Cuando pensamos en muñecas y coleccionistas de muñecas, lo primero que se nos viene a la cabeza son niñas jugando a ser mamás con bebés de plástico. Pero los reborn babies no son muñecos precisamente convencionales, y sus coleccionistas tampoco: la inmensa mayoría son adultos con pareja o varios hijos. 

Si no nos crees, puedes indagar en las redes sociales o en foros web. Allí, cientos de mujeres adultas comparten fotos y vídeos con sus reborn babies. 

Hoy en día existe una amplia comunidad que es capaz de gastar hasta 20.000 dólares en Etsy o eBay por cada una de estas muñecas. Y por lo general, estas personas suelen coleccionar varios ejemplares. Les compran comida, ropa, juguetes y construyen incluso guarderías en casa para esos muñecos que, cabe aclarar, no están vivos.

Así es la cultura del “Reborning” que en los últimos años ha tenido una visibilidad considerable. ¿Te parece extraña y perturbadora? Descuida, a nosotros también. Pero más allá de lo que puede parecer, los reborn babies no son juguetes para estos adultos. Tampoco son reemplazos para un bebé real.

Muchos reborn babies tienen fines terapeúticos. Pero eso te lo contaremos más adelante, pues primero necesitamos poner algo de contexto.

Mujer con cinco reborn babies, cada uno con una expresión diferente / Créditos: baybygaga

¿Qué son los reborn babies?

Los bebés renacidos o reborn babies que coleccionan los adultos no son una invención nueva de las jugueterías. Estos muñecos tienen su origen en Alemania. Luego de la Segunda Guerra Mundial, comenzaron a crearse para darle cierta felicidad a los niños que debían enfrentar las condiciones económicas del momento. 

En un principio se fabricaban con piezas reutilizadas de muñecas, de allí el origen de su nombre reborn o “renacer”. Eran realmente juguetes humildes en esa época, pero la subcultura Reborning que comenzó en la década de los 90 cambió eso.

La proliferación de estas muñecas realistas ha dado lugar a innovaciones en la creación de las muñecas. Actualmente los reborn babies se consideran una obra de arte en todos los sentidos. Esto debido a que tienen una apariencia física hiperrealista y son hechos por artesanos especializados llamados “reborners”.

Cada uno de estos muñecos tarda semanas en “renacer”. Los artesanos intentan que se parezca lo más posible a un bebé real, por tal motivo reproducen la piel húmeda de un recién nacido agregando hasta 80 capas de pintura. Además, crean el cuerpo y los brazos del muñeco a partir de mezclas de silicona con vinilo, vidrio y gamuza. Y para rematar, colocan a mano cada hebra de cabello recreando el cuero cabelludo irregular de un bebé.

Algunos reborn babies incluso tienen sistemas para imitar la respiración humana o los latidos del corazón. De allí que sean “productos de colección”, pues su precio suele rondar los 1.000 dólares. Puede que más, si solicitan que los reborn babies se parezcan a hijos que ya son adultos.

Babies falsos, amor real

Ahora que tenemos claro qué son los reborn babies, vayamos a lo realmente curioso: ¿por qué hay más adultos que niños utilizándolos?

Descarta por completo la idea de que las mujeres están sustituyendo a los niños por estos bebés, o peor, el hecho de que ellas quieren “volver a tener una casita de muñecas”. Estas suposiciones profundamente arraigadas al papel de la mujer en la sociedad son falsas. 

Si bien hay coleccionistas a los que les encanta el juego de roles, la mayoría adquiere reborn babies por razones terapéuticas. Les ponemos un ejemplo. 

Barbara Smolinska adquirió un reborn baby después de sufrir un aborto espontáneo. Ella sentía un gran vacío por la pérdida del que sería su primer hijo, así que terminó comprando un bebé para superar el duelo. Y después de un par de meses, una vez que superó la depresión, vendió el muñeco en eBay.

Este suele ser el destino de muchos reborn babies: los adultos compran estas muñecas para poder abrazar y sostener físicamente algo que se siente como un bebé, aunque no sea un bebé, y luego las venden o las guardan como recuerdo. 

¿Por qué? Pues existen varias explicaciones psicológicas.

La respuesta biológica de los adultos

Reborn babies en una cuna / Créditos: StoryTrender

Una primera teoría sugiere que la sensación que se desencadena cuando se manipula un bebé realista es similar a la que se produce con un bebé real. Especialmente en el caso de las mujeres. 

Diversos estudios han demostrado que los reborn babies liberan endorfinas que pueden ayudar a superar afecciones de salud mental como la ansiedad y la depresión.

El apego emocional hacia los reborn babies

Un estudio fotográfico sacó esta imagen de un reborn baby «dormido» / Créditos: Baby baltic

También suelen adquirirse reborn babies cuando los adultos, en concreto las madres, afrontan el conocido “síndrome del nido vacío”. Es decir, una necesidad de apego inexplicable que surge cuando los hijos crecen y se marchan de sus hogares.

Es por eso que muchos coleccionistas crean muñecas parecidas a sus hijos recién nacidos.

De acuerdo con los expertos, los reborn babies pueden ayudar a descubrir carencias emocionales ocultas y reforzar los sentimientos de apego y bienestar emocional. Por lo tanto, pueden usarse para tratar a personas que sufren trastornos alimenticios por problemas de autoestima, o pacientes con Alzheimer que se han alejado de sus seres queridos.

“Tratar de explicarle a un coleccionista que no es de muñecas este apego emocional a un objeto inanimado, es difícil. La gente no entiende por qué nuestra afición no es convencional”.

Kerrie Williams, una famosa coleccionista con siete de estos bebés artificiales

¿Adicción por los reborn babies?

Sin embargo, no todo son beneficios. Los reborn babies también tienen un lado oscuro que está afectando a muchos adultos: el estancamiento emocional.

Muchas veces el desequilibrio emocional que puedan estar afrontando los pacientes, puede generar una adicción. A lo que nos referimos es al uso indiscriminado de estos bebés para satisfacer necesidades emocionales. Es por eso que muchas personas no se conforman con un solo reborn baby, sino que acaban adquiriendo docenas para poder “tener más afecto al final del día”.

No malinterpretemos esto como si fuera un problema mental, porque no es así. Simplemente es un proceso de adicción que pueden sufrir los coleccionistas, al igual que algunos jóvenes son adictos a las redes sociales. 

Como podemos ver, la fiebre por los reborn babies es bastante peculiar y hasta perturbadora si pensamos en todos los adultos que pasean a estos bebés por la calle. Pero en el fondo tiene su razón de ser y puede ser vital para superar la infertilidad, el aborto espontáneo o la pérdida de un hijo.

Referencias:

Can Doll therapy preserve or promote attachment in people with cognitive, behavioral, and emotional problems? https://doi.org/10.3389%2Ffpsyg.2014.00342

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