El ejercicio físico puede ayudarnos a combatir una condición metabólica conocida como “resistencia a la insulina” o prediabetes. Básicamente, el principal factor de riesgo para la diabetes tipo 2.
Los médicos saben esto perfectamente, y por eso le recomiendan a los pacientes con obesidad o antecedentes diabéticos hacer ejercicio a lo largo del día. Sin embargo, una nueva investigación de la Universidad de Leiden determinó que existen solo dos momentos óptimos para hacer ejercicio y reducir los niveles de azúcar en la sangre: durante la tarde o por la noche.
Aquellos que realizan rutinas matutinas antes de ir al trabajo quizás logren bajar de peso, pero seguirán teniendo problemas hiperglucémicos.
Los ejercicios y la sensibilidad a la insulina
Investigaciones anteriores ya habían encontrado un vínculo entre el ejercicio físico rutinario y un mayor control de la resistencia a la insulina. No obstante, ninguno de estos estudios había determinado el momento más adecuado para disminuir la glucosa en sangre.
Todos suponían que cualquier actividad física podía tener grandes resultados, ya que el sedentarismo conduce a la obesidad, y la obesidad a la resistencia a la insulina. Esto debido a que, cuando estamos sentamos mucho tiempo, el cuerpo secreta más triacilglicerol. Una sustancia que aumenta la absorción de grasas en el hígado, lo que a su vez está fuertemente asociado con una mayor sensibilidad a la insulina.
Por lo tanto, cualquier ejercicio debería facilitar la reducción de grasa en el hígado y la disminución de la resistencia a la insulina.
Los investigadores tuvieron que analizar a 6.671 personas entre los 45 y los 65 años durante cuatro años consecutivos para demostrar que esta creencia popular era falsa.
Primero, ellos sometieron a los participantes a un examen físico con el objetivo de medir los niveles de glucosa e insulina antes y después de las comidas. Luego, le dieron a cada uno un acelerómetro y un monitor de frecuencia cardíaca para medir el gasto energético que tenían a lo largo del día. Y finalmente, el equipo le asignó a los participantes una rutina de ejercicio dividida en tres bloques: mañana (06:00-12:00), tarde (12:00-18:00), y noche (18:00-24:00).
El grupo de participantes era 42% masculino y 58% femenino. Su edad promedio era de 56 años y el IMC promedio era de 26,2 kg/m2. Así que se podría decir que eran personas con sobrepeso, propensas a la diabetes. Sin embargo, lograron reducir sus niveles de insulina durante el experimento.
La resistencia a la insulina era menor durante la tarde y la noche

Analizando cada uno de los bloques en la rutina de ejercicio, el equipo descubrió que no hubo una diferencia significativa en los niveles de glucosa durante la mañana. Pero por la tarde y por la noche todos los participantes experimentaron una reducción de la resistencia a la insulina.
En la tarde, la cantidad de insulina en sangre se redujo un 18%. Y en la noche, la cantidad de insulina cayó un 25%.
Además, la función metabólica de las células también aumentó significativamente al final de la tarde. Posiblemente porque el metabolismo está más activo durante estas horas y proporciona mejores resultados.
Estudios anteriores han demostrado que las respuestas metabólicas al ejercicio de alta intensidad también varían según la hora del día. Así que puede que la insulina funcione de forma similar.
Tomando esto en cuenta, los investigadores han concluido que los ejercicios nocturnos son mejores para las personas con resistencia a la insulina.
Referencias:
Afternoon or evening physical activity is linked to reduced insulin resistance, better control of blood sugar https://medicalxpress.com/news/2022-11-afternoon-evening-physical-linked-insulin.html
Timing of physical activity in relation to liver fat content and insulin resistance https://dx.doi.org/10.1007/s00125-022-05813-3