Si algo no puede faltar en nuestras cocinas es el horno de microondas. Este electrodoméstico nos ha ayudado a preparar grandes platillos en pocos minutos, ahorrando energía y tiempo. Sin embargo, como muchos otros inventos históricos, fue fruto de una casualidad.
Tal vez nunca te hayas planteado cuál fue el origen del microondas, pero vale la pena conocerlo. Sobre todo porque el protagonista de esta historia es un alimento que todos amamos: el chocolate.
La invención del horno de microondas
El primer microondas doméstico se inventó en 1967, pero la idea de calentar alimentos usando radiaciones electromagnéticas surgió un año después de la Segunda Guerra Mundial. Aunque no debemos malinterpretar esta fecha, pues la guerra no fue la que inspiró al doctor Percy Spencer, creador del electrodoméstico.

Por esa época, Spencer estaba trabajando en la compañía Raytheon como ingeniero. Su única meta en ese momento era construir un nuevo tipo de radar usando un magnetrón. Básicamente, un tubo electrónico inventado 10 años antes y que transformaba la energía eléctrica en microondas.
Cada semana, el ingeniero realizaba diferentes experimentos con el magnetrón para estudiar sus propiedades. Y, casualmente, un buen día decidió llevar una barra de chocolate para comerla más tarde. Sin embargo, luego de su experimento, Percy Spencer notó que el chocolate se había derretido en su bolsillo.
Esto hizo que se cuestionara si la barra de chocolate se había derretido por su calor corporal o por el magnetrón, ya que las microondas generan calor. Así que, para confirmarlo, el doctor inició otro experimento. Eso sí, esta vez centrado en los alimentos.
Experimentos con microondas

Primero, probó la potencia de las microondas con unos granos de maíz. Percy Spence los colocó cerca del tubo y esperó. Al cabo de unos segundos, sintió una “pequeña explosión”: había hecho palomitas de maíz.
Luego, puso un huevo en un recipiente metálico con un orificio, muy parecido al de los hornos de microondas actuales. En este orificio colocó el magnetrón, y en cuestión de minutos el huevo estalló.
Ambos experimentos aclararon su duda: el chocolate se había derretido por el calor que generaban las microondas. A raíz de esto, a finales de 1946, la compañía Raytheon solicitó una patente para emplear microondas en la cocción de los alimentos.
Del chocolate a los prototipos

En 1947, se creó el primer prototipo de horno microondas. Este fue instalado en un restaurante en Boston y no se parecía en nada al electrodoméstico que conocemos. Era enorme y costaba cerca de 5.000 dólares, además, debía ser enfriado con agua.
Sin embargo, con el tiempo, el invento del doctor Spencer tomó forma y generó una industria multimillonaria en 1954. La compañía Raytheon vendió sus primeros microondas a 3.000 dólares cada uno, hasta que otras compañías experimentaron con microondas y crearon toda una variedad de electrodomésticos a un precio más económico.
Esta sería toda la historia. Como puedes ver, si esa barra de chocolate no se hubiera derretido en el bolsillo de Percy Spence, tal vez hoy no tendríamos un horno de microondas.
Así que también deberíamos darle las gracias al chocolate por cambiar nuestra forma de cocinar.
Referencias:
Melted Chocolate to Microwave https://www.technologyreview.com/1999/01/01/236818/melted-chocolate-to-microwave/
La historia del Microondas, invento por accidente https://historiadel.com/microondas/