Todos los seres humanos envejecen en algún punto. Por lo general, a partir de los 50 años, cuando sus células pierden la capacidad de dividirse y de contribuir al funcionamiento del organismo. Pero esta regla universal no aplica para las personas que tienen o alguna tuvieron Covid-19.

Una investigación liderada por el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (CBMSO) reveló el impacto que tiene el coronavirus en nuestras células, y sus hallazgos no son alentadores. El SARS-CoV-2 puede acelerar la senescencia, es decir, el envejecimiento celular. 

La mecánica de la vejez 

Durante la pandemia, los investigadores notaron que las personas mayores eran especialmente susceptibles al virus. Esto los llevó a estudiar la relación entre los síntomas provocados por el SARS-CoV-2 y las células senescentes. 

Sus resultados sugieren que cuando el virus infecta una célula, amplifica sus efectos nocivos. 

Virus covid-19 / Vía Pixabay

La células senescentes, también llamadas células zombies, son aquellas que han culminado su ciclo celular. Estas no pueden dividirse, por lo que se acumulan en los tejidos del cuerpo causando inflamación, fibrosis, daño del ADN, agregados de proteínas y fallos funcionales que llevan al cuerpo al límite. 

Son estas células las que promueven la senescencia a partir de los 50 años. Durante mucho tiempo se pensó que actuaban solas, pero diversos estudios han demostrado que estos “zombies celulares” aparecen como respuesta al estrés, al daño ocurrido en una célula o por culpa de una enfermedad. En este caso, por el coronavirus.

¿Qué pasará cuando personas con Covid-19 lleguen a la tercera edad?

Un estudio desarrollado en ratones humanizados, y por tanto susceptibles a la infección por SARS-CoV-2, demostró que el virus produce un entorno inflamatorio que contribuye al desarrollo células senescentes. Y a su vez, la inflamación que generan estas células facilita una infección por coronavirus. Así que estamos ante un vínculo con beneficios mutuos.

Pero más allá de eso es importante tener esto en cuenta: cuando este virus inflama, también envejece. Por lo tanto, las personas que tienen o tuvieron alguna vez Covid-19 pueden experimentar un envejecimiento acelerado antes de los 50 años. Da igual si fue un contagio leve o si sufren todavía los efectos del covid persistente.

Mujer con mascarilla / Vía Pixabay

Ahora bien, ¿cómo afectan unos tejidos más viejos de lo normal? A menudo nos guiamos por la edad cronológica para definir la salud de una persona. Sin embargo, la edad biológica es aún más importante en estos casos.

Una personas con células envejecidas es más propensa a ciertas enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer, así como a afecciones cardíacas y renales. Es por eso que los científicos buscan desde hace algunos años una terapia que acabe con estas células y nos permita llegar mejor a la vejez. Esto mediante medicamentos, o bien a través de una vacuna que genere una respuesta inmune específica.

Sin embargo, este nuevo estudio revela un nuevo desafío en la lucha contra el envejecimiento: el Covid-19. Un virus que, por más que intentemos evitar, sigue presente y ya ha infectado a muchas personas.

Referencias:

Cellular senescence as a potential mediator of COVID-19 severity in the elderly https://doi.org/10.1111/acel.13237 

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