿Por qué se construyen los recuerdos a largo plazo?

El hallazgo de los investigadores nos brinda una visión mucho más detallada de cómo se forma la memoria, concretamente los recuerdos a largo plazo. Sin embargo, esto no explica por qué solo algunos recuerdos permanecen durante años en nuestra mente.
“Los recuerdos a largo plazo sacan a relucir todo el equipo de construcción que codifica los circuitos del cerebro, pero se necesita mucha más investigación para descifrar completamente los componentes básicos que forman la memoria”.
Sathyanarayanan V. Puthanveettil, profesor y autor del estudio
Existe la posibilidad de que los recuerdos más sensibles sean los que perduren, ya que el cerebro decide construirlos con materiales más resistentes. Como por ejemplo, un accidente automovilístico, el nacimiento de un niño o el momento en que recibimos una noticia sorprendente.
Sin embargo, esa es solo una hipótesis. Lo que sabemos con certeza es que las proteínas que se mueven entre el soma (el cuerpo de la neurona) y la sinapsis (su extremo de conexión) impulsan muchas reacciones químicas que nos permiten almacenar y recordar experiencias. Eso sí, durante un tiempo limitado.
Por lo tanto, nuestra mente construye y destruye espacios cada día para que podamos tener un acceso más sencillo a los recuerdos.
Referencias:
Short-Term and Long-Term Sensitization Differentially Alters the Composition of an Anterograde Transport Complex inAplysia https://dx.doi.org/10.1523/ENEURO.0266-22.2022