El café es la bebida en la que todos piensan cuando hace falta un poco de energía extra. A lo largo de los años, se ha ganado la reputación de ser un potenciador para la mente y el cuerpo. Pero, ¿qué tan cierto es eso?
Tal vez pienses que la cafeína te estimula durante la mañana o el día, pero realmente ese subidón que sientes no proviene de la bebida en sí: es simplemente tu energía.
La cafeína hace algo muy curioso con nuestro cerebro, concretamente, con la adenosina que regula el sueño y la vigilia. En lugar de una creación de nueva energía, esta sustancia toma prestada la energía que producen las células receptoras de adenosina para dar esa sensación energizante. Es por eso que, una vez que la cafeína desaparece, nos sentimos incluso más cansados que antes de tomar café.
De la adenosina a la cafeína

La adenosina es parte del sistema que regula nuestro ciclo de sueño y vigilia. Durante el día, los niveles de esta sustancia aumentan porque se libera como un subproducto cuando nuestras células utilizan energía. Pero en la noche, el uso de energía disminuye, por lo que los niveles de adenosina también lo hacen. Es por eso que, por lo general, nos sentimos más cansados desde la tarde hasta la madrugada.
Esta sustancia actúa como un regulador natural de energía. Se une a las células a través de un receptor, y una vez allí, le dice a estas que reduzcan la velocidad en ciertos momentos del día para que no agotemos todo de golpe.
Sin embargo, la cafeína cambia la forma en que las células de nuestro cerebro interactúan con la adenosina. Principalmente porque ocupa su lugar en los receptores.
Las moléculas de cafeína evitan que la adenosina controle la energía de las células, por lo que el flujo nunca se detiene. Es casi como si se dejara un grifo abierto: el agua sale hasta que se agota.
Por lo tanto, si bien se siente energizante, el café no produce energía extra. En realidad, esta pequeña intervención de cafeína no deja de ser un préstamo, y como tal, en algún punto vamos a tener que pagarlo.
La deuda del café

Podemos pasar todo el día consumiendo cafeína, pero esta sustancia no se unirá para siempre a las células. Entonces, eventualmente, cuando desaparezca, toda la adenosina que ha estado acumulándose se enganchará a los receptores nuevamente y multiplicará la sensación de somnolencia. Este es el secreto de la cafeína.
La única forma de pagar por todos esos préstamos de energía es durmiendo, ya que la adenosina solamente disminuye durante el sueño. Así que es importante tener en cuenta esto si somos amantes del café.
Si tomamos más de tres tazas al día, es posible que acumulemos una gran cantidad de adenosina. Entonces, la cantidad de cafeína que vamos a necesitar para despertarnos al día siguiente será mayor. Al cabo de unos años, tendremos que tomar el doble de café para sentir esa sensación energizante.

Además, hay ciertas horas del día en las que la cafeína puede darnos más energía o menos.
- Si bebemos durante la tarde, cuando hay más señales de sueño, el cuerpo se llenará de energía. Pero si es demasiado tarde, la cafeína puede hacer que solo sea difícil conciliar el sueño a la hora de acostarse.
- Esto sucede también ocurre si tomamos café demasiado temprano. El impacto de un café recién levantado de la cama puede no parecer tan poderoso como uno en la tarde porque hay pocos niveles de adenosina y otras hormonas como el cortisol, que nos hacen sentir alertas.
- Además, si bien no es malo beber café con el estómago vacío, el café con o después de una comida puede aportar menos “energía prestada”.
Esto sería lo más importante a tener en cuenta. La cafeína puede ser útil, pero no es mágica. Para crear energía, necesitamos comida, agua y, sobre todo, una buena rutina de sueño.
Referencias:
Nope, coffee won’t give you extra energy. It’ll just borrow a bit that you’ll pay for later https://theconversation.com/nope-coffee-wont-give-you-extra-energy-itll-just-borrow-a-bit-that-youll-pay-for-later-197897