La relación entre el número de comidas que consumimos al día y su impacto en nuestro peso ha sido objeto de estudio durante décadas. Algunos expertos creen que limitar el tiempo en el que se permite la alimentación puede ser una estrategia efectiva para la pérdida de peso. Mientras que otros argumentan que no existe una correlación directa.

Sin embargo, un reciente estudio multisitio de cohortes prospectivas de adultos puede proporcionar algunas respuestas definitivas. Durante 6 meses, los participantes utilizaron una aplicación móvil para registrar su dieta y sueño. Con ello se obtuvo información sobre su peso y comorbilidades a lo largo de 10 años antes y después del inicio del estudio. Los resultados pueden sorprenderte.

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La reducción de calorías es más efectiva que el ayuno intermitente

La alimentación es un factor crítico en el mantenimiento de un peso saludable y en la prevención de enfermedades asociadas a la obesidad. Con la popularidad creciente de las dietas restrictivas en términos de tiempo, como la alimentación intermitente, es importante determinar si estas estrategias son efectivas y sostenibles a largo plazo. Este estudio de cohorte prospectivo multisitio investigó la relación entre el número de comidas diarias y el cambio de peso en adultos.

Durante un período de seis meses, 547 participantes descargaron y utilizaron una aplicación móvil para registrar sus hábitos alimentarios y de sueño. La información sobre el peso y las comorbilidades se obtuvo a través de la historia clínica electrónica hasta diez años antes y diez meses después del inicio del estudio. Los resultados demostraron que el número de comidas diarias se asoció positivamente con el cambio de peso, mientras que el intervalo medio entre las comidas no tuvo una relación significativa con el cambio de peso. La diferencia promedio en el cambio de peso anual asociado con un aumento de una comida al día fue de 0,28 kg.

Este estudio sugiere que el número de comidas diarias es un factor importante en el cambio de peso a largo plazo. A diferencia de otras dietas restrictivas en términos de tiempo, como la alimentación intermitente, los resultados no respaldaron el uso de la restricción de tiempo como una estrategia efectiva para la pérdida de peso a largo plazo en una población médica general.

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Conclusión

Es importante tener en cuenta que los resultados de este estudio son solo aplicables a una población médica general y pueden no ser generalizables a otros grupos demográficos. Además, el estudio se limitó a seguir a los participantes durante un período de seis meses, por lo que sería útil realizar estudios a largo plazo para determinar la sostenibilidad a largo plazo de estas observaciones.

En conclusión, este estudio sugiere que el número de comidas diarias es un factor importante en el cambio de peso a largo plazo y que la restricción de tiempo no es una estrategia efectiva para la pérdida de peso en una población médica general. Es importante seguir investigando los hábitos alimentarios y su relación con el peso y la salud a largo plazo.

Referencias:

Association of Eating and Sleeping Intervals With Weight Change Over Time: The Daily24 Cohort: http://dx.doi.org/10.1161/JAHA.122.026484

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