Todos sabemos que la leche es una bebida que no puede faltar en nuestro desayuno. Nos aporta grasas, azúcares, calcio y vitaminas A, B, D y E, que son indispensables para el crecimiento y el buen funcionamiento del organismo. Sin embargo, dependiendo del tipo de leche, esta proporción de nutrientes puede variar de lo saludable a extremadamente peligroso.
Hoy en día nos decantamos por la leche desnatada de vaca, ya que pensamos que la entera en los supermercados «engorda mucho». ¿El motivo? Las grasas naturales presentes en esta bebida, que durante años se han asociado a un posible incremento del colesterol malo (LDL).
Sin embargo, la leche desnatada no es tan saludable como piensas.
¿Menos grasa o más grasa?
La principal diferencia entre la leche entera, la semidesnatada y la desnatada es la cantidad de grasa presente en cada una. La leche entera tiene un 3,5% de grasa aproximadamente; la semidesnatada, un 2% y la descremada, menos de un 0,5%.

Como estamos acostumbrados a creer que las grasas son algo malo, por asociación, consideramos que la opción con menos grasas es la mejor. Pero lo que no se ha tenido en cuenta para este criterio es el hecho de que las grasas de la leche son en realidad un nutriente esencial para nuestro organismo. Principalmente porque nos aportan energía, saciedad y nutrientes únicos.
Por ejemplo, la leche entera de vaca es rica en proteínas, calcio, fósforo y vitaminas liposolubles, según comenta un nutricionista de la Fundación Española de Nutrición (FEN). En pocas palabras, cuenta con los nutrientes necesarios para la formación de los dientes y huesos. De allí que durante la edad adulta se recomiende su consumo para poder mantener la masa ósea.
La leche desnatada, por otro lado, solo posee una pequeña cantidad de calcio y vitamina B12. En su proceso de fabricación se eliminan prácticamente todas las grasas naturales, por lo que las vitaminas liposolubles y los ácidos grasos se pierden en el camino. Es por eso que a este tipo de leche le suelen agregar posteriormente suplementoss vitamínicos, aunque eso no la hace apta para la alimentación infantil.
Y la leche semidesnatada es, básicamente, un punto muerto: no contiene las grasas de buena calidad de la leche ni tampoco es fácil de digerir como la versión desnatada.
Entonces, ¿entera, semidesnatada o desnatada?

Para la Fundación Española de Nutrición, la esencia de la leche está en la grasa. Los lípidos transportan muchos nutrientes que ayudan a nuestro organismo, como es el caso de la vitamina A liposoluble que es vital para la visión, el sistema inmunitario, la reproducción, el crecimiento y desarrollo de músculos.
Además, aunque resulte contradictorio, las grasas naturales de la leche ayudan a digerir los azúcares de esta bebida. Siendo precisos, facilitan la asimilación de lactosa, lo que evita problemas intestinales.
“Si tomamos leche desnatada, por ejemplo, podemos notar que nos sienta mal la leche. Esto es porque no contiene la grasa que ayuda a digerir esos azúcares».
Sandra Moñino, dietista en la Fundación Española de Nutrición
Por lo tanto, entre la leche entera, la semidesnatada y la desnatada, los expertos recomiendan consumir la entera. Si bien es cierto que engorda más que las otras versiones, esa grasa que se almacena no es mala para la salud. Por el contrario, nos ayuda a mantener nuestro organismo funcionando.

A nivel nutricional es más interesante la leche de vaca porque tiene más propiedades que el resto de variantes, incluida la leche de almendra o soja. Sin embargo, dado el contenido calórico de la leche entera, para las personas con sobrepeso, obesidad y alteraciones de lípidos en sangre puede ser un problema.
En esos casos es que se recomienda optar por la leche semidesnatada o desnatada, con una menor cantidad de grasa.
Sin embargo, si tienes un cuerpo saludable lo ideal sería consumir la leche entera. Un vaso de esta leche contiene 100 mg de calcio mientras, lo equivalente a tres puñados de almendras. Por lo tanto, siempre que sea con moderación, su consumo puede ser beneficioso para nuestra salud.
En definitiva, entre la leche entera, semidesnatada y desnatada, gana la versión original que cautivó a nuestros antepasados.
Referencias:
Is Whole Milk Better Than Low Fat and Skim Milk? https://www.healthline.com/nutrition/whole-vs-skim-milk