Las primeras criaturas que habitaron el Círculo Polar Ártico no fueron los osos polares ni los esquimales. Los investigadores de la Universidad de Kansas han identificado dos ancestros primates, denominados «primatomorfos», que convirtieron las gélidas islas de Canadá en su hogar hace unos 52 millones de años.

Estas criaturas parecidas a los lémures, pero con el tamaño de un gato, son las más antiguas que han habitado este ecosistema. Ahora bien, ¿cómo lo lograron?

Hoy en día, cuando pensamos en el Ártico, vemos simplemente nieve y agua congelada. Pero durante el Eoceno, el Círculo Polar era un bosque cálido y pantanoso que estaba envuelto en la oscuridad durante la mayor parte del año. Así que muchos animales, entre ellos este par de primates, prosperaron desarrollando “adaptaciones especiales” para sobrevivir.

Viviendo en el Ártico: la crónica de dos primates

Retrato de uno de estos primates, Ignacius dawsonae, en el bosque ártico / Créditos: Smithsonianmag

Las dos criaturas fueron descubiertas en la isla de Ellesmere, en Nunavut (Canadá). En principio parecían hermanos, pero los investigadores desmintieron esto en su estudio. Se trata de dos especies diferentes, una es un Ignacius mckennai y la otra un Ignacius dawsonae, aunque ambas descienden de un antepasado primate que se dirigía a conquistar el norte.

Estos dos simios permanecían enterrados en capas de sedimento. Un análisis detallado de sus restos reveló que los músculos de la mandíbula estaban optimizados para triturar. Esto no suele ser común en los primates, ya que se alimentan mayormente de frutas tropicales. Pero claramente ese alimento no estaba disponible en el Ártico prehistórico. 

Por esa época, hace 52 millones de años, lo único que crecía en los bosques oscuros eran nueces y semillas duras. Por lo tanto, los científicos creen que estos primates sobrevivieron al invierno masticando «alimentos alternativos» como las semillas, ramitas, hojarasca y hongos. 

“Mucho de lo que hacemos en paleontología es mirar los dientes: son los que mejor se conservan. Sus dientes son raros comparados con los de sus parientes más cercanos. Así que lo que he estado haciendo en los dos últimos años es intentar comprender qué comían y si comían materiales diferentes a los de sus homólogos tropicales”.

Kristen Miller, estudiante en la Universidad de Kansas y coautor del estudio
Modelos 3D de los primates / Créditos: Universidad de Kansas

En los modelos 3D que crearon los investigadores se pueden apreciar mejor los dientes y mandíbulas encontradas en la isla de Ellesmere. Ambos primates tenían características dentales distintivas, como molares de corona baja, adaptados para morder y masticar alimentos duros. Además, las marcas musculares mostraron que también poseían mandíbulas inferiores que aumentaban la fuerza de la mordida.

Pero esta no fue la única adaptación que les permitió sobrevivir durante milenios en el Círculo Polar.

De los dientes al clima ártico 

Si bien es cierto que el Ártico alguna vez fue un pantano, eso no lo hacía un hogar más habitable. La falta de luz era todo un desafío: para los animales por el frío de vivir en las sombras, y para las plantas por la falta de recursos para hacer la fotosíntesis. 

A raíz de esto, se sabe que muy pocos seres vivos sobrevivieron en la isla de Ellesmere. De hecho, solo se tienen registros de tortugas gigantes, cerdos similares al tapir moderno y algunas especies vegetales como las secoyas, cipreses, olmos, abedules y sicómoros.

Sin embargo, estos dos parientes primates se suman ahora a la lista y parece que no tuvieron ningún problema con el clima. Se desconoce el porqué, pero los investigadores creen que vivían en un área que no era mucho más fría que el Alto Ártico. Por lo tanto, no tenían escalofríos ni extremidades entumecidas.

Aunque no se descarta la posibilidad de que hubieran adaptado su pelo y piel, como algunos dinosaurios, para soportar las bajas temperaturas. 

“Es interesante que no todos los primates o parientes que existían en ese momento pudieron colonizar la isla de Ellesmere. Así que aparentemente había algo especial en este linaje que les permitió hacerlo».

Beard KC, científico en la Universidad de Kansas

Dos simios que vencieron el frío y la oscuridad

El Alto Ártico, hogar de estos primates / Créditos: Universidad de Kansas

En definitiva, tanto el I. dawsonae como el I. mckennai colonizaron el Alto Ártico hace 52 millones de años, cuando era todavía un pantano cálido. 

Hasta ahora, se desconocía la existencia de estas criaturas, por lo que no podemos decir mucho más sobre su anatomía. Probablemente descendían de una única especie ancestral que llegó a las islas gélidas por accidente, y se adaptó para sobrevivir. 

Si eso es cierto, entonces el Ártico podría ser como un pequeño laboratorio de evolución para los animales. Después de todo, se sabe que algunas criaturas que no esperas en este ecosistema pueden vivir en él, como los tapires o los cocodrilos.

No obstante, el origen de estos dos primates sigue siendo un misterio. Lo único que sabemos con certeza es que las cosas que ocurren en el Ártico son inusuales.

Referencias:

Basal Primatomorpha colonized Ellesmere Island (Arctic Canada) during the hyperthermal conditions of the early Eocene climatic optimum https://doi.org/10.1371/journal.pone.0280114

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